NOTICIAS
El nuevo Dan Brown, vendido por 1,5 millones de dólares
XAVI AYÉN - 28/02/2004 / LA VANGUARDIA
Barcelona. – Aún lo está escribiendo, pero el nuevo libro del norteamericano Dan Brown, “La clave de Salomón”, continuación de “El código Da Vinci”, ha sido vendido, en una feroz subasta, a la editorial Planeta, que ha pagado la cifra récord de un millón y medio de dólares por los derechos en castellano de la obra, según han informado a este diario fuentes participantes en el proceso. El segundo en la puja fue el grupo Random House Mondadori y, en tercer lugar, se quedó Umbriel, la editorial que descubrió al autor en España y que en su día pagó 15.000 dólares por “El código...” cuando nadie apostaba por él.
Umbriel, sin embargo, todavía publicará tres obras más de Brown. De hecho, “El código Da vinci” es la segunda parte de una trilogía sobre sociedades secretas, por lo que, en septiembre, aparecerá en este sello la primera parte, “Ángeles y demonios”, inédita en España, donde aparece por primera vez el personaje de Robert Langdon, que investiga en el interior del Vaticano sobre la secta de los “illuminati”.
Umbriel también tiene previsto publicar otras dos obras de Brown, “Fortaleza digital” –ambientada en Sevilla, donde el autor vivió un tiempo– y “Deception Point”.
sábado, febrero 28, 2004
viernes, febrero 27, 2004
NOTICIAS
Matasellos. La novela que se diluye a sí misma
El Independiente
En algún momento de la historia, el narrador declara “La realidad sólo puede ser interesante cuando ha sido escamoteada”. La misma afirmación podría aplicarse a la literatura, a decir de Heriberto Yépez (Tijuana 1974), académico de la Universidad Autónoma de Baja California y escritor, quien presentará su novela Matasellos (Editorial Sudamericana, 2004) este domingo a las 13 horas, en la Feria de Minería.
Con el pretexto de escribir una “novela”, Yépez concibió la historia de un grupo de filatelistas errumbrosos que residen en Tijuana y que son encontrados muertos de manera misteriosa. Pero esta anécdota simplemente disimula un texto que no podemos llamar novela más que por el sello editorial en el que está impreso, pues en las páginas conviven de manera fragmentaria el ensayo, el tratado filosófico, la poesía, la metanarrativa y, sobre todo, el humor: una burla lacerante que se dirige hacia la noción de género literario, pero que rebasa el mero juego postmoderno al emitir una parodia sobre sí mismo.
Así, la vida de los ancianos, que pende de la colección de unos cuantos timbres postales carcomidos por el tiempo, es atravesada por un narrador que se burla tanto de los personajes como del lector, pero también de su propia condición autoritaria, volviendo casi imposible, o al menos incómoda, la lectura de una obra que lo último que respeta es su propia condición literaria.
—Vives en la frontera y tu obra transita por la frontera de los géneros, ¿hay alguna relación?
—Totalmente. Me inscribo de manera flagrante en lo que es la literatura fronteriza, que es una etiqueta de la cual muchos están huyendo después de su auge en los 80 y 90. Yo y otros nos hemos quedado con el tema, pero no sólo en sentido geográfico sino también estructural. Me gusta pensar que hago literatura fronteriza en el sentido de cruzar las fronteras genéricas. Claro que también tiene que ver con mi situación geográfica. Vivir en Tijuana me hace leer más literatura norteamericana que mexicana, no por malinchismo, sino porque me sale más barato comprar libros de viejo allá. Por eso en Matasellos hay una fuerte influencia de ciertos autores experimentales de la New Narrative, como Cathie Acker, Robert Gluck o Denis Cooper, que juegan con la cuestión del posmodernismo.
—¿Cómo funciona la periferia?
—Me inscribo, como ya comenté, más en una literatura periférica, en eso que Sabato llama el “bárbaro periférico”, aquel que escribe fuera de los centros de poder con referencias que no son las del canon. Lo posmoderno está ligado al neoliberalismo. A mí me agrada más el término poscolonial, es decir, aquella literatura que mantiene una critica a la modernidad, pero que todavía le da a la literatura una función social de la cual se burla el posmodernismo. Me interesa también ser desplazable, que pueda publicar en editoriales grandes y pequeñas, no ser purista, ni underground ni mainstream.
—¿Matasellos sería entonces una novela posmoderna o postcolonial?
—Quisiera pensar que post moderna, pero a manera de parodia, porque es una corriente que ya está agotada. Creo que mi obra está en comunicación con la novela tradicional, con la mexicana, con internet, con la música, y que a la vez es un juego con la literatura fronteriza. Con respecto al término novela, decía Borges que el genero literario es una expectativa. Francamente mi libro no es una novela y no quiero que lo sea. Si para los lectores es una novela, entonces fracasó; quisiera pensar que es un libro que también pudiera estar incluido en una antología de ensayo o en un tratado ficticio de filosofía.
Matasellos. La novela que se diluye a sí misma
El Independiente
En algún momento de la historia, el narrador declara “La realidad sólo puede ser interesante cuando ha sido escamoteada”. La misma afirmación podría aplicarse a la literatura, a decir de Heriberto Yépez (Tijuana 1974), académico de la Universidad Autónoma de Baja California y escritor, quien presentará su novela Matasellos (Editorial Sudamericana, 2004) este domingo a las 13 horas, en la Feria de Minería.
Con el pretexto de escribir una “novela”, Yépez concibió la historia de un grupo de filatelistas errumbrosos que residen en Tijuana y que son encontrados muertos de manera misteriosa. Pero esta anécdota simplemente disimula un texto que no podemos llamar novela más que por el sello editorial en el que está impreso, pues en las páginas conviven de manera fragmentaria el ensayo, el tratado filosófico, la poesía, la metanarrativa y, sobre todo, el humor: una burla lacerante que se dirige hacia la noción de género literario, pero que rebasa el mero juego postmoderno al emitir una parodia sobre sí mismo.
Así, la vida de los ancianos, que pende de la colección de unos cuantos timbres postales carcomidos por el tiempo, es atravesada por un narrador que se burla tanto de los personajes como del lector, pero también de su propia condición autoritaria, volviendo casi imposible, o al menos incómoda, la lectura de una obra que lo último que respeta es su propia condición literaria.
—Vives en la frontera y tu obra transita por la frontera de los géneros, ¿hay alguna relación?
—Totalmente. Me inscribo de manera flagrante en lo que es la literatura fronteriza, que es una etiqueta de la cual muchos están huyendo después de su auge en los 80 y 90. Yo y otros nos hemos quedado con el tema, pero no sólo en sentido geográfico sino también estructural. Me gusta pensar que hago literatura fronteriza en el sentido de cruzar las fronteras genéricas. Claro que también tiene que ver con mi situación geográfica. Vivir en Tijuana me hace leer más literatura norteamericana que mexicana, no por malinchismo, sino porque me sale más barato comprar libros de viejo allá. Por eso en Matasellos hay una fuerte influencia de ciertos autores experimentales de la New Narrative, como Cathie Acker, Robert Gluck o Denis Cooper, que juegan con la cuestión del posmodernismo.
—¿Cómo funciona la periferia?
—Me inscribo, como ya comenté, más en una literatura periférica, en eso que Sabato llama el “bárbaro periférico”, aquel que escribe fuera de los centros de poder con referencias que no son las del canon. Lo posmoderno está ligado al neoliberalismo. A mí me agrada más el término poscolonial, es decir, aquella literatura que mantiene una critica a la modernidad, pero que todavía le da a la literatura una función social de la cual se burla el posmodernismo. Me interesa también ser desplazable, que pueda publicar en editoriales grandes y pequeñas, no ser purista, ni underground ni mainstream.
—¿Matasellos sería entonces una novela posmoderna o postcolonial?
—Quisiera pensar que post moderna, pero a manera de parodia, porque es una corriente que ya está agotada. Creo que mi obra está en comunicación con la novela tradicional, con la mexicana, con internet, con la música, y que a la vez es un juego con la literatura fronteriza. Con respecto al término novela, decía Borges que el genero literario es una expectativa. Francamente mi libro no es una novela y no quiero que lo sea. Si para los lectores es una novela, entonces fracasó; quisiera pensar que es un libro que también pudiera estar incluido en una antología de ensayo o en un tratado ficticio de filosofía.
jueves, febrero 26, 2004
NOTICIAS
UNA CELEBRACIÓN CULTURAL PARA EL 2005
Tras el Fòrum, el año del Libro
El evento arranca con el apoyo de Ayuntamiento, editores, libreros y autores
XAVI AYÉN – LA VANGUARDIA - 26/02/2004
En la ciudad de Barcelona hay un sector económico que factura 1.445 millones de euros al año, que provoca colas y tumultos de niños en las librerías, que silenciosamente va ganando cada vez más lectores y que, en el 2005, pretende abandonar el segundo plano en que se encuentra para convertirse en el gran protagonista cultural del año. Hablamos del mundo del libro, que ayer, en un acto imbuido de “espíritu olímpico”, se agrupó en el Saló de Cent del Ayuntamiento de Barcelona para constituir solemnemente el consejo promotor del año del Libro y la Lectura 2005 (año del cuarto centenario de la publicación del “Quijote”).
La anécdota de la jornada la produjo la petición que habían hecho los organizadores a editores, libreros y escritores de que trajeran con ellos un libro que haya sido importante en su vida. Así, vimos al alcalde Joan Clos con “La invención de la paz: reflexiones sobre la guerra y el orden internacional” de Michael Howard; al concejal Xavier Trias con “Rubik a les palpentes” de su sobrino Jordi Cabré; a Eduardo Mendoza con “La Biblia”; al librero Santi Ruiz con “El festín del amor” de Charles Baxter; al presidente de los editores en lengua catalana, Manel Sanglas, con “El petit príncep”; al consejero delegado de Random House Mondadori, Riccardo Cavallero, con “Juventud” de J.M.Coetzee; al editor Jorge Herralde con “Lolita” de Vladimir Nabokov; al concejal Ferran Mascarell con “El hombre sin atributos” de Robert Musil; o al comisario del año del Libro Sergio Vila-Sanjuán con “García Lorca, asesinado. Toda la verdad”, obra escrita por su padre, José Luis Vila-San-Juan, fallecido recientemente.
Más de 170 personas, empresas e instituciones se han adherido, de momento, al año del Libro, que sigue añadiendo actos a su programa. Ayer se dieron a conocer cuatro nuevas exposiciones. Una, en la Pedrera, mostrará las visiones del Quijote que tuvieron Doré, Matta y Picasso. Otra, “Catàlegs”, en el Museu de les Arts Decoratives, se detendrá en aquellos libros curiosos que clasifican alguna faceta del mundo. El Museu Etnològic, por su parte, exhibirá “La volta al món en 80 objectes”, ochenta piezas que evocarán el viaje de Phileas Fogg, el personaje de Julio Verne, de cuya muerte se celebra el centenario en el 2005. Y la Reial Acadèmia de Bones Lletres presentará una selección de 7.000 ex libris. Estas exposiciones se suman a las ya sabidas sobre “La Barcelona del ‘Quijote’”, “El exilio cultural catalán”, tres bibliófilos catalanes (Lluís Jou, Jaume Pla y Miquel Plana) o la “Biblioteca colombina” de Hernando de Colón, hijo del descubridor de América. También se anuncian unas jornadas sobre las nuevas tendencias de la narrativa en catalán, y un encuentro sobre literatura y gastronomía.
En el acto de ayer, intervino, entre otros, el editor Jaume Vallcorba, quien recordó que Dante, en la “Divina Comedia”, cuando entrevé a Dios, lo describe “como un libro que compila todo el universo”, y que fue en Barcelona, en el año 1429, donde se realizó la primera traducción de la gran obra de Dante a una lengua vulgar, en concreto al catalán.
No todo es orégano en el monte editorial. Los grandes grupos editoriales (Planeta, Random House Mondadori y, a escala catalana, Grup 62) reajustan plantillas (en los últimos tiempos han dejado de trabajar para ellos varios centenares de personas) y remodelan sus cargos directivos. Ayer, la comidilla en el Ayuntamiento era el cese de Julián León como director editorial del grupo Planeta.
UNA CELEBRACIÓN CULTURAL PARA EL 2005
Tras el Fòrum, el año del Libro
El evento arranca con el apoyo de Ayuntamiento, editores, libreros y autores
XAVI AYÉN – LA VANGUARDIA - 26/02/2004
En la ciudad de Barcelona hay un sector económico que factura 1.445 millones de euros al año, que provoca colas y tumultos de niños en las librerías, que silenciosamente va ganando cada vez más lectores y que, en el 2005, pretende abandonar el segundo plano en que se encuentra para convertirse en el gran protagonista cultural del año. Hablamos del mundo del libro, que ayer, en un acto imbuido de “espíritu olímpico”, se agrupó en el Saló de Cent del Ayuntamiento de Barcelona para constituir solemnemente el consejo promotor del año del Libro y la Lectura 2005 (año del cuarto centenario de la publicación del “Quijote”).
La anécdota de la jornada la produjo la petición que habían hecho los organizadores a editores, libreros y escritores de que trajeran con ellos un libro que haya sido importante en su vida. Así, vimos al alcalde Joan Clos con “La invención de la paz: reflexiones sobre la guerra y el orden internacional” de Michael Howard; al concejal Xavier Trias con “Rubik a les palpentes” de su sobrino Jordi Cabré; a Eduardo Mendoza con “La Biblia”; al librero Santi Ruiz con “El festín del amor” de Charles Baxter; al presidente de los editores en lengua catalana, Manel Sanglas, con “El petit príncep”; al consejero delegado de Random House Mondadori, Riccardo Cavallero, con “Juventud” de J.M.Coetzee; al editor Jorge Herralde con “Lolita” de Vladimir Nabokov; al concejal Ferran Mascarell con “El hombre sin atributos” de Robert Musil; o al comisario del año del Libro Sergio Vila-Sanjuán con “García Lorca, asesinado. Toda la verdad”, obra escrita por su padre, José Luis Vila-San-Juan, fallecido recientemente.
Más de 170 personas, empresas e instituciones se han adherido, de momento, al año del Libro, que sigue añadiendo actos a su programa. Ayer se dieron a conocer cuatro nuevas exposiciones. Una, en la Pedrera, mostrará las visiones del Quijote que tuvieron Doré, Matta y Picasso. Otra, “Catàlegs”, en el Museu de les Arts Decoratives, se detendrá en aquellos libros curiosos que clasifican alguna faceta del mundo. El Museu Etnològic, por su parte, exhibirá “La volta al món en 80 objectes”, ochenta piezas que evocarán el viaje de Phileas Fogg, el personaje de Julio Verne, de cuya muerte se celebra el centenario en el 2005. Y la Reial Acadèmia de Bones Lletres presentará una selección de 7.000 ex libris. Estas exposiciones se suman a las ya sabidas sobre “La Barcelona del ‘Quijote’”, “El exilio cultural catalán”, tres bibliófilos catalanes (Lluís Jou, Jaume Pla y Miquel Plana) o la “Biblioteca colombina” de Hernando de Colón, hijo del descubridor de América. También se anuncian unas jornadas sobre las nuevas tendencias de la narrativa en catalán, y un encuentro sobre literatura y gastronomía.
En el acto de ayer, intervino, entre otros, el editor Jaume Vallcorba, quien recordó que Dante, en la “Divina Comedia”, cuando entrevé a Dios, lo describe “como un libro que compila todo el universo”, y que fue en Barcelona, en el año 1429, donde se realizó la primera traducción de la gran obra de Dante a una lengua vulgar, en concreto al catalán.
No todo es orégano en el monte editorial. Los grandes grupos editoriales (Planeta, Random House Mondadori y, a escala catalana, Grup 62) reajustan plantillas (en los últimos tiempos han dejado de trabajar para ellos varios centenares de personas) y remodelan sus cargos directivos. Ayer, la comidilla en el Ayuntamiento era el cese de Julián León como director editorial del grupo Planeta.
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Amor, mujeres y narcotráfico en nuevo libro de Homero Aridjis
MEXICO, DF, México (Librusa) - Historias de amor, mujeres, perros, muerte y narcotráfico ocupan las páginas de un nuevo libro de relatos del mexicano Homero Aridjis, titulado "La santa muerte" y publicado bajo el sello Alfaguara.
"Este es un conjunto de seis relatos que su autor ha subtitulado como 'Sexteto del amor, las mujeres, los perros y la muerte'", indica una nota de la editorial. "El primero, que da título al volumen, reúne a narcotraficantes, políticos, delincuentes, empresarios y policías que comparten un rasgo en común: todos rinden culto a la Santa Muerte, la imagen de la muerte violenta, para que los proteja de sus enemigos y les otorgue poder, impunidad y dinero", agrega la fuente.
También, en el relato titulado El perro de los niños de la calle, "un perro es narrador y cuenta cómo es la vida de sus amos", mientras que en otro cuento (en La calle de las vidrieras) "un anciano holandés se pasea por el barrio de las mujeres en vitrina de Amsterdam, deseando contratar los servicios de una para tener la última relación sexual de su vida".
Poeta, narrador y ganador de premios en México y al nivel internacional, Homero Aridjis nació en México en 1940. Entre sus obras destacan "En quién piensas cuando haces el amor", "El último Adán", "Vida y obra de Juan Cabezón de Castilla" y "Visiones del año mil".
Amor, mujeres y narcotráfico en nuevo libro de Homero Aridjis
MEXICO, DF, México (Librusa) - Historias de amor, mujeres, perros, muerte y narcotráfico ocupan las páginas de un nuevo libro de relatos del mexicano Homero Aridjis, titulado "La santa muerte" y publicado bajo el sello Alfaguara.
"Este es un conjunto de seis relatos que su autor ha subtitulado como 'Sexteto del amor, las mujeres, los perros y la muerte'", indica una nota de la editorial. "El primero, que da título al volumen, reúne a narcotraficantes, políticos, delincuentes, empresarios y policías que comparten un rasgo en común: todos rinden culto a la Santa Muerte, la imagen de la muerte violenta, para que los proteja de sus enemigos y les otorgue poder, impunidad y dinero", agrega la fuente.
También, en el relato titulado El perro de los niños de la calle, "un perro es narrador y cuenta cómo es la vida de sus amos", mientras que en otro cuento (en La calle de las vidrieras) "un anciano holandés se pasea por el barrio de las mujeres en vitrina de Amsterdam, deseando contratar los servicios de una para tener la última relación sexual de su vida".
Poeta, narrador y ganador de premios en México y al nivel internacional, Homero Aridjis nació en México en 1940. Entre sus obras destacan "En quién piensas cuando haces el amor", "El último Adán", "Vida y obra de Juan Cabezón de Castilla" y "Visiones del año mil".
miércoles, febrero 25, 2004
NOTICIAS
La película fallida
En el “Dune” de Jodorowsky
Antes que David Lynch, Alejandro Jodorowsky intentó en los años setenta llevar al cine “Dune”. Dalí debía interpretar un papel en este filme que no llegó a realizarse. Recuperamos parte del relato, publicado por el cineasta en una revista mexicana, de sus encuentros con el pintor
ALEJANDRO JODOROWSKY / La Vanguardia- 25/02/2004
París. El nieto del petómano nos telefonea para darnos una cita definitiva en Barcelona. Apenas cuelgo el teléfono, suena de nuevo. Es Dalí, que me invita a comer para hablar de su papel antes de irse a España.
Llego al Meurisse. Está solo. Voy a discutir su precio. (...) Nos hemos quedado a solas. Dalí sólo se mira para engomar su bigote antena y me dice, a quemarropa, que no quiere ser dirigido. Quiere hacer lo que le dé la gana... Le pregunto:
–Si yo fuera un rico propietario y le encargara pintarme en una tela lo que usted quisiera... ¿Usted lo haría?
–Por supuesto.
–¿Sin importarle que la tela fuera cuadrada, redonda, rectangular, octogonal, etcétera?
–Si usted me da una tela blanca, de la forma que sea, yo le pintaré el cuadro siempre y cuando no se meta con lo que yo haga.
–Dalí, es posible que trabajemos juntos. Yo le daré las formas haciéndole preguntas y usted me responderá como quiera con acciones.
Dalí acepta. Pienso que la batalla será formidable. Va a ser necesario prever sus respuestas, como en un juego de ajedrez. Por ejemplo, si le pregunto: ¿Cómo está vestido el Emperador?, es probable que me responda: “En el año veinte mil Dalí será considerado como un Dios, como hoy lo es Cristo. El Emperador de la Galaxia estará vestido de Dalí”.
Si le pregunto cómo será su palacio, puede responderme: como una reproducción exacta de la histórica estación de trenes de Perpiñán...
Si me da estas dos respuestas, puede acabar con mi filme, que es de ciencia ficción pura. Necesito estipular en el contrato que hay algunos límites: Dalí no podrá interpretar a Dalí, etcétera.
La idea de un juego tal me parece genuinamente surrealista. Estoy más que nunca decidido a trabajar con el anárquico pintor. Amanda Lear, tentada por la idea de hacer el papel de la princesa Irulán, hija del Emperador, me lleva aparte y trata de intimar conmigo diciéndome que Dalí es un saboteador por masoquismo; que el maestro prefiere las cosas que fracasan; que la palabra “perfección” lo exaspera.
Un cineasta que ha entrado en la pieza junto con Amanda también me lleva aparte: ha hecho con Dalí un filme para la TV alemana. Dalí, según él, es sádico e imprevisible hasta el punto de elegir para ser filmado rincones oscuros a pesar de que los obreros han pasado un día entero iluminando sets donde él, a último momento, se niega a poner los pies.
Eso no me aterra, solamente me da la idea de iluminar, el día de la filmación, no solamente los sets, sino también los pasillos, los W.C., los techos, todo. Si no tengo rincones oscuros, habré ganado esa batalla.
Dalí me dice que en el próximo encuentro en Barcelona, va a ser necesario firmar un contrato y me repite que para él mi carta con la imagen del colgado es su contrato.
Barcelona. Llegamos a un gran hotel de Barcelona. Como todos los hoteles que Dalí frecuenta, es de corte antiguo, elegante pero con olor a humedad y decadencia. Mi socio francés teme una explosión de mal humor de Dalí cuando sepa que no le pagaremos trescientos mil dólares, sino ciento cincuenta mil... Para evitarnos un mal rato decidimos primero hablar por teléfono al cuarto del nieto del petómano:
“Señor Ravataire, es mejor no perder más tiempo: no podemos ofrecerle a Dalí lo que él pide, sino la mitad. Háblele usted y si el asunto le interesa, llámenos en diez minutos. Si él no quiere, es mejor que nos volvamos a París sin verlo.”
Al cabo de diez minutos, el nieto del petómano nos llama:
“Vengan, Dalí los espera.”
Hemos ganado el primer round. Si nos quiere ver es porque la cantidad le interesa. Pensamos que comenzará por una actuación despectiva, pero que después de un rato cambiará el teatro y llegará a un acuerdo. Nos prometemos guardar la sangre fría y pase lo que pase obtener nuestro objetivo.
Dalí está esta vez realtivamente solo. Lo acompaña Amanda y dos secretarias. Como lo habíamos predicho, Dalí se muestra despreciativo:
“Dalí es como un taxi: mientras más tiempo pasa más caro cuesta. ¡Y ustedes, mientras más tiempo pasa menos le quieren pagar!”
Doy por sentado que él va a trabajar en mi film y sin hacer caso de su mal humor le digo que además de no pagarle lo que pide, se nos hace imposible filmar en su villa de Cadaqués, como él quiere, porque nos costaría muy caro viajar con todos los técnicos, los materiales y el elenco de París a España... Deberá venir él a Francia. Además, por ciento cincuenta mil dólares quiero tres días completos de filmación y no una hora y media. Quisiera además tomarle moldes para obtener un muñeco de plástico idéntico a él, para utilizarlo como su doble en el film. (...) Y continuando le digo que quiero que sepa que lo empleamos en la película a pesar de todas las dificultades porque lo admiro.
...Dalí se pone furioso. Grita:
"¡Los voy a atrapar como ratas! ¡Quieren economizar dinero no viniendo a España! ¡Bien! ¡Filmaré en París, pero los decorados les costarán más caros que los paisajes de Cadaqués! ¡Y el museo de Dalí, que pronto inauguraré... En fin... Dalí cuesta cien mil dólares la hora! ¡Usted dice que me admira, pero EL NOMBRE de Dalí ¡no significa nada? ¿Dalí no les va a dar publicidad y dinero?" (...)
Dalí se tranquiliza poco a poco. Piensa en el muñeco idéntico a él. Se va dando cuenta de que le encantaría tener una copia exacta, tamaño natural, de su cuerpo. Nos recomienda un escultor americano y decide aceptar siempre y cuando, después de la filmación, le regalemos el robot para exhibirlo en su museo.
Aceptamos gustosos y además le regalaremos también su W.C.
Alejandro Jodorowsky (Chile, 1930) es autor y director teatral, novelista, autor de cómics, especialista en tarot y cineasta. Su proyecto de filmar “Dune” fracasó por diversos problemas de producción y distribución
La película fallida
En el “Dune” de Jodorowsky
Antes que David Lynch, Alejandro Jodorowsky intentó en los años setenta llevar al cine “Dune”. Dalí debía interpretar un papel en este filme que no llegó a realizarse. Recuperamos parte del relato, publicado por el cineasta en una revista mexicana, de sus encuentros con el pintor
ALEJANDRO JODOROWSKY / La Vanguardia- 25/02/2004
París. El nieto del petómano nos telefonea para darnos una cita definitiva en Barcelona. Apenas cuelgo el teléfono, suena de nuevo. Es Dalí, que me invita a comer para hablar de su papel antes de irse a España.
Llego al Meurisse. Está solo. Voy a discutir su precio. (...) Nos hemos quedado a solas. Dalí sólo se mira para engomar su bigote antena y me dice, a quemarropa, que no quiere ser dirigido. Quiere hacer lo que le dé la gana... Le pregunto:
–Si yo fuera un rico propietario y le encargara pintarme en una tela lo que usted quisiera... ¿Usted lo haría?
–Por supuesto.
–¿Sin importarle que la tela fuera cuadrada, redonda, rectangular, octogonal, etcétera?
–Si usted me da una tela blanca, de la forma que sea, yo le pintaré el cuadro siempre y cuando no se meta con lo que yo haga.
–Dalí, es posible que trabajemos juntos. Yo le daré las formas haciéndole preguntas y usted me responderá como quiera con acciones.
Dalí acepta. Pienso que la batalla será formidable. Va a ser necesario prever sus respuestas, como en un juego de ajedrez. Por ejemplo, si le pregunto: ¿Cómo está vestido el Emperador?, es probable que me responda: “En el año veinte mil Dalí será considerado como un Dios, como hoy lo es Cristo. El Emperador de la Galaxia estará vestido de Dalí”.
Si le pregunto cómo será su palacio, puede responderme: como una reproducción exacta de la histórica estación de trenes de Perpiñán...
Si me da estas dos respuestas, puede acabar con mi filme, que es de ciencia ficción pura. Necesito estipular en el contrato que hay algunos límites: Dalí no podrá interpretar a Dalí, etcétera.
La idea de un juego tal me parece genuinamente surrealista. Estoy más que nunca decidido a trabajar con el anárquico pintor. Amanda Lear, tentada por la idea de hacer el papel de la princesa Irulán, hija del Emperador, me lleva aparte y trata de intimar conmigo diciéndome que Dalí es un saboteador por masoquismo; que el maestro prefiere las cosas que fracasan; que la palabra “perfección” lo exaspera.
Un cineasta que ha entrado en la pieza junto con Amanda también me lleva aparte: ha hecho con Dalí un filme para la TV alemana. Dalí, según él, es sádico e imprevisible hasta el punto de elegir para ser filmado rincones oscuros a pesar de que los obreros han pasado un día entero iluminando sets donde él, a último momento, se niega a poner los pies.
Eso no me aterra, solamente me da la idea de iluminar, el día de la filmación, no solamente los sets, sino también los pasillos, los W.C., los techos, todo. Si no tengo rincones oscuros, habré ganado esa batalla.
Dalí me dice que en el próximo encuentro en Barcelona, va a ser necesario firmar un contrato y me repite que para él mi carta con la imagen del colgado es su contrato.
Barcelona. Llegamos a un gran hotel de Barcelona. Como todos los hoteles que Dalí frecuenta, es de corte antiguo, elegante pero con olor a humedad y decadencia. Mi socio francés teme una explosión de mal humor de Dalí cuando sepa que no le pagaremos trescientos mil dólares, sino ciento cincuenta mil... Para evitarnos un mal rato decidimos primero hablar por teléfono al cuarto del nieto del petómano:
“Señor Ravataire, es mejor no perder más tiempo: no podemos ofrecerle a Dalí lo que él pide, sino la mitad. Háblele usted y si el asunto le interesa, llámenos en diez minutos. Si él no quiere, es mejor que nos volvamos a París sin verlo.”
Al cabo de diez minutos, el nieto del petómano nos llama:
“Vengan, Dalí los espera.”
Hemos ganado el primer round. Si nos quiere ver es porque la cantidad le interesa. Pensamos que comenzará por una actuación despectiva, pero que después de un rato cambiará el teatro y llegará a un acuerdo. Nos prometemos guardar la sangre fría y pase lo que pase obtener nuestro objetivo.
Dalí está esta vez realtivamente solo. Lo acompaña Amanda y dos secretarias. Como lo habíamos predicho, Dalí se muestra despreciativo:
“Dalí es como un taxi: mientras más tiempo pasa más caro cuesta. ¡Y ustedes, mientras más tiempo pasa menos le quieren pagar!”
Doy por sentado que él va a trabajar en mi film y sin hacer caso de su mal humor le digo que además de no pagarle lo que pide, se nos hace imposible filmar en su villa de Cadaqués, como él quiere, porque nos costaría muy caro viajar con todos los técnicos, los materiales y el elenco de París a España... Deberá venir él a Francia. Además, por ciento cincuenta mil dólares quiero tres días completos de filmación y no una hora y media. Quisiera además tomarle moldes para obtener un muñeco de plástico idéntico a él, para utilizarlo como su doble en el film. (...) Y continuando le digo que quiero que sepa que lo empleamos en la película a pesar de todas las dificultades porque lo admiro.
...Dalí se pone furioso. Grita:
"¡Los voy a atrapar como ratas! ¡Quieren economizar dinero no viniendo a España! ¡Bien! ¡Filmaré en París, pero los decorados les costarán más caros que los paisajes de Cadaqués! ¡Y el museo de Dalí, que pronto inauguraré... En fin... Dalí cuesta cien mil dólares la hora! ¡Usted dice que me admira, pero EL NOMBRE de Dalí ¡no significa nada? ¿Dalí no les va a dar publicidad y dinero?" (...)
Dalí se tranquiliza poco a poco. Piensa en el muñeco idéntico a él. Se va dando cuenta de que le encantaría tener una copia exacta, tamaño natural, de su cuerpo. Nos recomienda un escultor americano y decide aceptar siempre y cuando, después de la filmación, le regalemos el robot para exhibirlo en su museo.
Aceptamos gustosos y además le regalaremos también su W.C.
Alejandro Jodorowsky (Chile, 1930) es autor y director teatral, novelista, autor de cómics, especialista en tarot y cineasta. Su proyecto de filmar “Dune” fracasó por diversos problemas de producción y distribución
NOMUS
Esta semana tenemos para ti sandwiches en pan de siete granos acompañado de una cerveza Victoria o Corona a tan sólo 40 pesos.
Y el jueves continuamos con el ciclo de cine Pensar la Ciudad con el largometraje Smoke, cuyo guión fue escrito por el novelista de culto Paul Auster. La función empieza a las 7 en punto, así que llega temprano. Después de la película habrá discusión coordinada por Lalas Tapia y Angel Estrada.
El café que servimos en Nomus es cultivado con métodos orgánicos por campesinos mexicanos y distribuido por medio de estrategias de comercio justo. Además, es fragante y delicioso.
La especialidad de la casa es la clientela del lugar. Ven y convive con artistas, estudiantes y otros personajes extraordinarios. También puedes disfrutar de una pechuguitas de pollo en salsa de queso y chile chipotle con un vaso de vino tinto por tan sólo $65 M.N.
Los sábados visita nuestro bazar de artesanías a partir de las cinco de la tarde y entre 6 de la tarde y 8 de la noche disfruta una Corona o una Victoria por tan sólo 12 pesos. Trae tu tambor o cualquier otro instrumento de perscusión y súmate a los percusionista nómadas que suele visitar Nomus los sábados.
Te esperamos
Esta semana tenemos para ti sandwiches en pan de siete granos acompañado de una cerveza Victoria o Corona a tan sólo 40 pesos.
Y el jueves continuamos con el ciclo de cine Pensar la Ciudad con el largometraje Smoke, cuyo guión fue escrito por el novelista de culto Paul Auster. La función empieza a las 7 en punto, así que llega temprano. Después de la película habrá discusión coordinada por Lalas Tapia y Angel Estrada.
El café que servimos en Nomus es cultivado con métodos orgánicos por campesinos mexicanos y distribuido por medio de estrategias de comercio justo. Además, es fragante y delicioso.
La especialidad de la casa es la clientela del lugar. Ven y convive con artistas, estudiantes y otros personajes extraordinarios. También puedes disfrutar de una pechuguitas de pollo en salsa de queso y chile chipotle con un vaso de vino tinto por tan sólo $65 M.N.
Los sábados visita nuestro bazar de artesanías a partir de las cinco de la tarde y entre 6 de la tarde y 8 de la noche disfruta una Corona o una Victoria por tan sólo 12 pesos. Trae tu tambor o cualquier otro instrumento de perscusión y súmate a los percusionista nómadas que suele visitar Nomus los sábados.
Te esperamos
NOTICIAS
Reciben Bracho y Palou premio Xavier Villaurrutia
El Universal / Ciudad de México
Los galardones fueron entregados a los escritores por las obras "Ese espacio, ese jardín" y "Con la muerte en los puños", respectivamente
El premio Xavier Villaurrutia 2003, de Escritores para Escritores, fue entregado la víspera a la poeta Coral Bracho por su obra "Ese espacio, ese jardín" y al escritor Pedro Angel Palou por su novela "Con la muerte en los puños", en una ceremonia celebrada en el Palacio de Bellas Artes.
Luego de un largo aplauso en el que se dejaban escuchar los gritos de bravo!, los dos escritores mexicanos recibieron el galardón de manos de Sari Bermúdez, presidenta del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), organismo que apoya el premio que entrega año con año la Sociedad Alfonsina Internacional, que preside Alí Chumacero.
El jurado, integrado por los escritores Mario Bellatin (presidente), Daniel Sada y Alberto Ruy Sánchez, aseguró que las dos obras ganadoras se convertirán en clásicos de la literatura contemporánea, y pese a que poseen estilos muy diferentes, llegan a lo que buscaba Villaurrutia: nuevas posibilidades, nuevas aportaciones de libertad.
Sada dijo que desde hace mucho tiempo no había leído una novela mexicana de raigambre tan bien concebida y eficaz como "Con la muerte en los puños", que tiene una apuesta por la oralidad que se ajusta a una sólida unidad dramática sostenida de principio a fin, audacia que se refuerza porque está escrita con una prosa en los límites de la sublimación.
"Pedro Angel Palou ha logrado suplantar ese realismo a ultranza, porque su alcance estético no se detiene en es consabido registro; el metalenguaje novelístico nos mete de lleno en el mundo del boxeo y en sus lapsos de grandeza y del fracaso", abundó.
El escritor mexicano que calificó a la obra de Palou como una novela brillante, dijo que Coral Bracho logra con "Ese espacio, ese jardín" reafirmar que su voz es una de las más importantes de la lengua española, "su obra es la piedra miliar de la poesía que se escribe actualmente en México, que representa la ruptura con la tradición sin suprimirla".
Calificó el libro de Coral Bracho como un poema abierto y acuciante, pero también dijo que es la posibilidad de asir todo lo que los sentidos y la razón pueden captar, además de ser el receptáculo introspectivo que revela los paisajes del alma.
Mientras tanto, Ruy aseguró que cada uno de estos libros están destinados a convertirse en clásicos de la literatura mexicana; "el libro de Coral Bracho habla de la vida desde la muerte, que es un aporte a la literatura mexicana donde siempre se ha hablado de la muerte desde la vida
Reciben Bracho y Palou premio Xavier Villaurrutia
El Universal / Ciudad de México
Los galardones fueron entregados a los escritores por las obras "Ese espacio, ese jardín" y "Con la muerte en los puños", respectivamente
El premio Xavier Villaurrutia 2003, de Escritores para Escritores, fue entregado la víspera a la poeta Coral Bracho por su obra "Ese espacio, ese jardín" y al escritor Pedro Angel Palou por su novela "Con la muerte en los puños", en una ceremonia celebrada en el Palacio de Bellas Artes.
Luego de un largo aplauso en el que se dejaban escuchar los gritos de bravo!, los dos escritores mexicanos recibieron el galardón de manos de Sari Bermúdez, presidenta del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), organismo que apoya el premio que entrega año con año la Sociedad Alfonsina Internacional, que preside Alí Chumacero.
El jurado, integrado por los escritores Mario Bellatin (presidente), Daniel Sada y Alberto Ruy Sánchez, aseguró que las dos obras ganadoras se convertirán en clásicos de la literatura contemporánea, y pese a que poseen estilos muy diferentes, llegan a lo que buscaba Villaurrutia: nuevas posibilidades, nuevas aportaciones de libertad.
Sada dijo que desde hace mucho tiempo no había leído una novela mexicana de raigambre tan bien concebida y eficaz como "Con la muerte en los puños", que tiene una apuesta por la oralidad que se ajusta a una sólida unidad dramática sostenida de principio a fin, audacia que se refuerza porque está escrita con una prosa en los límites de la sublimación.
"Pedro Angel Palou ha logrado suplantar ese realismo a ultranza, porque su alcance estético no se detiene en es consabido registro; el metalenguaje novelístico nos mete de lleno en el mundo del boxeo y en sus lapsos de grandeza y del fracaso", abundó.
El escritor mexicano que calificó a la obra de Palou como una novela brillante, dijo que Coral Bracho logra con "Ese espacio, ese jardín" reafirmar que su voz es una de las más importantes de la lengua española, "su obra es la piedra miliar de la poesía que se escribe actualmente en México, que representa la ruptura con la tradición sin suprimirla".
Calificó el libro de Coral Bracho como un poema abierto y acuciante, pero también dijo que es la posibilidad de asir todo lo que los sentidos y la razón pueden captar, además de ser el receptáculo introspectivo que revela los paisajes del alma.
Mientras tanto, Ruy aseguró que cada uno de estos libros están destinados a convertirse en clásicos de la literatura mexicana; "el libro de Coral Bracho habla de la vida desde la muerte, que es un aporte a la literatura mexicana donde siempre se ha hablado de la muerte desde la vida
NOTICIAS
Laura Restrepo gana el Alfaguara de novela
La realidad triunfa sobre la literatura
Jorge Luis Espinosa / El Independiente
La escritora colombiana Laura Restrepo obtuvo ayer el premio Alfaguara de Novela 2004 por Delirio, una historia en torno a la locura y la violencia, “pero sobre todo acerca del amor”, como lo explicó el presidente del jurado, el escritor José Saramago, quien indicó que éste es un libro que da cuenta de la extraordinaria historia de amor de un hombre enamorado hasta la médula de su mujer.
El jurado, integrado además por Josefina Aldecoa, Javier Cercas, Juan Cueto Alas, Paz Alicia Garciadiego, Juan González y Daniel Samper Pizano, indicó que se “trata de una obra completa, en la que caben la tragedia y el humor, las pasiones más bajas y los sentimientos más altruistas, la crueldad y la solidaridad. Un caleidoscopio de la sociedad moderna, centrado en la realidad compleja y exasperada de Colombia”.
Delirio narra la historia de un profesor de literatura que se dedica a repartir comida para perros, está enamorado de Agustina, y a la vuelta de unas vacaciones encuentra que ella ha enloquecido. Todo esto tiene como trasfondo la Colombia de los años 90, la violencia y las drogas.
Incluso uno de los personajes secundarios, Midas McAlister, es un intermediario del cártel de Pablo Escobar, quien se dedica a recaudar el dinero de las familias acaudaladas de la sociedad colombiana para pagar el contrabando de la droga.
Restrepo verá editada su novela en España y 18 países de América Latina. El galardón le será entregado el próximo 20 de abril. Fue una de las cinco novelas que llegaron a la final entre los 635 originales enviados. De España se recibieron 191 manuscritos, de Argentina 178, de México 73 y de Colombia 32, entre los países con mayor participación.
Hasta ahora en el balance del Alfaguara de novela el marcador va 5 contra 2, favor Latinoamérica.
Hasta la fecha sólo dos autores españoles han obtenido este galardón: Clara Sánchez (2000) y Manuel Vicent (1999). En tanto, los latinoamericanos que ya recibieron el premio son el nicaragüense Sergio Ramírez y el cubano Eliseo Alberto, (1998), el argentino Tomás Eloy Martínez (2002) y los mexicanos Elena Poniatowska (2001) y Xavier Velasco (2003).
VIOLENCIA Y DEMOCRACIA
Laura Restrepo (Bogotá, 1950), se ha dedicado tanto a la política como al periodismo y la literatura. Ha publicado Historia de un entusiasmo, La isla de la pasión, Leopardo al sol, Dulce compañía, La novia oscura y La multitud errante.
Desde Bogotá, en un enlace con periodistas de España y Latinoamérica, informa que es la directora de cultura de Bogotá, porque a veces, indicó, “la política y la realidad están primero que la literatura”.
“En este momento que tenemos en Colombia la posibilidad extraordinaria de tener como alcalde a Lucho Garzón, un hombre con verdadera vocación democrática, el deber es estar al lado suyo y posponer un poquito las tareas literarias para tratar de hacer que la opción democrática salga a flote”, indicó.
Sobre la violencia en Bogotá, refirió que ésta es una ciudad peligrosa y dura, pero al mismo tiempo de vitalidad fascinante. “En Colombia, pese a los altos niveles de violencia, hay un nivel de lucha democrática sumamente alto. La violencia, la crueldad, los asesinatos que aquí suceden sólo se explican a la luz de la necesidad de las fuerzas represivas, del paramilitarismo y del propio gobierno, por ahogar en sangre el proceso democrático. En el exterior se ve más la violencia, pero dentro estamos montados en una lucha por la democracia muy creativa y muy intensa que resiste pese a todo”.
SICARESCA COLOMBIANA
Restrepo explica que cuando la situación en la vida es tan dura y desesperada, el humor aparece como una herramienta indispensable. “Pero esto no solo lo vemos en Colombia. Eso está desde la picaresca”.
Desde que empezó toda esa “matadera tan brava”, dice, surgió un género literario o un tipo de literatura que ha dado en llamarse “la sicaresca”, donde se mezcla la violencia y el humor como una manera de combatir y aceptar esa realidad. Refirió que para escribir esta novela tuvo que investigar mucho y entrar en el mundo de los locos para tratar de descifrar “esa metáfora tan peculiar que manejan”.
“El mundo de la locura es inmensamente doloroso. No lo reivindicaría como forma de conocimiento. Es un mundo de dolor, enajenación, distancia y soledad”.
Restrepo aclaró que el realismo mágico es como una gaveta donde ha resultado fácil meter la literatura colombiana, pero en realidad ésta es muy amplia, incluida la propia narrativa de García Márquez, quien escribió una novela realista como El coronel no tiene quien le escriba.
“Pienso que la generación más nueva de autores colombianos es más hija de El coronel no tiene quien le escriba que de Cien años de soledad. La realidad los ha llevado a buscar métodos narrativos más cercanos a la primera novela de García Márquez”.
Laura Restrepo gana el Alfaguara de novela
La realidad triunfa sobre la literatura
Jorge Luis Espinosa / El Independiente
La escritora colombiana Laura Restrepo obtuvo ayer el premio Alfaguara de Novela 2004 por Delirio, una historia en torno a la locura y la violencia, “pero sobre todo acerca del amor”, como lo explicó el presidente del jurado, el escritor José Saramago, quien indicó que éste es un libro que da cuenta de la extraordinaria historia de amor de un hombre enamorado hasta la médula de su mujer.
El jurado, integrado además por Josefina Aldecoa, Javier Cercas, Juan Cueto Alas, Paz Alicia Garciadiego, Juan González y Daniel Samper Pizano, indicó que se “trata de una obra completa, en la que caben la tragedia y el humor, las pasiones más bajas y los sentimientos más altruistas, la crueldad y la solidaridad. Un caleidoscopio de la sociedad moderna, centrado en la realidad compleja y exasperada de Colombia”.
Delirio narra la historia de un profesor de literatura que se dedica a repartir comida para perros, está enamorado de Agustina, y a la vuelta de unas vacaciones encuentra que ella ha enloquecido. Todo esto tiene como trasfondo la Colombia de los años 90, la violencia y las drogas.
Incluso uno de los personajes secundarios, Midas McAlister, es un intermediario del cártel de Pablo Escobar, quien se dedica a recaudar el dinero de las familias acaudaladas de la sociedad colombiana para pagar el contrabando de la droga.
Restrepo verá editada su novela en España y 18 países de América Latina. El galardón le será entregado el próximo 20 de abril. Fue una de las cinco novelas que llegaron a la final entre los 635 originales enviados. De España se recibieron 191 manuscritos, de Argentina 178, de México 73 y de Colombia 32, entre los países con mayor participación.
Hasta ahora en el balance del Alfaguara de novela el marcador va 5 contra 2, favor Latinoamérica.
Hasta la fecha sólo dos autores españoles han obtenido este galardón: Clara Sánchez (2000) y Manuel Vicent (1999). En tanto, los latinoamericanos que ya recibieron el premio son el nicaragüense Sergio Ramírez y el cubano Eliseo Alberto, (1998), el argentino Tomás Eloy Martínez (2002) y los mexicanos Elena Poniatowska (2001) y Xavier Velasco (2003).
VIOLENCIA Y DEMOCRACIA
Laura Restrepo (Bogotá, 1950), se ha dedicado tanto a la política como al periodismo y la literatura. Ha publicado Historia de un entusiasmo, La isla de la pasión, Leopardo al sol, Dulce compañía, La novia oscura y La multitud errante.
Desde Bogotá, en un enlace con periodistas de España y Latinoamérica, informa que es la directora de cultura de Bogotá, porque a veces, indicó, “la política y la realidad están primero que la literatura”.
“En este momento que tenemos en Colombia la posibilidad extraordinaria de tener como alcalde a Lucho Garzón, un hombre con verdadera vocación democrática, el deber es estar al lado suyo y posponer un poquito las tareas literarias para tratar de hacer que la opción democrática salga a flote”, indicó.
Sobre la violencia en Bogotá, refirió que ésta es una ciudad peligrosa y dura, pero al mismo tiempo de vitalidad fascinante. “En Colombia, pese a los altos niveles de violencia, hay un nivel de lucha democrática sumamente alto. La violencia, la crueldad, los asesinatos que aquí suceden sólo se explican a la luz de la necesidad de las fuerzas represivas, del paramilitarismo y del propio gobierno, por ahogar en sangre el proceso democrático. En el exterior se ve más la violencia, pero dentro estamos montados en una lucha por la democracia muy creativa y muy intensa que resiste pese a todo”.
SICARESCA COLOMBIANA
Restrepo explica que cuando la situación en la vida es tan dura y desesperada, el humor aparece como una herramienta indispensable. “Pero esto no solo lo vemos en Colombia. Eso está desde la picaresca”.
Desde que empezó toda esa “matadera tan brava”, dice, surgió un género literario o un tipo de literatura que ha dado en llamarse “la sicaresca”, donde se mezcla la violencia y el humor como una manera de combatir y aceptar esa realidad. Refirió que para escribir esta novela tuvo que investigar mucho y entrar en el mundo de los locos para tratar de descifrar “esa metáfora tan peculiar que manejan”.
“El mundo de la locura es inmensamente doloroso. No lo reivindicaría como forma de conocimiento. Es un mundo de dolor, enajenación, distancia y soledad”.
Restrepo aclaró que el realismo mágico es como una gaveta donde ha resultado fácil meter la literatura colombiana, pero en realidad ésta es muy amplia, incluida la propia narrativa de García Márquez, quien escribió una novela realista como El coronel no tiene quien le escriba.
“Pienso que la generación más nueva de autores colombianos es más hija de El coronel no tiene quien le escriba que de Cien años de soledad. La realidad los ha llevado a buscar métodos narrativos más cercanos a la primera novela de García Márquez”.
lunes, febrero 23, 2004
COLUMNA
Latidos
Emiliano Martínez y la concentración librera
SERGIO VILA-SANJUÁN - 18/02/2004 / La Vanguardia
De los 62.000 títulos que en España se publicaron en el año 2002, sólo la mitad eran novedades. La tirada media fue de unos 4.300 ejemplares, apoximadamente la mitad que en Francia, que es de 8.300. El precio medio rondó los 12 euros. Estos son algunos de los datos que manejó Emiliano Martínez, presidente de Santillana, en su conferencia en el Club de Debates del Gremio de Editores de Madrid (que también preside), para abrir un discurso sobre los “Desafíos actuales de la edición” que tuvo aires casi programáticos. Constataciones: la lectura es en los últimos tiempos objeto de abudantes planes e iniciativas desde instancias oficiales; sin embargo, cambiar hábitos en este terreno constituye tarea de años. Los estudios, según Martínez, muestran una clara correlación entre desarrollo y hábitos de lectura, con lo que la evolución de la sociedad va en favor del libro. El riesgo principal viene de la oferta masiva de ocio audiovisual y la apuesta de los poderes públicos en este sentido, finalmente una apuesta pasiva para el ciudadano. En cuanto a los problemas del sector, señala el alto costo de las devoluciones, la pérdida de la venta de fondos en favor de las novedades y “la presión al alza del tramo alto de los descuentos”, derivado de la concentración de la demanda en librerías: en la actualidad, en sólo seis entidades se puede estar concentrando el 55% de la capacidad de compra, según algunas estimaciones. En suma, nos pasábamos el día hablando de la concentración editorial y nos encontramos ahora de golpe y porrazo con la concentración librera
Roser Rahola, el crucero y los libros de texto
La viuda del historiador Jaume Vicens Vives y madre de los editores Pere y Albert Vicens es una de las contadas figuras femeninas fuertes que dio la edición española antes de la revolución feminista de la segunda mitad de los sesenta. Formada culturalmente en los años de la República, participante en el mítico crucero por el Mediterráneo de estudiantes de filosofía que simbolizó la renovación universitaria española, tras la muerte de su marido no dudó en romper con la editorial Teide que él había fundado, y donde no le dejaban el espacio que necesitaba. Así fundó editorial Vicens Vives, que convertiría en una firma de referencia en el campo del libro de texto. “Quise contar con un medio que me permitiera dar a mis hijos la misma vida que hubieran tenido con su padre”, cuenta la editora en la larga entrevista que le ha hecho Cristina Gatell y que forma parte del nuevo volumen de “Noms per a una història de l'edició a Catalunya”, iniciativa del Gremi d'Editors que se estrenó con un volumen dedicado a José Manuel Lara, Josep Vergés y Josep Lluís, y con este segundo ya se convierte en una aportación significativa para la memoria histórica del sector
Zendrera, Heyerdahl y el lanzamiento de Tintín
El segundo entrevistado en el nuevo “Noms” es Pablo Zendrera Tomás, hijo del fundador de editorial Juventud, José Zendrera Fecha. Desde los inicios Pablo Zendrera siguió la línea paterna, colaborando codo con codo junto a Marià Manent, alma literaria de la casa, con quien despachaba dos horas al día. Amante del deporte, impulsó las líneas de alpinismo y navegación que identificaron a Juventud durante una buena temporada. En sus declaraciones a Jaume Vidal recuerda que cuando trajo a Barcelona a Thor Heyerdahl, el navegante de la Kon Tiki, le ofreció llevarle a un barco de vela; Heyerdahl replicó que de rais sabía mucho, pero de navegar a vela, nada. En realidad la expedición consistió en subirse a la carabela del puerto de Barcelona y hacerse allí unas fotos. Y un dato curioso para los tintinólogos: el volumen del Gremi reproduce el cartel de lanzamiento de Tintín en España a cargo de Juventud, en el que se anunciaba que empezarían a ponerse a la venta en diciembre de 1957 cuatro albumes: “El secreto del Unicornio”, “El tesoro de Rackham el rojo”, “Objetivo la Luna” y “El cetro de Otokar”. (Pablo Zendrera dejó Juventud tras la ruptura del accionariado de esta editorial familiar, que pasó a manos de sus sobrinos Luis y Carlos)
Latidos
Emiliano Martínez y la concentración librera
SERGIO VILA-SANJUÁN - 18/02/2004 / La Vanguardia
De los 62.000 títulos que en España se publicaron en el año 2002, sólo la mitad eran novedades. La tirada media fue de unos 4.300 ejemplares, apoximadamente la mitad que en Francia, que es de 8.300. El precio medio rondó los 12 euros. Estos son algunos de los datos que manejó Emiliano Martínez, presidente de Santillana, en su conferencia en el Club de Debates del Gremio de Editores de Madrid (que también preside), para abrir un discurso sobre los “Desafíos actuales de la edición” que tuvo aires casi programáticos. Constataciones: la lectura es en los últimos tiempos objeto de abudantes planes e iniciativas desde instancias oficiales; sin embargo, cambiar hábitos en este terreno constituye tarea de años. Los estudios, según Martínez, muestran una clara correlación entre desarrollo y hábitos de lectura, con lo que la evolución de la sociedad va en favor del libro. El riesgo principal viene de la oferta masiva de ocio audiovisual y la apuesta de los poderes públicos en este sentido, finalmente una apuesta pasiva para el ciudadano. En cuanto a los problemas del sector, señala el alto costo de las devoluciones, la pérdida de la venta de fondos en favor de las novedades y “la presión al alza del tramo alto de los descuentos”, derivado de la concentración de la demanda en librerías: en la actualidad, en sólo seis entidades se puede estar concentrando el 55% de la capacidad de compra, según algunas estimaciones. En suma, nos pasábamos el día hablando de la concentración editorial y nos encontramos ahora de golpe y porrazo con la concentración librera
Roser Rahola, el crucero y los libros de texto
La viuda del historiador Jaume Vicens Vives y madre de los editores Pere y Albert Vicens es una de las contadas figuras femeninas fuertes que dio la edición española antes de la revolución feminista de la segunda mitad de los sesenta. Formada culturalmente en los años de la República, participante en el mítico crucero por el Mediterráneo de estudiantes de filosofía que simbolizó la renovación universitaria española, tras la muerte de su marido no dudó en romper con la editorial Teide que él había fundado, y donde no le dejaban el espacio que necesitaba. Así fundó editorial Vicens Vives, que convertiría en una firma de referencia en el campo del libro de texto. “Quise contar con un medio que me permitiera dar a mis hijos la misma vida que hubieran tenido con su padre”, cuenta la editora en la larga entrevista que le ha hecho Cristina Gatell y que forma parte del nuevo volumen de “Noms per a una història de l'edició a Catalunya”, iniciativa del Gremi d'Editors que se estrenó con un volumen dedicado a José Manuel Lara, Josep Vergés y Josep Lluís, y con este segundo ya se convierte en una aportación significativa para la memoria histórica del sector
Zendrera, Heyerdahl y el lanzamiento de Tintín
El segundo entrevistado en el nuevo “Noms” es Pablo Zendrera Tomás, hijo del fundador de editorial Juventud, José Zendrera Fecha. Desde los inicios Pablo Zendrera siguió la línea paterna, colaborando codo con codo junto a Marià Manent, alma literaria de la casa, con quien despachaba dos horas al día. Amante del deporte, impulsó las líneas de alpinismo y navegación que identificaron a Juventud durante una buena temporada. En sus declaraciones a Jaume Vidal recuerda que cuando trajo a Barcelona a Thor Heyerdahl, el navegante de la Kon Tiki, le ofreció llevarle a un barco de vela; Heyerdahl replicó que de rais sabía mucho, pero de navegar a vela, nada. En realidad la expedición consistió en subirse a la carabela del puerto de Barcelona y hacerse allí unas fotos. Y un dato curioso para los tintinólogos: el volumen del Gremi reproduce el cartel de lanzamiento de Tintín en España a cargo de Juventud, en el que se anunciaba que empezarían a ponerse a la venta en diciembre de 1957 cuatro albumes: “El secreto del Unicornio”, “El tesoro de Rackham el rojo”, “Objetivo la Luna” y “El cetro de Otokar”. (Pablo Zendrera dejó Juventud tras la ruptura del accionariado de esta editorial familiar, que pasó a manos de sus sobrinos Luis y Carlos)
viernes, febrero 20, 2004
LIBROS
Los libros mas vendidos
El Universal / EFE
Código Da Vinci, de Dan Brown, en la categoría de ficción; y Once minutos, de Paulo Coelho, en no ficción se ubicaron esta semana entre los libros más vendidos en México.
De acuerdo con los informes, en ficción siguieron: - El reino del dragón de oro, de Isabel Allende; Las yeguas finas, de Guadalupe Loaeza, y Vivir para contarla, de Gabriel García Márquez, mientras que en no ficción aparecieron: Pancho Villa retrato autobiográfico, de Guadalupe Villa Guerrero, ¿Y yo por qué? de Andrés Bustamante, y La jefa, de Olga Wornat.
En España, los libros más vendidos en ficción fueron El código da Vinci; La sombra del viento, de Carlos Ruiz Zafón; El caballero del jubón amarillo, de Arturo Pérez-Reverte, y El origen perdido, de- Matilde Asensi.
En no ficción figuraron: La aznaridad, de Manuel Vázquez Montalbán; Los mitos de la historia de España, de F. García Cortázar; Los crímenes de la guerra civil, de Pío Moa y Estúpidos hombres blancos, de Michael Moore (Ediciones B)
Libros más vendidos esta semana en América y Europa:
ARGENTINA
Ficción:
- El código Da Vinci - Dan Brown (Urano)
- Crímenes imperceptibles - Guillermo Martínez (Planeta)
- La ruta de los vengadores - Wilbur Smith (Emecé)
- El señor de los anillos - J.R.R. Tolkien (Minotauro)
No ficción
- Shimriti - Jorge Bucay (Sudamericana)
- Estúpidos hombres blancos - Michael Moore (Ediciones B)
- Vale todo - R.Manguel y J.Romero (Ediciones B)
- Hermana Bernarda, 100 recetas - María Bernarda Seitz (Ediciones B)
CHILE
Ficción
- El código Da Vinci - Dan Brown (Umbriel)
- Los amantes de Estocolmo - Roberto Ampuero (Planeta)
- El baile de la Victoria - Antonio Skármeta (Planeta)
- Las películas de mi vida - Alberto Fouguet (Alfaguara)
No ficción
- Palabras con Historia - Héctor Velis-Meza (Feria chilena del Libro)
- Cocina fácil con Carlo - Carlo Von Mülhenbrock (Zig Zag)
- Estúpidos hombres blancos - Michael Moore (Ediciones B)
- Encuentros con Lola Hoffmann - Delia Vergara (Catalonia)
COLOMBIA
Ficción
- El código Da Vinci - Dan Brown (Umbriel)
- Ante el dolor de los demás - Susan Sontag (Alfaguara)
- El baile de la Victoria - Antonio Skármeta (Planeta)
- Una escalera al cielo - Mario Mendoza (Seix Barral)
No ficción
- Los dueños de América Latina - Gerardo Reyes (Ediciones B)
- Civilizaciones - Felipe Fernández (Taurus)
- El profeta en el desierto - Alonso Salazar (Planeta)
- Partitura indiscreta - Carlos Lleras de la Fuente (Planeta)
Estados Unidos
Ficción
- The Last Juror - John Grisham (Doubleday)
- The Da Vinci Code - Dan Brown (Doubleday)
- The Five People you Meet in Heaven - Mitch Albom (Hyperion)
- Seduced by Moonlight - Laurell K. Hamilton (Ballantine)
No ficción
- The Price of Loyalty - Ron Suskind (Simon&Schuster)
- American Dinasty - Kevin Phillips (Viking).
- Give me a Break - John Stossel (HarperCollins)
- Blindsided - Richard Cohen (HarperCollins)
MEXICO
Ficción
- Código Da Vinci - Dan Brown (Umbriel)
- El reino del dragón de oro - Isabel Allende (Areté)
- Las yeguas finas - Guadalupe Loaeza (Planeta)
- Vivir para contarla - Gabriel García Márquez (Diana)
No ficción
- Once minutos - Paulo Coelho (Grijalbo).
- Pancho Villa retrato autobiográfico - Guadalupe Villa Guerrero (Taurus)
- ¿Y yo por qué? - Andrés Bustamante (Ediciones B)
- La jefa - Olga Wornat (Grijalbo)
ALEMANIA
Ficción
- Pompeji - Robert Harris (Heyne)
- Cupido - Jilianne Hoffman (Wuderlich)
- Harry Potter und der Orden des Phoenix - Joanne K. Rowling (Carlsen)
- Monsieur Ibrahim und die Blumen des Koran - Eric-Emmanuel Schmitt (Ammann)
No ficción
- Die Krankheitserfinder-Wie wir zu Patienten gemacht werden - Joerg Blech (S.Fischer)
- Stupid White Men - Michael Moore (Piper)
- Volle Deckung Mr.Bush - Michael Moore (Piper)
- Mensch bleiben-High Tech und Herz-eine liebevolle Medizin ist keine Utopie - Dietrich Groenemeyer (Herder)
ESPAÑA
Ficción
- El código da Vinci - Dan Brown (Umbriel)
- La sombra del viento - Carlos Ruiz Zafón (Planeta)
- El caballero del jubón amarillo - Arturo Pérez-Reverte (Alfaguara)
- El origen perdido - Matilde Asensi (Planeta)
No ficción
- La aznaridad - Manuel Vázquez Montalbán (Mondadori)
- Los mitos de la historia de España - F. García Cortázar (Planeta)
- Los crímenes de la guerra civil - Pío Moa (La Esfera de los Libros)
- Estúpidos hombres blancos - Michael Moore (Ediciones B)
FRANCIA
Ficción
- Baton Rouge - Patricia Cornwell (Calmann-Lévy)
- Globalia - Jean-Christophe Rufin (Gallimard)
- Les Mysteres d'Osiris (t.III) Le chemin de feu - Christian Jacq (XO)
- Enregistrements pirates - Philippe Delerm (Rocher)
No ficción
- Guérir le stress - David Servan-Schreiber (Robert Laffont)
- L'Homme de ma vie - Madeleine Chapsal (Fayard)
- Homicide 31. Au coeur de l'affaire Alegre - Michel Roussel (Denoel)
- Le Roman du Kremlin - Vladimir Fédorovski (Rocher)
ITALIA
Ficción
- Il codice da Vinci - William Brown - (Mondadori)
- Calliphora - Patricia Cornwell (Mondadori)
- Cento colpi di spazzola - Melisa P (Fazi)
- Una barca nel bosco - Paola Mastrocola (Guanda)
No ficción
- Il sangue dei vinti - Giampaolo Pansa (Spreling & k)
- Lettera a un adolescente - Vittorino Andreoli (Rizzoli)
- Destra e sinistra - Norberto Bobbio (Donzelli)
- Lettera d'amore a una ragazza - Enzo Biaggi (Rizzoli)
REINO UNIDO
Ficción
- The Last Juror - John Grisham (Century)
- The Curious Incident of the Dog in the Night-time - Mark Haddon (Cape)
- Brother and Sister - Joanna Trollope (Bloomsbury)
- The Death of Kings - Conn Iggulden (HarperCollins)
No ficción
- Eats, Shoots and Leaves - Lynne Truss (Profile).
- Purple Ronnie's Little Poems to Say I Love You - Purple Ronnie (Boxtree).
- Sickened - Julie Gregory (Century).
- The Privilege of Youth - Dave Pelzer (M. Joseph)
Los libros mas vendidos
El Universal / EFE
Código Da Vinci, de Dan Brown, en la categoría de ficción; y Once minutos, de Paulo Coelho, en no ficción se ubicaron esta semana entre los libros más vendidos en México.
De acuerdo con los informes, en ficción siguieron: - El reino del dragón de oro, de Isabel Allende; Las yeguas finas, de Guadalupe Loaeza, y Vivir para contarla, de Gabriel García Márquez, mientras que en no ficción aparecieron: Pancho Villa retrato autobiográfico, de Guadalupe Villa Guerrero, ¿Y yo por qué? de Andrés Bustamante, y La jefa, de Olga Wornat.
En España, los libros más vendidos en ficción fueron El código da Vinci; La sombra del viento, de Carlos Ruiz Zafón; El caballero del jubón amarillo, de Arturo Pérez-Reverte, y El origen perdido, de- Matilde Asensi.
En no ficción figuraron: La aznaridad, de Manuel Vázquez Montalbán; Los mitos de la historia de España, de F. García Cortázar; Los crímenes de la guerra civil, de Pío Moa y Estúpidos hombres blancos, de Michael Moore (Ediciones B)
Libros más vendidos esta semana en América y Europa:
ARGENTINA
Ficción:
- El código Da Vinci - Dan Brown (Urano)
- Crímenes imperceptibles - Guillermo Martínez (Planeta)
- La ruta de los vengadores - Wilbur Smith (Emecé)
- El señor de los anillos - J.R.R. Tolkien (Minotauro)
No ficción
- Shimriti - Jorge Bucay (Sudamericana)
- Estúpidos hombres blancos - Michael Moore (Ediciones B)
- Vale todo - R.Manguel y J.Romero (Ediciones B)
- Hermana Bernarda, 100 recetas - María Bernarda Seitz (Ediciones B)
CHILE
Ficción
- El código Da Vinci - Dan Brown (Umbriel)
- Los amantes de Estocolmo - Roberto Ampuero (Planeta)
- El baile de la Victoria - Antonio Skármeta (Planeta)
- Las películas de mi vida - Alberto Fouguet (Alfaguara)
No ficción
- Palabras con Historia - Héctor Velis-Meza (Feria chilena del Libro)
- Cocina fácil con Carlo - Carlo Von Mülhenbrock (Zig Zag)
- Estúpidos hombres blancos - Michael Moore (Ediciones B)
- Encuentros con Lola Hoffmann - Delia Vergara (Catalonia)
COLOMBIA
Ficción
- El código Da Vinci - Dan Brown (Umbriel)
- Ante el dolor de los demás - Susan Sontag (Alfaguara)
- El baile de la Victoria - Antonio Skármeta (Planeta)
- Una escalera al cielo - Mario Mendoza (Seix Barral)
No ficción
- Los dueños de América Latina - Gerardo Reyes (Ediciones B)
- Civilizaciones - Felipe Fernández (Taurus)
- El profeta en el desierto - Alonso Salazar (Planeta)
- Partitura indiscreta - Carlos Lleras de la Fuente (Planeta)
Estados Unidos
Ficción
- The Last Juror - John Grisham (Doubleday)
- The Da Vinci Code - Dan Brown (Doubleday)
- The Five People you Meet in Heaven - Mitch Albom (Hyperion)
- Seduced by Moonlight - Laurell K. Hamilton (Ballantine)
No ficción
- The Price of Loyalty - Ron Suskind (Simon&Schuster)
- American Dinasty - Kevin Phillips (Viking).
- Give me a Break - John Stossel (HarperCollins)
- Blindsided - Richard Cohen (HarperCollins)
MEXICO
Ficción
- Código Da Vinci - Dan Brown (Umbriel)
- El reino del dragón de oro - Isabel Allende (Areté)
- Las yeguas finas - Guadalupe Loaeza (Planeta)
- Vivir para contarla - Gabriel García Márquez (Diana)
No ficción
- Once minutos - Paulo Coelho (Grijalbo).
- Pancho Villa retrato autobiográfico - Guadalupe Villa Guerrero (Taurus)
- ¿Y yo por qué? - Andrés Bustamante (Ediciones B)
- La jefa - Olga Wornat (Grijalbo)
ALEMANIA
Ficción
- Pompeji - Robert Harris (Heyne)
- Cupido - Jilianne Hoffman (Wuderlich)
- Harry Potter und der Orden des Phoenix - Joanne K. Rowling (Carlsen)
- Monsieur Ibrahim und die Blumen des Koran - Eric-Emmanuel Schmitt (Ammann)
No ficción
- Die Krankheitserfinder-Wie wir zu Patienten gemacht werden - Joerg Blech (S.Fischer)
- Stupid White Men - Michael Moore (Piper)
- Volle Deckung Mr.Bush - Michael Moore (Piper)
- Mensch bleiben-High Tech und Herz-eine liebevolle Medizin ist keine Utopie - Dietrich Groenemeyer (Herder)
ESPAÑA
Ficción
- El código da Vinci - Dan Brown (Umbriel)
- La sombra del viento - Carlos Ruiz Zafón (Planeta)
- El caballero del jubón amarillo - Arturo Pérez-Reverte (Alfaguara)
- El origen perdido - Matilde Asensi (Planeta)
No ficción
- La aznaridad - Manuel Vázquez Montalbán (Mondadori)
- Los mitos de la historia de España - F. García Cortázar (Planeta)
- Los crímenes de la guerra civil - Pío Moa (La Esfera de los Libros)
- Estúpidos hombres blancos - Michael Moore (Ediciones B)
FRANCIA
Ficción
- Baton Rouge - Patricia Cornwell (Calmann-Lévy)
- Globalia - Jean-Christophe Rufin (Gallimard)
- Les Mysteres d'Osiris (t.III) Le chemin de feu - Christian Jacq (XO)
- Enregistrements pirates - Philippe Delerm (Rocher)
No ficción
- Guérir le stress - David Servan-Schreiber (Robert Laffont)
- L'Homme de ma vie - Madeleine Chapsal (Fayard)
- Homicide 31. Au coeur de l'affaire Alegre - Michel Roussel (Denoel)
- Le Roman du Kremlin - Vladimir Fédorovski (Rocher)
ITALIA
Ficción
- Il codice da Vinci - William Brown - (Mondadori)
- Calliphora - Patricia Cornwell (Mondadori)
- Cento colpi di spazzola - Melisa P (Fazi)
- Una barca nel bosco - Paola Mastrocola (Guanda)
No ficción
- Il sangue dei vinti - Giampaolo Pansa (Spreling & k)
- Lettera a un adolescente - Vittorino Andreoli (Rizzoli)
- Destra e sinistra - Norberto Bobbio (Donzelli)
- Lettera d'amore a una ragazza - Enzo Biaggi (Rizzoli)
REINO UNIDO
Ficción
- The Last Juror - John Grisham (Century)
- The Curious Incident of the Dog in the Night-time - Mark Haddon (Cape)
- Brother and Sister - Joanna Trollope (Bloomsbury)
- The Death of Kings - Conn Iggulden (HarperCollins)
No ficción
- Eats, Shoots and Leaves - Lynne Truss (Profile).
- Purple Ronnie's Little Poems to Say I Love You - Purple Ronnie (Boxtree).
- Sickened - Julie Gregory (Century).
- The Privilege of Youth - Dave Pelzer (M. Joseph)
NOTICIAS
Las erratas molestaban enormemente a Julio Cortázar
MADRID, España (Librusa) - Las erratas molestaban enormemente al argentino Julio Cortázar, y una vez dictaminó, al abandonar una lectura de Elena Garro, la primera mujer de Octavio Paz, que "no hay derecho a escribir tan mal", aunque le dio el visto bueno a los dos primeros relatos de aquel libro titulado "Andamos huyendo Lola".
Esas y otras informaciones se desprenden de un minucioso recorrido por la biblioteca personal de Cortázar, la cual se encuentra en la Fundación Juan March de Madrid desde la primavera de 1993, y que dio origen a un amplio reportaje de portada que aparece publicado esta semana en el suplemento El Cultural, del diario El Mundo, de España, bajo la firma de la investigadora Blanca Berasategui.
"Las bibliotecas siempre nos hablan de sus dueños. Las bibliotecas de los escritores suelen darnos, además, muchas claves -palabras mayores y letra pequeña- del mundo literario de su época", así empieza Berasategui antes de entrar en detalles de la biblioteca de Cortázar.
"Si encima se trata de la biblioteca de un escritor que dialoga con pasión con los autores, que expresa en cada página su furia o su entusiasmo, que discute y corrige, que subraya y tacha a lápiz o en colores... esa biblioteca es un tesoro. La de Julio Cortázar es una de ellas", agrega.
"Sus libros destilan, a chorros, gustos literarios, amistades, creencias, sensaciones y compromisos de su dueño. Estoy por decir que la biblioteca personal de Cortázar es la mejor de sus autobiografías posible, porque los libros guardan, agazapados en las páginas como a hurtadillas, retazos de su vida escritos de uno en uno, durante las lecturas, a lo largo del tiempo", explica Berasategui, pero luego hace una advertencia: "No es apta para la salud de los mitómanos".
Entre los autores que suscitaron "admiración y desencuentros" en Cortázar figuran Octavio Paz, Pablo Neruda, Alejandra Pizarnik, José Lezama Lima, Federico García Lorca, Juan Carlos Onetti, Luis Cernuda, Ramón del Valle-Inclán, Jorge Luis Borges y Pedro Salinas.
"De García Márquez y Vargas Llosa hay sólo tenues rastros y es significativa también alguna ausencia: del Nobel Cela , por ejemplo, Cortázar no tenía un solo libro. Ningún poema tampoco de Juan Ramón, ni de Guillén", anota la investigadora.
Sin embargo, "a Octavio Paz lo admiraba" y lo consideraba "la estrella marinera de la poesía latinoamericana", pero en el libro "Andamos huyendo Lola", que Elena Garro publicó en 1980, en la primera página, Cortázar escribe lo siguiente: "Abandono en la página 76. No hay derecho a escribir tan mal. Pero los dos primeros cuentos son bonitos", según Berasategui.
Las erratas molestaban enormemente a Julio Cortázar
MADRID, España (Librusa) - Las erratas molestaban enormemente al argentino Julio Cortázar, y una vez dictaminó, al abandonar una lectura de Elena Garro, la primera mujer de Octavio Paz, que "no hay derecho a escribir tan mal", aunque le dio el visto bueno a los dos primeros relatos de aquel libro titulado "Andamos huyendo Lola".
Esas y otras informaciones se desprenden de un minucioso recorrido por la biblioteca personal de Cortázar, la cual se encuentra en la Fundación Juan March de Madrid desde la primavera de 1993, y que dio origen a un amplio reportaje de portada que aparece publicado esta semana en el suplemento El Cultural, del diario El Mundo, de España, bajo la firma de la investigadora Blanca Berasategui.
"Las bibliotecas siempre nos hablan de sus dueños. Las bibliotecas de los escritores suelen darnos, además, muchas claves -palabras mayores y letra pequeña- del mundo literario de su época", así empieza Berasategui antes de entrar en detalles de la biblioteca de Cortázar.
"Si encima se trata de la biblioteca de un escritor que dialoga con pasión con los autores, que expresa en cada página su furia o su entusiasmo, que discute y corrige, que subraya y tacha a lápiz o en colores... esa biblioteca es un tesoro. La de Julio Cortázar es una de ellas", agrega.
"Sus libros destilan, a chorros, gustos literarios, amistades, creencias, sensaciones y compromisos de su dueño. Estoy por decir que la biblioteca personal de Cortázar es la mejor de sus autobiografías posible, porque los libros guardan, agazapados en las páginas como a hurtadillas, retazos de su vida escritos de uno en uno, durante las lecturas, a lo largo del tiempo", explica Berasategui, pero luego hace una advertencia: "No es apta para la salud de los mitómanos".
Entre los autores que suscitaron "admiración y desencuentros" en Cortázar figuran Octavio Paz, Pablo Neruda, Alejandra Pizarnik, José Lezama Lima, Federico García Lorca, Juan Carlos Onetti, Luis Cernuda, Ramón del Valle-Inclán, Jorge Luis Borges y Pedro Salinas.
"De García Márquez y Vargas Llosa hay sólo tenues rastros y es significativa también alguna ausencia: del Nobel Cela , por ejemplo, Cortázar no tenía un solo libro. Ningún poema tampoco de Juan Ramón, ni de Guillén", anota la investigadora.
Sin embargo, "a Octavio Paz lo admiraba" y lo consideraba "la estrella marinera de la poesía latinoamericana", pero en el libro "Andamos huyendo Lola", que Elena Garro publicó en 1980, en la primera página, Cortázar escribe lo siguiente: "Abandono en la página 76. No hay derecho a escribir tan mal. Pero los dos primeros cuentos son bonitos", según Berasategui.
miércoles, febrero 18, 2004
Teatro
Un jardín centenario
El cronista y crítico teatral Joan de Sagarra inicia sus colaboraciones en “Cultura/s” con una evocación de Chejov en el centenario de su muerte a propósito de la puesta en escena de su obra crepuscular en París
JOAN DE SAGARRA - / La Vanguardia / 03:35 horas - 18/02/2004
"¿Le gusta este jardín, que es suyo?
¡Evite que sus hijos lo destruyan!”
(Malcolm Lowry, “Bajo el volcán”)
El 17 de enero de 1904 se estrenaba en el Teatro de Arte de Moscú “El jardín de los cerezos”, de Antón Chejov. El autor, como suele tener por costumbre, no asiste al estreno, pero, dado que la fecha coincide con la de su aniversario, un grupo de amigos van a buscarle a su casa y prácticamente se lo llevan a rastras al teatro, donde está previsto que se le rinda un homenaje, que es precisamente lo que más horroriza a Chejov. Al terminar el segundo acto, le empujan hacia el escenario, donde es recibido con grandes aplausos. El autor está muy enfermo, se siente muy débil y le cuesta respirar. Pero, como es un hombre muy educado y sobre todo resignado, soporta estoicamente los discursos y agradece los regalos: una caña de pescar (¿alusión al escritor Trigorin, el personaje de “La gaviota”, al que le encanta pescar en el lago?), una estilográfica de plata y una corona de oro bordada en un gorro de raso (Chejovle confesará luego a Stanislavsky que, en vez de una corona, hubiese preferido que le regalasen una ratonera).
Al día siguiente viaja en tren hacia Berlín. Va a la visita del doctor Karl Ewald, célebre especialista de la tuberculosis. El profesor, viendo que no hay nada que hacer, lo manda “en convalecencia” al balneario de Badenweiler, en la Selva Negra, donde Chejov morirá la noche del 2 de julio, después de beber junto a su esposa, la actriz Olga Knipper, una copa de champán y de pronunciar, en voz alta y con una cierta solemnidad, la frase “Ich sterbe” (“me muero”, en alemán). ¿Por qué esa frase en alemán, idioma que Chejov hablaba dificultosamente? Hay quien sostiene que fue por cortesía hacia el doctor Schwöhrer, el médico que le atendió en su lecho de muerte. Su cadáver fue trasladado a Moscú en un vagón de tren color verde chillón destinado al “trasporte de ostras”. Al llegar a la estación, se produjo una confusión y el centenar escaso de personas que aguardaban la llegada del féretro para rendirle homenaje se pusieron a desfilar tras el ataúd del general Keller, que venía de Manchuria, la mar de sorprendidos de que un destacamento con banda de música rindiese honores militares al autor de “Las tres hermanas”. En Moscú, en el cementerio del monasterio de las Vírgenes Nuevas, un cerezo sombrea la tumba de Chejov y, al llegar el verano, algún que otro fruto cae del árbol y salpica la lápida como si fuesen gotas de sangre.
Cien años ya de “El jardín de los cerezos”, o de “L'hort dels cirerers”. ¿Jardín, huerto? Mejor sería traducir “Vishniovi sad” por “El cerezal”, como he visto en algunas ediciones sudamericanas. ¿Por qué? Pues porque la propiedad de Lubov Andréievna Ranévskaia no es exactamente un jardín, ni un huerto. Es un cerezal, como los cerezales del extremeño valle del Jerte, con la diferencia de que éste es gigantesco: iguala o supera ocho veces –ocho– la extensión de Hyde Park. No en vano Leonid Andreiévich Gáiev, el hermano de Lubov, dice de él que se le nombra, que figura en el “Diccionario enciclopédico ruso” (los espectadores de la obra de Chejov, cuando oyen a Gáiev, un niño viejo que se pasa todo el tiempo comiendo bombones de chocolate, mencionar el “Diccionario enciclopédico ruso”, sueltan una risita. Pues se equivocan: el diccionario en cuestión es algo muy serio: es el equivalente ruso de la Enciclopedia Francesa, de nuestro Salvat o de nuestra Enciclopèdia Catalana).
En 1903, un año antes de su muerte (joven, a los 44 años), Chejov le dice a su amigo Ivan Bunin: “¿Sabes durante cuánto tiempo van a seguir leyéndome, viendo mis obras? Durante siete años.” Y es que el escritor, que también era médico, estaba convencido de que todavía iba a vivir siete años más. Pero, en cuanto al futuro, a la posteridad de su obra, se mostraba totalmente escéptico. Transcurridos cien años, Chejov, si pudiese verlo, se maravillaría de la salud y de la popularidad de que goza su obra y, en el caso concreto de “El cerezal” (vamos a seguir llamándole así ), del significado emblemático, mítico, que ha tenido para las gentes de teatro del pasado siglo y que, al parecer, sigue y seguirá conservando debido a la cada vez mayor fragilidad del teatro (no ya frente al cine, sino a la televisión y a internet).
Sin olvidar la referencia primera, el espectáculo fundacional del 17 de enero de 1904 en el Teatro de Arte de Moscú, bajo la dirección de Stanislavsky, “El cerezal”, en los últimos veinticinco años del pasado siglo, se ha paseado por los escenarios del mundo de la mano de la casi totalidad de los más grandes directores de escena. Desde el ya clásico montaje de Giorgio Strehler, en 1974, en el Piccolo Teatro de Milán, la obra de Chejov ha sido dirigida por Ottomar Krejka (Schaupielhaus, Düsseldorf, 1977), Anatoli Efros (Taganka, Moscú, 1975), Peter Brook (Bouffes du Nord, París, 1981), Karge y Langhoff (Comédie de Gèneve, 1984), Andreï Serban (Teatro Nacional, Bucarest, 1992), Jacques Lassalle (Teatro Nacional, Oslo, 1995), Lev Dodine (Théâtre de L`Europe-Odéon, París, 1994), Peter Stein (Shaubühne, Berlín, 1989), Peter Zadek (Akademietheater, Viena, 1995)... sin olvidar el relativamente reciente montaje de Lluís Pasqual en el Lliure de Gràcia. Y el montaje de Georges Lavaudant en los Ateliers Berthier (sede provisional del Théâtre de L'Europe-Odéon, actuamente en obras), en París, que es el espectáculo que da pie a estas líneas, espectáculo de una gran belleza, muy bien interpretado por algunos de los mejores actores franceses (Sylvie Orcier, Gilles Arbona, Hervé Briaux, Philippe Morier-Genoud...), y que el lector, si lo desea y consigue hacerse con una butaca, puede todavía presenciar hasta el 28 del presente mes.
¿Qué es lo que confiere a esta obra su carácter emblemático, mítico? Pues yo diría que, en primer lugar y de manera contundente, la presencia de ese gigantesco, fantasmagórico y enciclopédico cerezal. Que puede mostrarse, como hacía Stein; que puede de repente aparecer en toda su grandiosidad, en su inquietante blancura (el blanco de la muerte, como un Moby Dick vegetal), o puede ocultarse, como hacía Brook, o sublimarse, como hacía Strehler, mediante un inmenso velo blanco que cubría el escenario y la platea del Piccolo de Via Rovello y del que caían cientos, miles de hojas de cerezo. O puede insinuarse a través de las ventanas de la casa, como en el montaje fundacional de Stanislawski, siguiendo la acotación de Chejov; o confundirse con el público, como en el espectáculo de Lavaudant, y el espectador verlo a través de las miradas de los personajes que se clavan en la oscuridad de la sala. Pero, visible o no visible, el cerezal ha de estar ahí, ha de sentirse en su grandiosa e inquietante presencia.
Más que un pretexto
Mi querido Marcos Ordóñez, en su libro “A pie de obra” (Alba Editorial, Barcelona, 2003), en el que recoge buena parte de sus interesantísimas crónicas teatrales, refiriéndose a “El cerezal” escribe: “No cuesta mucho estar de acuerdo con Mamet cuando afirma que el famoso ‘jardín de los cerezos’ del título no es más que un pretexto dramático, un simple vínculo para mantener unidos a los personajes”. De ser cierto lo que afirma Mamet y corrobora Ordóñez, no me explico el interés que ha suscitado esta pieza durante un centenar de años, ni su condición indiscutible de pieza emblemática, mítica. El cerezal es mucho más que un pretexto dramático para mantener unidos a los personajes. Para los hermanos, Lubov y Gáiev, el cerezal representa sus raíces –la aristocracia rural–, su infancia, una infinita prolongación de “la habitación de los niños”, y, al mismo tiempo, un paisaje fantasmagórico: Lubov ve entre las ramas de los cerezos el fantasma de su madre (el gigantesco cerezal es, para el teatro del siglo XX, el equivalente de lo que fue el espectro del padre de Hamlet para el teatro romántico del XIX). Y, a la vez un paisaje de muerte inexorable. Strehler, jugando la carta del blanco (de los personajes) sobre blanco (del decorado), convirtió el espacio, cubierto, escenario y platea, por un simbólico cerezal palpitante, en una especie de Limbo en el que los personajes siguen jugando como niños, definitivamente vencidos, sin haber presentado batalla. Brook hizo del cerezal un espacio amenazado por la peste, que empieza a oler a muerto y del que hay que huir cuanto antes. En cuanto a Zadek, confirió al cerezal algunas virtudes extratextuales (que Chejov tal vez no hubiese censurado). Para Zadek, Lubov es una especie de Lulú, una devoradora de hombres que pierde el apetito y la fuerza sexual tan pronto como se percata de que el cerezal ya no le pertenece.
Para Trofímov, el viejo estudiante utópico, leninista, que en ciertos montajes representa la revolución, el progreso, y en otros, como en el de Zadek de 1995, en Viena, es un patético mitinero que lleva consigo su derrota, como una joroba; para Trofímov , el cerezal es una metáfora de la vieja Rusia: debe ser destruido para lavar su pasado de servitud y opresión. Para Lopajin, el comerciante, el nuevo rico, hijo de un mujik, de un siervo liberado por los padres de Lubov, a la que adora, el cerezal es “la cosa más bonita del mundo”. A simple vista, todo parece indicar que Lopajin es el personaje más indicado para solucionar “el problema” que plantea la obra, y que sería el siguiente: cómo hacer posible que los hermanos conserven la propiedad que, un 22 de agosto, va a ponerse a subasta para liquidar unas deudas. Como buen comerciante, Lopajin, teniendo en cuenta que el cerezal se halla próximo a la gran ciudad, industrial, y que el tren ya transita por los alrededores de éste, propone a Lubov destruir el cerezal y edificar en el terreno dachas, casas para los veraneantes. Lopajin está convencido de que los bancos avanzarán el capital necesario para liquidar las deudas y financiar la operación.
Lopajin resuelve el problema económico, pero no el de la obra. Y es que el problema de la obra, tal y como ésta lo presenta, no tiene solución. No se puede salvar económicamente a los dueños de la propiedad sin sacrificar aquello que simbólicamente les justifica. Lopajin podría casarse con Varia, la hija adoptiva de Lubov, y regalar el cerezal a su suegra. Pero Lopajin no piensa casarse (al menos en esta obra) y menos con “una monja” (“Ofelia, vete a un convento”, le dice Lopajin a Varia), y tampoco lo veo yo haciendo de yerno de Lubov. También podría ocurrir que Lopajin se convirtiera en amante de Lubov, arrojándole el cerezal a sus pies, pero Lopajin no es un personaje de Dostoievski y Lubov le atrae tanto como respeto (o pánico) le causa.
En la subasta de agosto, Lopajin pujará por el cerezal y se hará con él. Y acto seguido lo destruirá. Porque, aunque Lopajin pueda parecer un sentimental, un falso sentimental (sobre todo cuando está bebido), en el fondo es un hombre práctico que no puede entender la supervivencia de algo inútil, de algo que no rinde ningún interés económico (y en 1904, el valor ecológico, de existir, sería un valor inútil).
“El cerezal” es una pieza emblemática en cuanto supone, más que la transición entre dos Rusias (que sería la lectura progresista y esperanzadora), la transición entre dos mundos, el simbólico –lo inútil– y el económico. Dicho de otro modo: el triunfo del capitalismo. Y es también emblemática porque, en 1904, con la muerte (más que posible) por abandono, descuido de sus dueños, del viejo (87 años) criado Firs (que en su día rechazó la libertad y quiso seguir siendo un siervo), Chejov anuncia a Beckett, como bien señala Marcos Ordóñez. Beckett ante portas.
Chejov califica “El cerezal” de comedia. Algo difícil de tragar, y más teniendo en cuenta el final de la obra. Sabiendo como sabemos que Chejov en 1904 era consciente de que se estaba muriendo, de que esta era su última obra, cabría pensar que eso de “comedia”, como la copa de champán, como el “Ich sterbe”, hay que interpretarlo con un cierto sentido del humor (en el que Chejov se revela un maestro), como una variante de aquello tan manido de “Finita la commedia!”. Pero no creo que sea así. Hace años escuché a Antoine Vitez, gran conocedor del teatro ruso y autor de grandes montajes chejovianos, comentar acerca de “El cerezal”: “¿Por qué no pensar que Chejov ha escrito algo sin saber muy bien qué hacer con ello, cómo montarlo, y de pronto se encuentra con que Stanislavski lo trata no con excesiva lentitud, eso no es lo esencial, sino con una apabullante acumulación de signos? ¿Por qué no pensar que Chejov pudo haber experimentado esa acumulación de signos como una violación de su obra y reclamar, exigir, contra Stanislavski, ese aire desenfadado, de comedia? ¿Y por qué no montar, interpretar ‘El cerezal’ como si fuese un vodevil?”, se preguntaba en último término Vitez.
Ese es, en gran medida, el acierto de Lavaudant, sobre todo en el tercer acto, el del baile. Los personajes aparecen y desaparecen entre las blancas cortinas (un homenaje a Strehler) que figuran en las paredes de la mansión. Una escena entre el vodevil, el circo y la farsa, que se quiebra con la derrota de Lubov, desposeída de su trono (el cerezal) por el nuevo rey que anuncia, borracho, su victoria: la venganza del hijo del siervo. Un espectáculo espléndido, abierto, que respira, con una notable pluralidad de voces que se expresan en un francés preciso y cortante, sin florituras, ceñido al original ruso, chupando de él vitalidad y ritmo por un tubo. En resumidas cuentas: un buen comienzo para celebrar el centenario del famoso cerezal, del jardín, del huerto, o de cómo prefieran llamarle.
Un jardín centenario
El cronista y crítico teatral Joan de Sagarra inicia sus colaboraciones en “Cultura/s” con una evocación de Chejov en el centenario de su muerte a propósito de la puesta en escena de su obra crepuscular en París
JOAN DE SAGARRA - / La Vanguardia / 03:35 horas - 18/02/2004
"¿Le gusta este jardín, que es suyo?
¡Evite que sus hijos lo destruyan!”
(Malcolm Lowry, “Bajo el volcán”)
El 17 de enero de 1904 se estrenaba en el Teatro de Arte de Moscú “El jardín de los cerezos”, de Antón Chejov. El autor, como suele tener por costumbre, no asiste al estreno, pero, dado que la fecha coincide con la de su aniversario, un grupo de amigos van a buscarle a su casa y prácticamente se lo llevan a rastras al teatro, donde está previsto que se le rinda un homenaje, que es precisamente lo que más horroriza a Chejov. Al terminar el segundo acto, le empujan hacia el escenario, donde es recibido con grandes aplausos. El autor está muy enfermo, se siente muy débil y le cuesta respirar. Pero, como es un hombre muy educado y sobre todo resignado, soporta estoicamente los discursos y agradece los regalos: una caña de pescar (¿alusión al escritor Trigorin, el personaje de “La gaviota”, al que le encanta pescar en el lago?), una estilográfica de plata y una corona de oro bordada en un gorro de raso (Chejovle confesará luego a Stanislavsky que, en vez de una corona, hubiese preferido que le regalasen una ratonera).
Al día siguiente viaja en tren hacia Berlín. Va a la visita del doctor Karl Ewald, célebre especialista de la tuberculosis. El profesor, viendo que no hay nada que hacer, lo manda “en convalecencia” al balneario de Badenweiler, en la Selva Negra, donde Chejov morirá la noche del 2 de julio, después de beber junto a su esposa, la actriz Olga Knipper, una copa de champán y de pronunciar, en voz alta y con una cierta solemnidad, la frase “Ich sterbe” (“me muero”, en alemán). ¿Por qué esa frase en alemán, idioma que Chejov hablaba dificultosamente? Hay quien sostiene que fue por cortesía hacia el doctor Schwöhrer, el médico que le atendió en su lecho de muerte. Su cadáver fue trasladado a Moscú en un vagón de tren color verde chillón destinado al “trasporte de ostras”. Al llegar a la estación, se produjo una confusión y el centenar escaso de personas que aguardaban la llegada del féretro para rendirle homenaje se pusieron a desfilar tras el ataúd del general Keller, que venía de Manchuria, la mar de sorprendidos de que un destacamento con banda de música rindiese honores militares al autor de “Las tres hermanas”. En Moscú, en el cementerio del monasterio de las Vírgenes Nuevas, un cerezo sombrea la tumba de Chejov y, al llegar el verano, algún que otro fruto cae del árbol y salpica la lápida como si fuesen gotas de sangre.
Cien años ya de “El jardín de los cerezos”, o de “L'hort dels cirerers”. ¿Jardín, huerto? Mejor sería traducir “Vishniovi sad” por “El cerezal”, como he visto en algunas ediciones sudamericanas. ¿Por qué? Pues porque la propiedad de Lubov Andréievna Ranévskaia no es exactamente un jardín, ni un huerto. Es un cerezal, como los cerezales del extremeño valle del Jerte, con la diferencia de que éste es gigantesco: iguala o supera ocho veces –ocho– la extensión de Hyde Park. No en vano Leonid Andreiévich Gáiev, el hermano de Lubov, dice de él que se le nombra, que figura en el “Diccionario enciclopédico ruso” (los espectadores de la obra de Chejov, cuando oyen a Gáiev, un niño viejo que se pasa todo el tiempo comiendo bombones de chocolate, mencionar el “Diccionario enciclopédico ruso”, sueltan una risita. Pues se equivocan: el diccionario en cuestión es algo muy serio: es el equivalente ruso de la Enciclopedia Francesa, de nuestro Salvat o de nuestra Enciclopèdia Catalana).
En 1903, un año antes de su muerte (joven, a los 44 años), Chejov le dice a su amigo Ivan Bunin: “¿Sabes durante cuánto tiempo van a seguir leyéndome, viendo mis obras? Durante siete años.” Y es que el escritor, que también era médico, estaba convencido de que todavía iba a vivir siete años más. Pero, en cuanto al futuro, a la posteridad de su obra, se mostraba totalmente escéptico. Transcurridos cien años, Chejov, si pudiese verlo, se maravillaría de la salud y de la popularidad de que goza su obra y, en el caso concreto de “El cerezal” (vamos a seguir llamándole así ), del significado emblemático, mítico, que ha tenido para las gentes de teatro del pasado siglo y que, al parecer, sigue y seguirá conservando debido a la cada vez mayor fragilidad del teatro (no ya frente al cine, sino a la televisión y a internet).
Sin olvidar la referencia primera, el espectáculo fundacional del 17 de enero de 1904 en el Teatro de Arte de Moscú, bajo la dirección de Stanislavsky, “El cerezal”, en los últimos veinticinco años del pasado siglo, se ha paseado por los escenarios del mundo de la mano de la casi totalidad de los más grandes directores de escena. Desde el ya clásico montaje de Giorgio Strehler, en 1974, en el Piccolo Teatro de Milán, la obra de Chejov ha sido dirigida por Ottomar Krejka (Schaupielhaus, Düsseldorf, 1977), Anatoli Efros (Taganka, Moscú, 1975), Peter Brook (Bouffes du Nord, París, 1981), Karge y Langhoff (Comédie de Gèneve, 1984), Andreï Serban (Teatro Nacional, Bucarest, 1992), Jacques Lassalle (Teatro Nacional, Oslo, 1995), Lev Dodine (Théâtre de L`Europe-Odéon, París, 1994), Peter Stein (Shaubühne, Berlín, 1989), Peter Zadek (Akademietheater, Viena, 1995)... sin olvidar el relativamente reciente montaje de Lluís Pasqual en el Lliure de Gràcia. Y el montaje de Georges Lavaudant en los Ateliers Berthier (sede provisional del Théâtre de L'Europe-Odéon, actuamente en obras), en París, que es el espectáculo que da pie a estas líneas, espectáculo de una gran belleza, muy bien interpretado por algunos de los mejores actores franceses (Sylvie Orcier, Gilles Arbona, Hervé Briaux, Philippe Morier-Genoud...), y que el lector, si lo desea y consigue hacerse con una butaca, puede todavía presenciar hasta el 28 del presente mes.
¿Qué es lo que confiere a esta obra su carácter emblemático, mítico? Pues yo diría que, en primer lugar y de manera contundente, la presencia de ese gigantesco, fantasmagórico y enciclopédico cerezal. Que puede mostrarse, como hacía Stein; que puede de repente aparecer en toda su grandiosidad, en su inquietante blancura (el blanco de la muerte, como un Moby Dick vegetal), o puede ocultarse, como hacía Brook, o sublimarse, como hacía Strehler, mediante un inmenso velo blanco que cubría el escenario y la platea del Piccolo de Via Rovello y del que caían cientos, miles de hojas de cerezo. O puede insinuarse a través de las ventanas de la casa, como en el montaje fundacional de Stanislawski, siguiendo la acotación de Chejov; o confundirse con el público, como en el espectáculo de Lavaudant, y el espectador verlo a través de las miradas de los personajes que se clavan en la oscuridad de la sala. Pero, visible o no visible, el cerezal ha de estar ahí, ha de sentirse en su grandiosa e inquietante presencia.
Más que un pretexto
Mi querido Marcos Ordóñez, en su libro “A pie de obra” (Alba Editorial, Barcelona, 2003), en el que recoge buena parte de sus interesantísimas crónicas teatrales, refiriéndose a “El cerezal” escribe: “No cuesta mucho estar de acuerdo con Mamet cuando afirma que el famoso ‘jardín de los cerezos’ del título no es más que un pretexto dramático, un simple vínculo para mantener unidos a los personajes”. De ser cierto lo que afirma Mamet y corrobora Ordóñez, no me explico el interés que ha suscitado esta pieza durante un centenar de años, ni su condición indiscutible de pieza emblemática, mítica. El cerezal es mucho más que un pretexto dramático para mantener unidos a los personajes. Para los hermanos, Lubov y Gáiev, el cerezal representa sus raíces –la aristocracia rural–, su infancia, una infinita prolongación de “la habitación de los niños”, y, al mismo tiempo, un paisaje fantasmagórico: Lubov ve entre las ramas de los cerezos el fantasma de su madre (el gigantesco cerezal es, para el teatro del siglo XX, el equivalente de lo que fue el espectro del padre de Hamlet para el teatro romántico del XIX). Y, a la vez un paisaje de muerte inexorable. Strehler, jugando la carta del blanco (de los personajes) sobre blanco (del decorado), convirtió el espacio, cubierto, escenario y platea, por un simbólico cerezal palpitante, en una especie de Limbo en el que los personajes siguen jugando como niños, definitivamente vencidos, sin haber presentado batalla. Brook hizo del cerezal un espacio amenazado por la peste, que empieza a oler a muerto y del que hay que huir cuanto antes. En cuanto a Zadek, confirió al cerezal algunas virtudes extratextuales (que Chejov tal vez no hubiese censurado). Para Zadek, Lubov es una especie de Lulú, una devoradora de hombres que pierde el apetito y la fuerza sexual tan pronto como se percata de que el cerezal ya no le pertenece.
Para Trofímov, el viejo estudiante utópico, leninista, que en ciertos montajes representa la revolución, el progreso, y en otros, como en el de Zadek de 1995, en Viena, es un patético mitinero que lleva consigo su derrota, como una joroba; para Trofímov , el cerezal es una metáfora de la vieja Rusia: debe ser destruido para lavar su pasado de servitud y opresión. Para Lopajin, el comerciante, el nuevo rico, hijo de un mujik, de un siervo liberado por los padres de Lubov, a la que adora, el cerezal es “la cosa más bonita del mundo”. A simple vista, todo parece indicar que Lopajin es el personaje más indicado para solucionar “el problema” que plantea la obra, y que sería el siguiente: cómo hacer posible que los hermanos conserven la propiedad que, un 22 de agosto, va a ponerse a subasta para liquidar unas deudas. Como buen comerciante, Lopajin, teniendo en cuenta que el cerezal se halla próximo a la gran ciudad, industrial, y que el tren ya transita por los alrededores de éste, propone a Lubov destruir el cerezal y edificar en el terreno dachas, casas para los veraneantes. Lopajin está convencido de que los bancos avanzarán el capital necesario para liquidar las deudas y financiar la operación.
Lopajin resuelve el problema económico, pero no el de la obra. Y es que el problema de la obra, tal y como ésta lo presenta, no tiene solución. No se puede salvar económicamente a los dueños de la propiedad sin sacrificar aquello que simbólicamente les justifica. Lopajin podría casarse con Varia, la hija adoptiva de Lubov, y regalar el cerezal a su suegra. Pero Lopajin no piensa casarse (al menos en esta obra) y menos con “una monja” (“Ofelia, vete a un convento”, le dice Lopajin a Varia), y tampoco lo veo yo haciendo de yerno de Lubov. También podría ocurrir que Lopajin se convirtiera en amante de Lubov, arrojándole el cerezal a sus pies, pero Lopajin no es un personaje de Dostoievski y Lubov le atrae tanto como respeto (o pánico) le causa.
En la subasta de agosto, Lopajin pujará por el cerezal y se hará con él. Y acto seguido lo destruirá. Porque, aunque Lopajin pueda parecer un sentimental, un falso sentimental (sobre todo cuando está bebido), en el fondo es un hombre práctico que no puede entender la supervivencia de algo inútil, de algo que no rinde ningún interés económico (y en 1904, el valor ecológico, de existir, sería un valor inútil).
“El cerezal” es una pieza emblemática en cuanto supone, más que la transición entre dos Rusias (que sería la lectura progresista y esperanzadora), la transición entre dos mundos, el simbólico –lo inútil– y el económico. Dicho de otro modo: el triunfo del capitalismo. Y es también emblemática porque, en 1904, con la muerte (más que posible) por abandono, descuido de sus dueños, del viejo (87 años) criado Firs (que en su día rechazó la libertad y quiso seguir siendo un siervo), Chejov anuncia a Beckett, como bien señala Marcos Ordóñez. Beckett ante portas.
Chejov califica “El cerezal” de comedia. Algo difícil de tragar, y más teniendo en cuenta el final de la obra. Sabiendo como sabemos que Chejov en 1904 era consciente de que se estaba muriendo, de que esta era su última obra, cabría pensar que eso de “comedia”, como la copa de champán, como el “Ich sterbe”, hay que interpretarlo con un cierto sentido del humor (en el que Chejov se revela un maestro), como una variante de aquello tan manido de “Finita la commedia!”. Pero no creo que sea así. Hace años escuché a Antoine Vitez, gran conocedor del teatro ruso y autor de grandes montajes chejovianos, comentar acerca de “El cerezal”: “¿Por qué no pensar que Chejov ha escrito algo sin saber muy bien qué hacer con ello, cómo montarlo, y de pronto se encuentra con que Stanislavski lo trata no con excesiva lentitud, eso no es lo esencial, sino con una apabullante acumulación de signos? ¿Por qué no pensar que Chejov pudo haber experimentado esa acumulación de signos como una violación de su obra y reclamar, exigir, contra Stanislavski, ese aire desenfadado, de comedia? ¿Y por qué no montar, interpretar ‘El cerezal’ como si fuese un vodevil?”, se preguntaba en último término Vitez.
Ese es, en gran medida, el acierto de Lavaudant, sobre todo en el tercer acto, el del baile. Los personajes aparecen y desaparecen entre las blancas cortinas (un homenaje a Strehler) que figuran en las paredes de la mansión. Una escena entre el vodevil, el circo y la farsa, que se quiebra con la derrota de Lubov, desposeída de su trono (el cerezal) por el nuevo rey que anuncia, borracho, su victoria: la venganza del hijo del siervo. Un espectáculo espléndido, abierto, que respira, con una notable pluralidad de voces que se expresan en un francés preciso y cortante, sin florituras, ceñido al original ruso, chupando de él vitalidad y ritmo por un tubo. En resumidas cuentas: un buen comienzo para celebrar el centenario del famoso cerezal, del jardín, del huerto, o de cómo prefieran llamarle.
lunes, febrero 16, 2004
NOTICIAS
Domingo 15 de febrero de 2004. EL INDEPENDIENTE Núm. 254
Recordando a Cortázar
Ayer en el Paraninfo de la Universidad de Guadalajara, Carlos Fuentes, Gabriel García Márquez, José Saramago y Tomás Eloy Martínez, entre varios cientos de fans, recordaron la vida y obra del siempre joven cronopio
Jorge Luis Espinosa
en Guadalajara
Desde las nueve de la mañana una fila ha comenzado a formarse afuera de el Paraninfo de la Universidad de Guadalajara (UdG), en espera de que sus puertas sean abiertas y sea posible ser testigo de la inauguración del coloquio Julio Cortázar revisitado: Nuevas Lecturas que más que al autor de Rayuela, tiene como protagonistas a José Saramago, Carlos Fuentes, Gabriel García Márquez y Tomás Eloy Martínez.
Por lo menos en la mesa inaugural, el protagonismo es de los ponentes, porque entre los cientos de jóvenes que se han acercado en busca del autógrafo no hay más que libros de García Márquez, Saramago y Fuentes. Algunos de estos jóvenes, incluso, llevan un volumen de cada uno de los integrantes de esta famosa tríada literaria para que la espera de tres horas resulte más fructífera.
De hecho, cuando el autor de Aura llega (a las 12 del día) a las puertas del Paraninfo lo primero que le dice una jovencita es: “Usted me prometió que hoy me firmaría el libro”. “Y lo haré”, responde Fuentes quien se adentra en medio del tumulto que se ha formado a la puerta de este recinto universitario.
Al Paraninfo han llegado los amigos de Cortázar a recordarlo en sus 20 años de muerte y en la celebración de los primeros 10 años de la Cátedra Julio Cortázar de la UdG que se formó y se mantiene con el monto de los cerca de 25 mil pesos mensuales que tanto García Márquez como Fuentes reciben del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (Fonca) en su calidad de Creadores Eméritos, lo que representa una beca vitalicia.
Amigos de Cortázar desde los años 50, como fue el caso de García Márquez y Fuentes. Mientras otros de los ponentes nunca conversaron con él, como fue el caso de Saramago y del ex presidente colombiano Belisario Betancour, quien fungió como moderador y argumentó que cuando se trata de un escritor no es necesario tratarlo personalmente. “No lo vi nunca, pero eso es irrelevante en el caso de un hombre de letras. Se la pasan contando su autobiografía”, añade el político.
KAFKA Y CORTAZAR
Durante la mesa inaugural se cuentan las viejas historias de amistad. Aquel famoso viaje en tren a Praga, por el año de 1968, donde a una pregunta de Fuentes sobre cuándo se había introducido el piano en la orquesta de jazz, Cortázar se dedicara a responder toda la noche, mientras disfrutaban de “enormes vasos de cerveza y salchichas con papas heladas”, como evoca García Márquez, quien concluye: “Ni Carlos Fuentes ni yo olvidaremos jamás el asombro de aquella noche irrepetible”.
El creador de Macondo ha exhumado un viejo texto, porque como dice, no es bueno para las improvisaciones. Opta por recordar al amigo en palabras escritas hace lustros. Total, quienes hoy lo escuchan son nuevas generaciones de jóvenes, aunque estas tendrán que aguardar afuera del Paraninfo o allegarse a alguna sala donde se han instalado pantallas para, al menos, ser testigos lejanos.
El espacio del Paraninfo es muy reducido. Su aforo es de 400 personas y ahí hay sólo espacio para los especialistas en Cortázar o para los invitados especiales: “Carlos Briceño y señora”, “Manuel Arango y señora”... como se lee en los respaldos de las butacas de este recinto universitario.
Pero si García Márquez no es bueno para improvisar, Carlos Fuentes arma e hila prontamente una serie de anécdotas. Algunas historias tristes, como aquella de hace 20 años, cuando le llamó al autor de El otoño del patriarca, para decirle que en el New York Times se había enterado de la muerte de Cortázar. “No creas todo lo que leas en los periódicos”, había respondido el narrador colombiano.
“Creo que Gabriel tenía razón, porque esta reunión aquí en Guadalajara está demostrando que Cortázar está vivo de mil maneras”, precisa Fuentes, quien evoca aquella vez que fue a París en busca de Cortázar, de ese “escritor admiradísimo” para agradecerle los elogios que había hecho a su novela La región más transparente.
“Tenía 29 años cuando publiqué mi primera novela y la primera voz que salió a hablar de ella fue la de Julio Cortázar. Tenía la doble devoción de ser su lector y de estar muy agradecido. Toque la puerta y me abrió un joven lampiño, pecoso, un poco desgarbado. Le dije: ‘Pibe, vengo a ver a tu papá’. Shoy yo, respondió aquel eterno joven Cortázar sobre el que pendía la leyenda de un Dorian Gray”.
Y hoy mismo Cortázar podría estar vivo, porque como dice Saramago, 90 años no son nada. El escritor portugués no trae ningún recuerdo, sino una tesis que Cortázar mismo había rechazado en los 60: su filiación con Kafka. Pero de entrada Saramago advierte que muchas veces se ha equivocado y esta puede ser una de ellas.
Pero para el Nobel portugués, la hermandad entre Kafka y Cortázar es evidente, como se advierte en uno de los cuentos del autor argentino: “No se culpe a nadie” y La metamorfosis, del autor checo. “Para mí, Cortázar es un gran trágico. Ésta es mi lectura, algo mío”, añade el autor de La caverna, quien al final se dedicaría a firmar decenas de libros de sus fans tapatíos.
Domingo 15 de febrero de 2004. EL INDEPENDIENTE Núm. 254
Recordando a Cortázar
Ayer en el Paraninfo de la Universidad de Guadalajara, Carlos Fuentes, Gabriel García Márquez, José Saramago y Tomás Eloy Martínez, entre varios cientos de fans, recordaron la vida y obra del siempre joven cronopio
Jorge Luis Espinosa
en Guadalajara
Desde las nueve de la mañana una fila ha comenzado a formarse afuera de el Paraninfo de la Universidad de Guadalajara (UdG), en espera de que sus puertas sean abiertas y sea posible ser testigo de la inauguración del coloquio Julio Cortázar revisitado: Nuevas Lecturas que más que al autor de Rayuela, tiene como protagonistas a José Saramago, Carlos Fuentes, Gabriel García Márquez y Tomás Eloy Martínez.
Por lo menos en la mesa inaugural, el protagonismo es de los ponentes, porque entre los cientos de jóvenes que se han acercado en busca del autógrafo no hay más que libros de García Márquez, Saramago y Fuentes. Algunos de estos jóvenes, incluso, llevan un volumen de cada uno de los integrantes de esta famosa tríada literaria para que la espera de tres horas resulte más fructífera.
De hecho, cuando el autor de Aura llega (a las 12 del día) a las puertas del Paraninfo lo primero que le dice una jovencita es: “Usted me prometió que hoy me firmaría el libro”. “Y lo haré”, responde Fuentes quien se adentra en medio del tumulto que se ha formado a la puerta de este recinto universitario.
Al Paraninfo han llegado los amigos de Cortázar a recordarlo en sus 20 años de muerte y en la celebración de los primeros 10 años de la Cátedra Julio Cortázar de la UdG que se formó y se mantiene con el monto de los cerca de 25 mil pesos mensuales que tanto García Márquez como Fuentes reciben del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (Fonca) en su calidad de Creadores Eméritos, lo que representa una beca vitalicia.
Amigos de Cortázar desde los años 50, como fue el caso de García Márquez y Fuentes. Mientras otros de los ponentes nunca conversaron con él, como fue el caso de Saramago y del ex presidente colombiano Belisario Betancour, quien fungió como moderador y argumentó que cuando se trata de un escritor no es necesario tratarlo personalmente. “No lo vi nunca, pero eso es irrelevante en el caso de un hombre de letras. Se la pasan contando su autobiografía”, añade el político.
KAFKA Y CORTAZAR
Durante la mesa inaugural se cuentan las viejas historias de amistad. Aquel famoso viaje en tren a Praga, por el año de 1968, donde a una pregunta de Fuentes sobre cuándo se había introducido el piano en la orquesta de jazz, Cortázar se dedicara a responder toda la noche, mientras disfrutaban de “enormes vasos de cerveza y salchichas con papas heladas”, como evoca García Márquez, quien concluye: “Ni Carlos Fuentes ni yo olvidaremos jamás el asombro de aquella noche irrepetible”.
El creador de Macondo ha exhumado un viejo texto, porque como dice, no es bueno para las improvisaciones. Opta por recordar al amigo en palabras escritas hace lustros. Total, quienes hoy lo escuchan son nuevas generaciones de jóvenes, aunque estas tendrán que aguardar afuera del Paraninfo o allegarse a alguna sala donde se han instalado pantallas para, al menos, ser testigos lejanos.
El espacio del Paraninfo es muy reducido. Su aforo es de 400 personas y ahí hay sólo espacio para los especialistas en Cortázar o para los invitados especiales: “Carlos Briceño y señora”, “Manuel Arango y señora”... como se lee en los respaldos de las butacas de este recinto universitario.
Pero si García Márquez no es bueno para improvisar, Carlos Fuentes arma e hila prontamente una serie de anécdotas. Algunas historias tristes, como aquella de hace 20 años, cuando le llamó al autor de El otoño del patriarca, para decirle que en el New York Times se había enterado de la muerte de Cortázar. “No creas todo lo que leas en los periódicos”, había respondido el narrador colombiano.
“Creo que Gabriel tenía razón, porque esta reunión aquí en Guadalajara está demostrando que Cortázar está vivo de mil maneras”, precisa Fuentes, quien evoca aquella vez que fue a París en busca de Cortázar, de ese “escritor admiradísimo” para agradecerle los elogios que había hecho a su novela La región más transparente.
“Tenía 29 años cuando publiqué mi primera novela y la primera voz que salió a hablar de ella fue la de Julio Cortázar. Tenía la doble devoción de ser su lector y de estar muy agradecido. Toque la puerta y me abrió un joven lampiño, pecoso, un poco desgarbado. Le dije: ‘Pibe, vengo a ver a tu papá’. Shoy yo, respondió aquel eterno joven Cortázar sobre el que pendía la leyenda de un Dorian Gray”.
Y hoy mismo Cortázar podría estar vivo, porque como dice Saramago, 90 años no son nada. El escritor portugués no trae ningún recuerdo, sino una tesis que Cortázar mismo había rechazado en los 60: su filiación con Kafka. Pero de entrada Saramago advierte que muchas veces se ha equivocado y esta puede ser una de ellas.
Pero para el Nobel portugués, la hermandad entre Kafka y Cortázar es evidente, como se advierte en uno de los cuentos del autor argentino: “No se culpe a nadie” y La metamorfosis, del autor checo. “Para mí, Cortázar es un gran trágico. Ésta es mi lectura, algo mío”, añade el autor de La caverna, quien al final se dedicaría a firmar decenas de libros de sus fans tapatíos.
sábado, febrero 14, 2004
NOTICIAS
Un nuevo fenómeno editorial
Las versiones catalanas de Zafón y Cercas lideraron las ventas del 2003
XAVI AYÉN -La Vanguardia- 14/02/2004
Una novela traducida del castellano al catalán, “L'ombra del vent”, de Carlos Ruiz Zafón (Planeta), fue la obra de ficción publicada en catalán más vendida en el año 2003, según los datos facilitados a este diario por las propias editoriales (véase recuadro adjunto). “Soldats de Salamina”, de Javier Cercas, otra traducción del castellano, ocupa el quinto puesto.
Emili Rosales, el editor de Planeta responsable de la iniciativa, no cree que la situación refleje ninguna anomalía del mercado en catalán, sino “al contrario, a mí me parece un síntoma de normalidad. Este libro ha sido un gran éxito en castellano con 300.000 ejemplares vendidos, en alemán con 200.000, ahora aparecerá en EE.UU. e Inglaterra... ¿por qué no iba a triunfar en catalán si, además, transcurre en Barcelona y su autor es de aquí? Nuestra política editorial no es traducir cualquier título, sino calcularlo muy bien. En la lista norteamericana de novelas más vendidas hay varios títulos que coinciden con la lista francesa, y en ésta varios que aparecen en la española. Es lo más normal. Ahora, en el ranking, aparecen dos traducciones del castellano entre las cinco obras más vendidas. Pero, si ampliamos el foco a las cien más vendidas, veremos que también son dos. Es una gota de agua en el océano”.
Rosales reconoce, no obstante, que el hecho pueda causar estupor en algunos porque “abrimos una tradición nueva, al menos con estas cifras de ventas. Y es lógico que ello suscite preguntas. Mucha gente me dice: ¿pero cómo se puede entender que un lector no prefiera la versión original? La verdad, eso ya es un tema muy personal... Cada año se traducen al catalán 300 novelas y es ilógico que ninguna de ellas proceda del castellano”.
Zafón –y su traductor Josep Pelfort– cuenta con precedentes ilustres en su paso al catalán, como “El Quixot” y los “Entremesos” de Cervantes. Pero, sin ir tan lejos, también “La ciutat dels prodigis” de Eduardo Mendoza (Edicions 62) o “La cançó de Dorotea” de Rosa Regàs (Planeta). Y acaban de aparecer “El millor que li pot passar a un croissant” de Pablo Tusset (Columna) y “L'origen perdut” de Matilde Asensi (Planeta). Para marzo, Rosales anuncia también “los dos primeros libros de la serie Carvalho vertidos al catalán”, en concreto “Els mars del sud” y “El premi”.
Tras Zafón, Brown, Sánchez Piñol, Mira y Cercas (en versión catalana de Ponç Puigdevall), en la lista de ventas se sitúan “Onze minuts” de Paulo Coelho (20.200 ejemplares), y, empatados a 20.000, “L'home duplicat” de José Saramago y “El festí de l'amor” de Charles Baxter, ganador del premio Llibreter.
Las cifras que proporcionan las editoriales pueden presentar alguna disfunción, según los conocedores del sector, pues el método de contabilizar las ventas de un título puede influir en el resultado (según si se cuentan los libros antes o después de su devolución por parte de los puntos de venta, por ejemplo). Así, este diario ha confeccionado una segunda lista, orientativa, basándose en las ventas de las librerías catalanas que son consultadas cada semana por el suplemento “Cultura/s”. Y los libreros coinciden en lo fundamental: “L'ombra del vent” ha sido el título más vendido, con 54 semanas entre los libros más reclamados por los lectores. La segunda posición, sin embargo, la ocupa “Societat limitada” del valenciano Ferran Torrent (Columna), con 46 semanas y 17.000 ejemplares vendidos. La tercera plaza es para “La pell freda” de Albert Sánchez Piñol, con 39 semanas. La cuarta, para “Les seduccions de Júlia” de Màrius Carol (Planeta), premio Ramon Llull, con 37 semanas. Le siguen los “Soldats de Salamina”, con 33 semanas. Y, en sexto lugar, “Millor que no m'ho expliquis”, de Imma Monsó (La Magrana), premio Ciutat de Barcelona, con 30 semanas. Este tipo de clasificación perjudica a “El codi Da Vinci”, que se puso a la venta en octubre y, por tanto, sólo ha sumado 10 semanas en las listas del año.
1 "L'OMBRA DEL VENT" CARLOS RUIZ ZAFÓN (Planeta) 49.000 ejemplares
2 "EL CODI DA VINCI" DAN BROWN (Empúries) 33.000 ejemplares
3 "LA PELL FREDA" ALBERT SÁNCHEZ PIÑOL (La Campana) 30.000 ejemplares
4 "PURGATORI" JOAN F. MIRA (Proa) 21.500 ejemplares
5 "SOLDATS DE SALAMINA" JAVIER CERCAS (Tusquets) 20.350 ejemplares
Un nuevo fenómeno editorial
Las versiones catalanas de Zafón y Cercas lideraron las ventas del 2003
XAVI AYÉN -La Vanguardia- 14/02/2004
Una novela traducida del castellano al catalán, “L'ombra del vent”, de Carlos Ruiz Zafón (Planeta), fue la obra de ficción publicada en catalán más vendida en el año 2003, según los datos facilitados a este diario por las propias editoriales (véase recuadro adjunto). “Soldats de Salamina”, de Javier Cercas, otra traducción del castellano, ocupa el quinto puesto.
Emili Rosales, el editor de Planeta responsable de la iniciativa, no cree que la situación refleje ninguna anomalía del mercado en catalán, sino “al contrario, a mí me parece un síntoma de normalidad. Este libro ha sido un gran éxito en castellano con 300.000 ejemplares vendidos, en alemán con 200.000, ahora aparecerá en EE.UU. e Inglaterra... ¿por qué no iba a triunfar en catalán si, además, transcurre en Barcelona y su autor es de aquí? Nuestra política editorial no es traducir cualquier título, sino calcularlo muy bien. En la lista norteamericana de novelas más vendidas hay varios títulos que coinciden con la lista francesa, y en ésta varios que aparecen en la española. Es lo más normal. Ahora, en el ranking, aparecen dos traducciones del castellano entre las cinco obras más vendidas. Pero, si ampliamos el foco a las cien más vendidas, veremos que también son dos. Es una gota de agua en el océano”.
Rosales reconoce, no obstante, que el hecho pueda causar estupor en algunos porque “abrimos una tradición nueva, al menos con estas cifras de ventas. Y es lógico que ello suscite preguntas. Mucha gente me dice: ¿pero cómo se puede entender que un lector no prefiera la versión original? La verdad, eso ya es un tema muy personal... Cada año se traducen al catalán 300 novelas y es ilógico que ninguna de ellas proceda del castellano”.
Zafón –y su traductor Josep Pelfort– cuenta con precedentes ilustres en su paso al catalán, como “El Quixot” y los “Entremesos” de Cervantes. Pero, sin ir tan lejos, también “La ciutat dels prodigis” de Eduardo Mendoza (Edicions 62) o “La cançó de Dorotea” de Rosa Regàs (Planeta). Y acaban de aparecer “El millor que li pot passar a un croissant” de Pablo Tusset (Columna) y “L'origen perdut” de Matilde Asensi (Planeta). Para marzo, Rosales anuncia también “los dos primeros libros de la serie Carvalho vertidos al catalán”, en concreto “Els mars del sud” y “El premi”.
Tras Zafón, Brown, Sánchez Piñol, Mira y Cercas (en versión catalana de Ponç Puigdevall), en la lista de ventas se sitúan “Onze minuts” de Paulo Coelho (20.200 ejemplares), y, empatados a 20.000, “L'home duplicat” de José Saramago y “El festí de l'amor” de Charles Baxter, ganador del premio Llibreter.
Las cifras que proporcionan las editoriales pueden presentar alguna disfunción, según los conocedores del sector, pues el método de contabilizar las ventas de un título puede influir en el resultado (según si se cuentan los libros antes o después de su devolución por parte de los puntos de venta, por ejemplo). Así, este diario ha confeccionado una segunda lista, orientativa, basándose en las ventas de las librerías catalanas que son consultadas cada semana por el suplemento “Cultura/s”. Y los libreros coinciden en lo fundamental: “L'ombra del vent” ha sido el título más vendido, con 54 semanas entre los libros más reclamados por los lectores. La segunda posición, sin embargo, la ocupa “Societat limitada” del valenciano Ferran Torrent (Columna), con 46 semanas y 17.000 ejemplares vendidos. La tercera plaza es para “La pell freda” de Albert Sánchez Piñol, con 39 semanas. La cuarta, para “Les seduccions de Júlia” de Màrius Carol (Planeta), premio Ramon Llull, con 37 semanas. Le siguen los “Soldats de Salamina”, con 33 semanas. Y, en sexto lugar, “Millor que no m'ho expliquis”, de Imma Monsó (La Magrana), premio Ciutat de Barcelona, con 30 semanas. Este tipo de clasificación perjudica a “El codi Da Vinci”, que se puso a la venta en octubre y, por tanto, sólo ha sumado 10 semanas en las listas del año.
1 "L'OMBRA DEL VENT" CARLOS RUIZ ZAFÓN (Planeta) 49.000 ejemplares
2 "EL CODI DA VINCI" DAN BROWN (Empúries) 33.000 ejemplares
3 "LA PELL FREDA" ALBERT SÁNCHEZ PIÑOL (La Campana) 30.000 ejemplares
4 "PURGATORI" JOAN F. MIRA (Proa) 21.500 ejemplares
5 "SOLDATS DE SALAMINA" JAVIER CERCAS (Tusquets) 20.350 ejemplares
viernes, febrero 13, 2004
NOTICIAS
Veinte años sin Julio Cortázar
José Baig
BBC Mundo, Buenos Aires
El 12 de febrero de 1984 murió Julio Cortázar. El escritor fue uno de los mejores cuentistas de nuestro idioma, pero la obra que le dio fama internacional fue su novela "Rayuela", publicada en 1963.
Además de los 20 años de su muerte, en 2004 también se recuerda los 90 años de su nacimiento en Bruselas, Bélgica, en agosto de 1914.
Por eso, distintas organizaciones y agrupaciones prepararon varios homenajes al escritor.
El gobierno de la ciudad de Buenos Aires, por ejemplo, organizó para esta semana jornadas de lectura y conciertos de jazz -una de las pasiones de Cortázar- en distintos bares del barrio de Palermo.
También han preparado un festival de cine en mayo, con las películas que se inspiraron en las obras de Cortázar.
En marzo será anunciado el premio Julio Cortázar de novela corta inédita para los escritores jóvenes y los ganadores se darán a conocer en noviembre.
Grupos teatrales y actores trabajn en la adaptación de obras de Cortázar para presentarlas en diferentes lugares de la ciudad y del país.
Y el 26 de agosto, se jugará rayuela en todas las escuelas primarias de la ciudad. "Los ganadores recibirán libros de Cortázar", le explicó a BBC Mundo, Gustavo López, secretario de Cultura de la ciudad.
Muestra
Paralelamente, la Fundación Internacional Argentina, financió y produjo la muestra itinerante "Presencias" sobre la vida y la obra del escritor.
La muestra será inaugurada en Bogotá en abril, después irá a Lima y en agosto se presentará en Buenos Aires.
"La idea fue recrear espacialmente las preocupaciones y los temas cortazarianos", le dijo a BBC Mundo Liliana Piñeiro, la curadora de la muestra, que incluye fotos y cartas inéditas del escritor.
Muchos de estos trabajos serán incluidos después en un libro en el que también escribirán "los amigos que tuvo Cortázar a lo largo de su vida", explicó Facundo de Almeida, director de contenidos de la muestra.
Veinte años sin Julio Cortázar
José Baig
BBC Mundo, Buenos Aires
El 12 de febrero de 1984 murió Julio Cortázar. El escritor fue uno de los mejores cuentistas de nuestro idioma, pero la obra que le dio fama internacional fue su novela "Rayuela", publicada en 1963.
Además de los 20 años de su muerte, en 2004 también se recuerda los 90 años de su nacimiento en Bruselas, Bélgica, en agosto de 1914.
Por eso, distintas organizaciones y agrupaciones prepararon varios homenajes al escritor.
El gobierno de la ciudad de Buenos Aires, por ejemplo, organizó para esta semana jornadas de lectura y conciertos de jazz -una de las pasiones de Cortázar- en distintos bares del barrio de Palermo.
También han preparado un festival de cine en mayo, con las películas que se inspiraron en las obras de Cortázar.
En marzo será anunciado el premio Julio Cortázar de novela corta inédita para los escritores jóvenes y los ganadores se darán a conocer en noviembre.
Grupos teatrales y actores trabajn en la adaptación de obras de Cortázar para presentarlas en diferentes lugares de la ciudad y del país.
Y el 26 de agosto, se jugará rayuela en todas las escuelas primarias de la ciudad. "Los ganadores recibirán libros de Cortázar", le explicó a BBC Mundo, Gustavo López, secretario de Cultura de la ciudad.
Muestra
Paralelamente, la Fundación Internacional Argentina, financió y produjo la muestra itinerante "Presencias" sobre la vida y la obra del escritor.
La muestra será inaugurada en Bogotá en abril, después irá a Lima y en agosto se presentará en Buenos Aires.
"La idea fue recrear espacialmente las preocupaciones y los temas cortazarianos", le dijo a BBC Mundo Liliana Piñeiro, la curadora de la muestra, que incluye fotos y cartas inéditas del escritor.
Muchos de estos trabajos serán incluidos después en un libro en el que también escribirán "los amigos que tuvo Cortázar a lo largo de su vida", explicó Facundo de Almeida, director de contenidos de la muestra.
sábado, febrero 07, 2004
COLUMNA
Latidos
París en clave de libro
SERGIO VILA–SANJUÁN La Vanguardia 04/02/2004
Supongamos que es usted un joven autor residente en París, y quiere ver su trabajo convertido en hermoso volumen. ¿Por dónde empezar? O bien es un turista que quiere llevar a cabo un tour por las casas de escritores más conocidas de la Ciudad Luz. ¿Cuántas se abren al público? De los famosos bouquinistas, ¿cuáles ofrecen al bibliómano buenas ofertas no demasiado turistizadas? ¿Qué contiene la Biblioteca Sigmund Freud de la Ciudad Luz? (resulta fácil imaginarlo) ¿Y la Biblioteca rusa Turgueniev? (tampoco es difícil). ¿Y –más complicado– la Biblioteca Samuel-Aimé Forney? Éstos son sólo algunos de los muchos enigmas que despeja “Paris à livre ouvert. Le guide des lecteurs, des libres et des auteurs” que han preparado Frédéric Lewino y Lamia Oulalaou para ediciones Autrement. El capítulo inaugural responde a un título muy idóneo, “Le livre et Paris, un roman d´amour”, y especifica que la capital francesa cuenta con 1.050 librerías, 726 imprentas, 874 editoriales y 67 bibliotecas. Esta historia de amor, recuerda el volumen, empieza en 1470, cuando la Sorbona edita las “Epistolae” de Gasparin Barzizza (se considera que el primer libro editado en Barcelona fue una “Ethica” de Aristóteles sólo tres años más tarde). Una guía de itinerarios por el París literario, con cafés y salones de tés incluidos, completa la panoramica
La aventura de un creador de cubiertas
Cuando en 1952 Pablo del Molino decidió regresar a España desde Argentina e imprimir un nuevo impulso a la editorial que llevaba su apellido, necesitó contar con ilustradores eficientes que le ayudaran a insuflar nueva vida a escritores clásicos como Salgari y Karl May, y a introducir en el mercado a nuevos autores y autoras como Richmal Crompton y Enid Blyton. En el equipo que creó destaca una figura, Roc Riera Rojas (1913-1992), pintor y dibujante, que realizó para la editorial centenares de cubiertas. En la completa monografía consagrada al artista que acaba de poner en las librerías Publicacions de l'Abadia de Montserrat, y que abarca distintos aspectos de su trayectoria, Mar Peris y Teresa Duran repasan esta tarea de ilustrador de posguerra y recuperan sus trabajos para el sello citado y para otros como Noguer, Planeta o Credsa. Los dibujos de Riera Rojas –recuerdan las estudiosas– son muy variados, y no solamente se centran en seres humanos, sino también muy a menudo en animales. Fue, según Enric Satué, “un ilustrador de lujo para un país miserable”. Sus imágenes devuelven todo un aroma de época
Lo brillante
A veces son los teóricos adversarios quienes antes detectan las novedades interesantes en un determinado territorio. En el semanario de información y cultura religiosa “Catalunya cristiana”, Lluís Serra Llansana comenta la emergencia en EE.UU. del concepto “bright” (claro, brillante, luminoso) aplicado a personas que tienen una visión del mundo “exenta de elementos sobrenaturales y místicos”. Es decir, “bright” formula en clave positiva un término que hasta ahora solía sustentarse sobre la negación (ateo, agnóstico, etcétera), y en palabras del comentarista, podría abrir una dinámica de empatía parecida a la que tuvo lugar cuando el adjetivo “gay” sustituyó al más técnico y menos cálido de “homosexual”. Serra Llansana traza la genealogía del asunto a partir de un artículo publicado en “The Guardian” por Richard Dawkins en junio del pasado año bajo el título “The future looks bright”, al que seguiría en julio otro de Daniel C. Dennet, experto en teoría de la mente, en “The New York Times” (“The bright stuff”). Objetivos de ambos: impulsar una concepción del mundo totalmente inmanente, favorecer una comprensión nueva del ateísmo que no implique, como se ha dicho, idea de negación; y constituir un nuevo ámbito de discusión con personalidades de la ciencia y la política
Latidos
París en clave de libro
SERGIO VILA–SANJUÁN La Vanguardia 04/02/2004
Supongamos que es usted un joven autor residente en París, y quiere ver su trabajo convertido en hermoso volumen. ¿Por dónde empezar? O bien es un turista que quiere llevar a cabo un tour por las casas de escritores más conocidas de la Ciudad Luz. ¿Cuántas se abren al público? De los famosos bouquinistas, ¿cuáles ofrecen al bibliómano buenas ofertas no demasiado turistizadas? ¿Qué contiene la Biblioteca Sigmund Freud de la Ciudad Luz? (resulta fácil imaginarlo) ¿Y la Biblioteca rusa Turgueniev? (tampoco es difícil). ¿Y –más complicado– la Biblioteca Samuel-Aimé Forney? Éstos son sólo algunos de los muchos enigmas que despeja “Paris à livre ouvert. Le guide des lecteurs, des libres et des auteurs” que han preparado Frédéric Lewino y Lamia Oulalaou para ediciones Autrement. El capítulo inaugural responde a un título muy idóneo, “Le livre et Paris, un roman d´amour”, y especifica que la capital francesa cuenta con 1.050 librerías, 726 imprentas, 874 editoriales y 67 bibliotecas. Esta historia de amor, recuerda el volumen, empieza en 1470, cuando la Sorbona edita las “Epistolae” de Gasparin Barzizza (se considera que el primer libro editado en Barcelona fue una “Ethica” de Aristóteles sólo tres años más tarde). Una guía de itinerarios por el París literario, con cafés y salones de tés incluidos, completa la panoramica
La aventura de un creador de cubiertas
Cuando en 1952 Pablo del Molino decidió regresar a España desde Argentina e imprimir un nuevo impulso a la editorial que llevaba su apellido, necesitó contar con ilustradores eficientes que le ayudaran a insuflar nueva vida a escritores clásicos como Salgari y Karl May, y a introducir en el mercado a nuevos autores y autoras como Richmal Crompton y Enid Blyton. En el equipo que creó destaca una figura, Roc Riera Rojas (1913-1992), pintor y dibujante, que realizó para la editorial centenares de cubiertas. En la completa monografía consagrada al artista que acaba de poner en las librerías Publicacions de l'Abadia de Montserrat, y que abarca distintos aspectos de su trayectoria, Mar Peris y Teresa Duran repasan esta tarea de ilustrador de posguerra y recuperan sus trabajos para el sello citado y para otros como Noguer, Planeta o Credsa. Los dibujos de Riera Rojas –recuerdan las estudiosas– son muy variados, y no solamente se centran en seres humanos, sino también muy a menudo en animales. Fue, según Enric Satué, “un ilustrador de lujo para un país miserable”. Sus imágenes devuelven todo un aroma de época
Lo brillante
A veces son los teóricos adversarios quienes antes detectan las novedades interesantes en un determinado territorio. En el semanario de información y cultura religiosa “Catalunya cristiana”, Lluís Serra Llansana comenta la emergencia en EE.UU. del concepto “bright” (claro, brillante, luminoso) aplicado a personas que tienen una visión del mundo “exenta de elementos sobrenaturales y místicos”. Es decir, “bright” formula en clave positiva un término que hasta ahora solía sustentarse sobre la negación (ateo, agnóstico, etcétera), y en palabras del comentarista, podría abrir una dinámica de empatía parecida a la que tuvo lugar cuando el adjetivo “gay” sustituyó al más técnico y menos cálido de “homosexual”. Serra Llansana traza la genealogía del asunto a partir de un artículo publicado en “The Guardian” por Richard Dawkins en junio del pasado año bajo el título “The future looks bright”, al que seguiría en julio otro de Daniel C. Dennet, experto en teoría de la mente, en “The New York Times” (“The bright stuff”). Objetivos de ambos: impulsar una concepción del mundo totalmente inmanente, favorecer una comprensión nueva del ateísmo que no implique, como se ha dicho, idea de negación; y constituir un nuevo ámbito de discusión con personalidades de la ciencia y la política