viernes, enero 21, 2005

Testimonio de un guitarrista


Manuel López Ramos Posted by Hello

uan Solís
El Universal
Viernes 21 de enero de 2005

Dice el maestro Manuel López Ramos que hay una edad en la que las lagunas mentales son cada vez más frecuentes. La confesión parece exagerada en voz de quien posee una memoria tan lúcida y un talento tan generoso.

El maestro es pródigo en recuerdos y anécdotas, pero mezquino en los autoelogios. La humildad es una virtud más del guitarrista con 50 años de carrera.

Pruebas irrefutables de su talento son las piezas que integran el disco Manuel López Ramos, testimonio de un guitarrista , editado por Discos Luzam, que será presentado hoy a las 19 horas, en el Seminario de Cultura Mexicana (Masaryk 526, Polanco).

Lo presentarán el maestro Luis Herrera de la Fuente, y el guitarrista Guillermo González, alumno de López Ramos desde hace 30 años.

El disco está formado por grabaciones históricas como la del Quinteto de Mario Castelnuovo Tedesco, realizada en 1965, la versión de 1960 de la Chacona , de Bach, escrita originalmente para violín, pero transcrita para guitarra por Segovia, la Suite en modo barroco de Manuel M. Ponce.

"En una ocasión, Heitor Villalobos visitó a Segovia en Montevideo. Segovia le tocó el preludio y las danzas que componen la suite. Villalobos creyó que era de Bach, pero no, era del maestro mexicano Manuel M. Ponce."

Manuel López Ramos nació en 1929, en Buenos Aires, Argentina. En la ciudad porteña inició sus estudios de guitarra; llegó en 1952 a México, junto con su hermana, la actriz Marga López. No conoció personalmente a Manuel M. Ponce, quien murió en 1948, pero su admiración lo ha llevado a incluir en todos sus conciertos una pieza del mexicano.

En 1962 López Ramos fundó su mítica escuela: el Estudio de Arte Guitarrístico, del cual han egresado, por citar a algunos, los integrantes del Cuarteto Manuel M. Ponce.

"En México no estaba muy difundida la guitarra clásica. Cuando llegué sólo había dos alumnos del instrumento en el Conservatorio. Pensé en crear una escuela en el Edificio Aristos, el mejor de México, para que la guitarra subiera de categoría. Diez años después teníamos más de 100 alumnos y 150 esperando lugar. Siempre tuve la alegría de ser bien recibido en México concluye. Me siento quizá más mexicano que los que viven aquí."