jueves, enero 13, 2005

Atención y coraje


Elfriede Jelinek

Jorge MunguÍa Espitia
Proceso

La concesión del Premio Nobel de literatura 2004 a la escritora austriaca Elfriede Jelinek desató el rechazo de algunos sectores de la cultura y del poder. Las causas son sus posiciones políticas y estéticas que desafían el orden burgués.

En el terreno político mantiene una posición crítica, cercana al anarquismo, que cuestiona al Estado por considerarlo como una institución reaccionaria, que actúa para el beneficio de las minorías del dinero. También objeta a la izquierda que se ha sometido a cambio de ciertas canonjías, como posiciones parlamentarias y burocráticas.

En el ámbito estético, ha revolucionado el lenguaje al encontrar otros significados mediante la alteración de la sintaxis, y la invitación a ir más allá del significado inmediato de las palabras; además, aborda temáticas "duras y sucias", no propias de una mujer decente, que alteran, por su cinismo, la moral establecida.

En español circulan en librerías dos reediciones de sus novelas, La pianista y Deseo, y los primeros días de enero aparecerá la narración titulada Los amantes. La obra que ahora comento es Deseo (Ediciones Destino. Col. Áncora y Delfín número 1014; México, 2004, 234 pp.). En ella, Elfriede Jelinek cuenta la historia de las relaciones entre Gerti y su esposo. La vida sexual entre ellos era "normal" hasta que éste, temeroso de contagiarse de sida, intensifica los encuentros con Gerti y la comienza a tratar como a las putas con las que antes se acostaba. Las perversiones los llevan a extremos, y ella busca entonces un amante que le dé otro trato, pero este contacto no será lo que esperaba.

En Deseo, Jelinek hace un serio cuestionamiento al papel de la mujer en las relaciones afectivas. Para ello, elige como personaje a una integrante de la clase burguesa educada, supuestamente liberada, y muestra cómo en los encuentros amorosos asume siempre el papel pasivo y sometido de otras mujeres. Así mismo, que la llamada liberación femenina es una retórica que no ha llegado a modificar la unión con el género masculino.

En el texto subyacen dos interrogantes inquietantes. El primero es que la sumisión femenina es resultado de una situación histórica que ha provocado que la mujer asuma en su psique el papel dependiente, y esto hace que sea casi imposible superarlo; sería necesario que todo el género pasara por un psicoanálisis, además de terminar con todos aquellos elementos de la cultura que mantienen ese vasallaje. La segunda indica que la opresión es ontológica, y así, naturalmente, la mujer se doblega ante el hombre.

La temática es irritante, pero ésa es la intención de Jelinek: inquietar al lector para que reflexione por sí mismo y asuma una posición. La manera en que lo hace es con la reiteración de actitudes y situaciones y el uso de oraciones breves como sentencias. Sin duda, la lectura de esta obra no es sencilla porque requiere de gran atención, por lo complejo del lenguaje y el coraje para no rehuir los desafíos morales que plantea.

Posted by Hello