El Museo de San Carlos exhibe 60 cuadros del autor, quien manifiesta su rechazo por el arte contemporáneo
Juan Solís
El Universal
Martes 15 de febrero de 2005
La situación del país le parece tan lamentable que ha optado por buscar entre sus apuntes de hace 20 o 30 años temas para seguir pintando. A 11 días de llegar a los 90 años de edad, el maestro Raúl Anguiano se mantiene activo. Pinta por las mañanas y por las tardes, lee todos los días con la disciplina con la que saca a pasear a su perro, Tajín, de raza xoloscuintle, por las calles de Coyoacán. Ya sea en su estudio, en California, junto al mar, o bien en su casa, en Coyoacán, el maestro Anguiano se acompaña de música clásica para pintar en periodos de dos o tres horas, aunque presume que si se trata de un mural puede aguantar hasta ocho horas. Hoy, a las 19 horas, se inaugura en el Museo de San Carlos la exposición Raúl Anguiano en las artes gráficas, 1915-2005, muestra organizada por la Academia de Artes. Sesenta obras, divididas en tres núcleos temáticos (El Taller de la Gráfica Popular, El viaje a Bonampak y Mujeres de México), integran la muestra que permanecerá expuesta en el inmueble de la colonia Tabacalera hasta el 15 de marzo. "Hay varios aspectos de mi obra, que abarca desde los años 30 hasta 2004 asegura. He seguido trabajando en este año, pero ya estaba todo listo para presentarlo." Uno de los temas más recurrentes en la obra de Anguiano es el de las mujeres indígenas de México. Luego de haberlas pintado por décadas, lamenta que su situación haya variado tan poco. "Hay una manera de mejorar la situación del pueblo mexicano de las clases más bajas. En vez de darles caridad hay que darles empleo y autosuficiencia." La tristeza que reflejan los rostros de estas mujeres en su obra, la explica como "algo que el artista siente. Gran parte del pueblo mexicano es triste por su situación de miseria y pobreza. El artista, si es sincero, refleja lo que siente". En los indios pintados por Rivera, dice Anguiano, "hay un idealismo de ver una redención. Después de la Revolución ha mejorado algo. Ya no son los esclavos, pero tampoco son autosuficientes". El artista, miembro de la segunda generación de muralistas al lado de Alfredo Zalce y Chávez Morado, dice que no le gusta el arte contemporáneo. Considera que la instalación y el performance son sólo modas. "Acabo de ver dos exposiciones en el Museo del Condado de Los Ángeles. Una de dibujo clásico, que incluye lo mismo a Durero que a Víctor Hugo. Ahí mismo vi arte norteamericano contemporáneo. Basura. Solamente manchas sobre telas. El artista que no dibuja no es artista plástico." Respecto de México, reconoce que hay talento pero falta mecenazgo por parte del Estado, la Iglesia o la iniciativa privada. Anguiano ve en el arte una defensa contra la globalización. "Me angustia mucho el futuro político de México concluye. Veo que hay una gran ambición de poder más que de servicio. Ojalá surja un candidato honesto y por él voy a votar."