jueves, noviembre 11, 2004


Nueva York, 11 noviembre. La compañía mexicana Delfos Danza Contemporánea mostró en su debut en el Joyce Theatre de Nueva York un espectáculo provocativo y sorprendente que buscaba despertar las emociones más intensas en el público.

Un grupo de siete bailarines, tres mujeres y cuatro hombres, despegaron la noche del martes del escenario luchando en contra de la ley de la gravedad con la representación de "Breves instantes", una recopilación de seis piezas que han marcado su historia.
Originario de Mazatlán, el grupo abrió el espectáculo con "Trío y cordón", trabajo por el que recibieron en su país el Premio Nacional de Danza en 1992.
Sirviéndose de un cordón imaginario y un vestuario minimalista de inspiración oriental, Claudia Lavista y Víctor Manuel Ruiz, fundadores de la compañía, coordinaron sus movimientos con Karen de Luna en un original juego a tres.
A esta pieza le siguió la magistral actuación de Agustín Martínez, quien con su única presencia en el escenario logró conquistar al público, que respondió con una generosa ovación.
Como si resbalara en el aire y desafiara obstáculos en el vacío, Martínez jugó con su cuerpo hasta que sacó por la boca lo que pareció ser su propia fuerza, representada en forma de mariposa.
"Del amor y otras barbaridades" culminó la primera parte del espectáculo con una oda literal a la relaciones heterosexuales y homosexuales, tanto entre dos hombres, como entre dos mujeres.
Acompañados de la música de Yann Tiersen, responsable de la banda sonora de la película "Amélie", seis cuerpos, entre los que destacaron los de Xitali Piña y Omar Carrum, sorprendieron al público con una lucha de movimientos contundentes cargados de pasión y sentimiento.
El programa siguió con el original "6'28 y lo que falta", movimiento en el que los bailarines demostraron su capacidad de convertir sus cuerpos en protagonistas de un juego de niños, en el que al final, con el soporte de un vídeo, triunfa el amor.
Sirviéndose de referentes sonoros de fácil digestión, el dueto entre Lavista y Carrum en "Estuve pensando" volvió a ganarse los aplausos del público, con la perfecta simulación de una pareja en crisis que intenta resolver el desencanto de la rutina diaria.
"Fractura" cerró la noche con una danza pasional que insinuaba la incomunicación entre los seres humanos y clausuró el espectáculo con una imagen apoteósica en que cinco bailarines desnudaron sus cuerpos exhaustos y los remojaron en una ducha de agua real, que simbolizaba la redención.
Lavista, ganadora también del Premio Nacional de Danza hace dos años, explicó en entrevista con EFE que Delfos Danza se define por el intimismo de sus trabajos, que se consigue "expresando un mensaje claro, trabajando a partir de lo concreto y huyendo de la abstracción".
Por su lado, Ruiz comentó que en su baile "el hilo conductor son las relaciones humanas, los secretos ocultos y las necesidades que son y no aparentan ser".
Uno de los principios que fundaron esta compañía, según sus creadores, es la voluntad de "ser espejo del espectador conectando con lo universal, con aquello que todos podemos entender", aseguró Lavista.
"La luz tiene un papel primordial en el espectáculo porque define la atmósfera, el espacio y las sensaciones", explicó Ruiz, quien también está al cargo de la iluminación de la compañía.
Delfos Danza ha sido la primera compañía mexicana en actuar en el prestigioso Joyce Theatre de Nueva York, donde permanecerán hasta el 14 de noviembre, y sus componentes no esconden su orgullo: "Es maravilloso estar en un teatro tan significativo, a la vez que es un gran reto", expresó Ruiz. (EFE)
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