miércoles, agosto 03, 2005

Documenta fotógrafo genocidio de indígenas guatemaltecos


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Mauricio Marcin

Durante los 11 últimos años, el fotógrafo estadunidense Jonathan Moller ha documentado los brutales asesinatos que las comunidades guatemaltecas indígenas padecieron durante la guerra civil de ese país. Las consecuencias del conflicto fueron miles de mayas que, ahora, recuperan la identidad (cadáveres carcomidos) con sus imágenes.
“A pesar de que hay una buena cantidad de libros sobre Guatemala, hay poco conocimiento sobre la historia reciente y trágica de ese país. (Mi libro) es un intento por dignificar a las miles de personas que fueron asesinadas”, expresó en entrevista a Crónica el fotógrafo estadunidense, que recupera la historia reciente de Guatemala en un volumen editado por Turner.
¿Será que haga favor de llevar nuestra voz, a publicarlo en otros lugares? Le suplicó Nicolás, un habitante de las Comunidades de Población en Resistencia (CPR), al fotógrafo. Moller asumió la consigna como si le fuera la vida en ello y sus imágenes se convirtieron en testimonio de la lucha indígena por la justicia, la paz y la dignidad.
Las CPR fueron “un desafío al orden establecido”, en palabras de Rigoberta Menchú, Premio Nobel de la Paz. El ejército guatemalteco respondió a ese desafío con terrorismo de Estado, con ráfagas salvajes y gritos mudos en la selva, con botaderos de cadáveres que se han venido exhumando y de los cuales brotan huesos silentes que narran el genocidio.
Pero en la historia oficial no hubo tal, “en las crónicas oficiales los hechos capturados por la cámara de Moller nunca tuvieron lugar”, denuncia la defensora de los derechos humanos.
Las CPR aguantaron la represión del ejército y la muerte violenta. Ahora continúan resistiendo la discriminación, la pobreza, la marginación y la falta de justicia.
El Informe de la Comisión para el Esclarecimiento Histórico registró 626 masacres atribuidas a las fuerzas del Estado. En muchas de ellas se exterminaron comunidades enteras, niños, mujeres y ancianos con métodos cuya crueldad, naturalmente, provoca espanto. El pretexto fue que los pueblos mayas eran aliados de la guerrilla. Y contra la guerrilla, balas.
Pero de este genocidio (se calculan 200 mil muertes) poco se sabe. Ni los gobiernos de Guatemala ni el de los Estados Unidos aceptan la participación militar en la historia reciente de atrocidades e injusticias.
“Fue la peor masacre desde los tiempos de la conquista y pasó hace sólo 20 años, pero el mundo, cegado por el racismo, nunca lo supo”, lamenta el escritor Eduardo Galeano.
Jonathan Moller busca que se reconozca la historia “porque si no se hace se puede repetir. Si los Estados Unidos no admiten sus errores y no enseñan su verdadera historia de política exterior a sus jóvenes, temo que no llegará la paz a este mundo”, advierte.
Jonás, como lo llaman los indígenas mayas, ha acogido esta historia como su lucha y prepara, actualmente, “un libro educacional sobre las comunidades rurales de Guatemala” que será distribuido entre las comunidades desarraigadas por la violencia con la finalidad de promover la concordia y la comprensión.
“Si nos quedamos callados, si no actuamos, si no hacemos algo por el pueblo, entonces de todas maneras se va a dar otro sufrimiento, otra situación más dura”, sugiere un indígena, al que Jonás le respondió con imágenes insonoras, que denuncian las muertes de esos nadies que nunca figuran en las estadísticas.

CRONOLOGÍA DE UNA RESISTENCIA
1972 Formación del Ejército Guerrillero de los Pobres.

1981 El ejército de Guatemala lanza una ofensiva contrainsurgente. 1,500 campesinos son asesinados.

1982 Se forman las Comunidades de Población en Resistencia.

1987 El gobierno intenta, fallidamente, terminar con la insurgencia.

1990 Se firman acuerdos para buscar una solución negociada al conflicto.

1992 Rioberta Menchú gana el Premio Nobel de la Paz.

1993 El ejército lanza nueva ofensiva contra insurgentes de Ixcán.

1994 Reanudan el proceso de paz.

1999 La Comisión de Esclarecimiento Histórico concluye que 200 mil personas fueron asesinadas. 93% de los actos fueron cometidos por el Estado.