lunes, octubre 17, 2005

La aceituna que viene



Con motivo de la próxima exposición de Jaime Moreno Valenzuela, cuya inauguración será el viernes 4 de noviembre en el Museo de Arte y Arqueología de El Chamizal en Ciudad Juárez, Chih., el fotógrafo ha escrito el presente texto que a continuación compartimos con los amigos del Rancho.


Aceituna


Este proyecto nació buscando –a través de la asociación de imágenes– encontrar un discurso que tuviera un sabor que decorara a la figura femenina. Todo esto como un homenaje, digamos más que eso, una rendición ante la sensualidad y calidez de la mujer de esta frontera.

Me preguntaba cuál pudiera ser el elemento que le diera sabor, si la fotografía puede evocar diferentes emociones, se me ocurrió que el fruto del Olivo, bien pudiera agregar este elemento y lograr ir más allá de lo visual.

Algunas personas me han preguntado qué tiene que ver el Mediterráneo con nosotros y he buscado –sin éxito– explicar esta relación.

Pero sí me he dado cuenta que no existe artista plástico que haya trabajado la aceituna y menos darle vida y hacerla protagonista. Las referencias sobre la aceituna llevan al Mediterráneo, y es el árbol del Olivo el que ha sido representado plásticamente y ha sido usado como escenario hasta en el cine, pero más específicamente la narrativa y la poesía han hecho referencia a la explotación que viven los trabajadores aceituneros.

Mientras se dio el proceso creativo, Aceituna tomó forma y se convirtió en una historia de amor, o todo lo contrario. Una vez revisado el proyecto, me quedó en claro que bien puede tener diferentes lecturas.

Esto me llena de satisfacción, mas aún me falta la otra parte de este proceso: la manera en que sea leída o interpretada por los espectadores. La parte que al final de cuentas es la más importante.

La exposición fotográfica que presento ahora combina la fotografía en blanco y negro (virado a sepia) y en color; lleva una intención intimista, cada imagen es parte de un guión y tiene su propia personalidad. Aceituna fue creciendo en su proceso creativo y a la mitad de este proceso quedó determinado el guión.

Antes mencionaba que bien pudiera ser una historia de amor, o todo lo contrario; aunque nunca nació con esta intención, pero para mí así terminó. Ahora sólo me resta presentarla a su consideración, y lo hago con el placer de haber concebido un trabajo para darle su justo valor estético a la belleza de la mujer.

Agradecimiento es lo único que puedo expresar ahora respecto a la relación del Mediterráneo y su Olivo con el desierto fronterizo. Agradecimiento por haberme prestado el pretexto de la aceituna para la realización de este proyecto.

Fortuna y aceituna, a veces mucha y a veces ninguna.


Jaime Moreno Valenzuela

Ciudad Juárez, Chihuahua
Viernes 2 de Noviembre de 2005