viernes, noviembre 12, 2004


El libro, en la orfandad legal
Hoy, Día Nacional del Libro, miembros de la industria editorial lamentan que a cinco años de la promulgación de la ley respectiva, ésta sea letra muerta
Jorge Luis Espinosa
El Universal
Viernes 12 de noviembre de 2004




Cuando hoy en el Centro Nacional de las Artes se celebre el Día Nacional del Libro, entre los festejos habrá un motivo de duelo porque en diciembre próximo se cumplen cinco años de que se promulgó la Ley General del Libro sin que hasta la fecha haya entrado en operación.
El 15 de diciembre de 1999, aún dentro del sexenio de Ernesto Zedillo, en el Diario Oficial de la Federación apareció publicada la Ley General del Libro que hasta hoy es letra muerta, porque el consejo que redactaría el reglamento, jamás se constituyó.
José Ángel Quintanilla, presidente de la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana (Caniem), destaca que la importancia de la ley del libro es que impulse y apoye a toda la industria, desde al autor hasta el lector.
"En los artículos transitorios de esa ley se establecía que a los 90 días de la promulgación se tendría que reunir un consejo, que al cabo de 60 días presentaría el reglamento que haría operativa esta ley, pero ya son casi cinco años y no hay ni consejo ni reglamento", explica José Angel Quintanilla.
Por lo mismo, durante la ceremonia del Día Nacional del Libro, que se celebra cada 12 de noviembre, día en que nació Sor Juana Inés de la Cruz, uno de los reclamos será no sólo la entrada en vigor de esta ley, sino su modificación, e incluso una nueva legislación, porque la actual finalmente estuvo muy "rasurada", señala Quintanilla.
De la misma opinión es el editor Antonio Ruano Fernández, quien hoy recibirá el máximo galardón de la Caniem, la Medalla Juan Pablos al Mérito Editorial. "Esa ley es un desastre. Intervine en la redacción, junto con otros colegas y nos asesoramos con el Instituto de Investigaciones Jurídicas (de la UNAM) para hacerla presentable, pero lo que luego aprobaron fue un esperpento que no tiene nada que ver con lo que propusimos".
Tanto Ruano Fernández como Quintanilla explican que en su propuesta no pedían más que lo que hay en otros países como Colombia, donde los editores están exentos de impuestos, o en España, donde el Estado no edita los libros de educación básica, sino que los compra a los editores.
La Caniem ha entrado en pláticas con todos los sectores que concurren en la industria editorial: autores, editores, impresores, papeleros, libreros, encuadernadores y lectores, para lograr un consenso y presentar un nuevo proyecto.
Por su parte, Ruano Fernández explica que no están pidiendo que se les regale nada. "En el caso del Impuesto Sobre la Renta (ISR), todo lo que se exonere será reinvertido en la industria. Lo queremos para crecer y ser una industria competitiva".


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