Rancho Las Voces: Fotografía / México: Entrevista a Graciela Iturbide
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viernes, diciembre 07, 2007

Fotografía / México: Entrevista a Graciela Iturbide

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Mr. Death, imagen de la fotógrafa mexicana. (Foto: Archivo)

M éxico, 5 de diciembre, 2007. (Érika Núñez/ Milenio ).-
Aunque no disfruta mucho del trabajo que lleva montar una exposición o lanzar un nuevo libro, Graciela Iturbide afina desde su casa los últimos detalles de lo que será su primera muestra individual en el Centro de la Imagen, titulada Ojos para Volar, la cual se desprende del libro del mismo nombre. Siempre inquieta y apasionada por su trabajo, habla para MILENIO de éste y otros proyectos.


¿De qué se trata esta nueva exposición titulada Ojos para volar?

Esta muestra es el resultado de una entrevista que me hizo Fabienne Bradu hace cuatro años en España, a propósito de una serie que se llamaba Fotógrafos con escritores, en ella hablo de cómo trabajo con la fotografía. Más tarde esta entrevista es retomada por el coleccionista Bill Wittliff, a quién le nace la idea de ilustrar esta conversación con las imágenes de las que se hablaba en dicha conversación. Ojos para volar es parte de la colección de Wittliff, galerista de Austin, Texas que toma forma de libro gracias al apoyo en la producción del Museo de San Marcos y del cual se desprende la exposición del mismo nombre.

En esta ocasión no elegiste de manera directa la obra que se presenta tanto en el libro como en la exposición. ¿Qué te significó trabajar en esta dinámica para alguien que siempre ha tomado la rienda de sus proyectos desde el inicio?

La fotografía tiene muchos caminos. Si bien es cierto que en esta ocasión un coleccionista ha elegido, de acuerdo con su gusto, las imágenes que se reproducen en el libro acorde a la entrevista, el proyecto es interesante, lo que no deja de ser un resultado totalmente diferente al que quizá yo hubiera hecho, pero finalmente la imagen corre solita; unas se quedan en el tiempo y no pasa nada con ellas, otras se van. La visión de un coleccionista siempre es diferente.

La muerte ha sido un tema recurrente en muchas de tus fotografías, en esta ocasión destaca de manera especial la imagen de un cadáver destazado por pájaros. ¿Cuál es la historia detrás de esta pieza?

Es una historia extraña. Siempre he dicho que la cámara para mí es un pretexto para conocer el mundo, la gente y la cultura. Durante un tiempo tuve la obsesión de fotografiar infantes muertos, una vez que estaba en Dolores Hidalgo seguí a una familia que iba a enterrar a su hija; al entrar al cementerio nos encontramos en medio del camino este cadáver. Fue como si la muerte me dijera «déjate de obsesionarte, aquí estoy».

Mientras la familia seguía enterrando a la niña comenzaron a aparecer muchos pájaros. Fue un momento especial que me llevo del tema de la muerte a los pájaros. Después de ese episodio publiqué un libro de pájaros.

Para mí era una imagen muy fuerte que estuvo guardada mucho tiempo, pues fue tomada en 1978 y es hasta hoy que sale a la luz.

Además de la fotografía también te apasiona la literatura y la música.

Me encanta leer. Adoro a Borges, me gusta mucho la literatura sufi. Voy cambiando constantemente de autores y eso tiene mucho que ver con los trabajos que hago.

En cuanto a la música prefiero la gregoriana, la clásica en general, de mis piezas preferidas El evangelio según San Mateo de Bach.

Además de fotógrafa eres cineastas. ¿Qué relación mantienes con esta actividad?

En cuanto a trabajo, lo último que hice fue para Alejandro González Iñárritu en Babel, la cual fue una experiencia maravillosa, pues me dio la libertad de trabajar en lo que quise; fue maravilloso. Por otro lado, veo poco cine, de nuevas producciones no veo mucho, en cambio, cuando puedo, siempre vuelvo a Pasolini o Bergman. Cuando estuve en Roma leí mucho a Pasolini y vi muchas de sus películas.

Cuando viajas, ¿cuántas cámaras llevas contigo?

Tengo varias cámaras. Dos laicas que ahora casi no uso y una Mamiya 6x6, que es la que uso más. Es curioso, pero como que mi visión ahora es más cuadrada por eso trabajo mucho con ella. La cámara que no puedo dejar es mi Rolleiflex, que la adoro, es la cámara que más quiero. Siempre trato de llevarme tres cámaras porque ya me pasó que una vez viaje con dos y las dos se me descompusieron.

Además de Ojos para volar, tienes en puerta varios proyectos muy ambiciosos, entre los que destaca una retrospectiva.

El 16 de diciembre viajaré a Nueva York para presentar un libro sobre el general Omar Efraín Torrijos Herrera, a quien conocí en la década de los 70. Es un pequeño homenaje, la edición incluye un texto de Gabriel García Márquez. También estoy trabajando en un libro para niños y adultos con fotos inéditas, el cual trata del cuento que a mí me hubiera gustado que me contaran de niña, pero con fotografías. Son imágenes que tienen que ver con la fantasía y que encontré en mi archivo. Después viene una reedición de Juchitán con fotos nuevas y un prólogo de Mario Bellatin. En cuanto a la retrospectiva, puedo adelantar que la está organizando el Museo Getty y se planea exhibir más de 180 imágenes.

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