lunes, marzo 28, 2005

Artista británico burla al Louvre, al MAM de Nueva York y a otros renombrados museos para montar su obra crítica a hurtadillas


Lady in gas mask Posted by Hello

Mauricio Marcin

Un artista —tal vez sea mejor decir anarquista— londinense denominado Banksy ha logrado, en menos de año y medio, exponer sus obras en las galerías y museos más prestigiados del mundo mediante una forma atípica e ilegal: evade la seguridad de los recintos y cuelga, cuando nadie lo advierte, sus piezas que se confunden entre las demás creaciones.
Entre las más recientes víctimas de sus intromisiones se encuentran los cuatro museos con mayor prestigio de la ciudad de Nueva York, lo que indica que Banksy ha empezado ha itinerar por el continente americano, pues anteriormente había invadido otros museos de renombre pero en países europeos como la Tate Gallery de Londres y el Louvre en Francia.
Banksy, disfrazado con una barba larga y blanca sujetada a su tez, un sombrero color verde militar y una gabardina que le conferían una imagen de anciano pensionado más que de vándalo, se introdujo al Museo de Brooklyn en la ciudad de los rascacielos para adherir un óleo que muestra a un militar de la época colonial sosteniendo un envase de spray; en el fondo de la pintura se observa una leyenda en inglés que condena la guerra.
Sus irrupciones subrepticias han provocado que la justicia de Inglaterra lo persiga, pero Banksy, no sólo ha logrado evadir a sus perseguidores en cada intromisión a los recintos, además se da el lujo —ironía, burla, provocación— de tener una página de Internet en la que da cuenta de sus fechorías y actualiza a sus seguidores sobre sus acciones de protesta.
Otro de los lúdicos ejercicios que dejó el londinense por su paso en Nueva York consistió en colocar, en el Museo Americano de Historia Natural, un escarabajo disecado que estaba armado con misiles en las alas y una antena parabólica que fungía como radar.
La semana pasada otros dos importantes recintos de la misma metrópolis se vieron atacados. En el Museo de Arte Moderno (MoMA por sus siglas en inglés) el graffitero colocó -pegamento en mano- un cuadro de un envase de sopa de tomate y en el Museo Metropolitano, el retrato de una mujer con mascara anti-gas.
Al artista no le bastó con colocar sus piezas en los cuatro recintos pues también se tomó el tiempo para instalar junto a cada una de ellas una placa explicativa con el nombre de las obras, la técnica utilizada y, por supuesto, su rúbrica.
El autor justifica sus históricas acciones diciendo que las cuatro piezas colocadas "son lo suficientemente buenas para estar ahí, por lo que no encuentro una razón para esperar" y exhibirlas, en palabras del propio artista.
Las autoridades de los museos han descolgado ya las piezas pero igual tardaron tiempo en hacerlo pues pasaban inadvertidas entre las demás obras. De hecho, en el Museo de Arte Moderno, la lata de sopa de tomate dilató tres días en ser descubierta y desmontada.
En otra ocasión, el graffitero incursionó en la galería Tate de Londres para colocar uno de sus cuadros; éste permaneció en la pared, sin que las autoridades del museo lo notaran, hasta que el pegamento utilizado cedió a la gravedad y se cayó. De esta manera los guardias se dieron cuenta y llevaron el óleo a la sección de "cosas perdidas".
Más tarde la galería británica emitió un comunicado en donde se daba a conocer que un hombre "había dejado una posesión personal en una de sus galerías" y añadió, "actualmente se encuentra en las posesiones perdidas". Banksy nunca fue a recogerla y puso a la venta otra versión de la pintura en la galería Tom Tom de Londres que se exhibía junto a un video de él mientras colgaba la original en la Tate.
Banksy comenzó su carrera artística graffiteando las paredes de su ciudad a los catorce años. Ahora, ha ido ganando fama por sus acciones de crítica a los sistemas museísticos y las tendencias reinantes en tal grado que el grupo musical Blur le pidió que ilustrara la portada de su nuevo disco.
Su historial de acciones vandálicas es largo y se acrecienta cada día. Ya había probado, con éxito, acciones idénticas en otros recintos de suma importancia entre ellos el Louvre de Paris.
Pero el artista, aunque la ha conseguido, dice no buscar la fama pues está más interesado en el mero hecho de poder crear; ya después, ésta vendrá como una consecuencia. Hacer arte sólo con la intención de convertirse en una celebridad sería, en sus palabras, como "ir a un restaurante y ordenar una comida sólo porque se tienen ganas de ir al baño".
Banksy ha expresado que continuará en la misma línea y de paso mencionó que pensó incluir al museo Guggenheim en su lista de donaciones pero finalmente no se atrevió.