First known bookplate (circa 1450) / Johannes Knabensberg - "Igler " Bookplate
C iudad de México. Viernes 09 de diciembre de 2005. (EL Universal). Las pequeñas cédulas de papel para pegar en los libros como un referente de propiedad llamadas ex libris son piezas de arte que han pasado por la historia casi inadvertidas. Para dar a conocer su existencia, evolución y las técnicas con las que se realizan, hoy tendrá lugar el Primer Encuentro de Ex Libris en la ciudad de México.
El evento incluye la exhibición de diseños y de publicaciones del tema, el contacto con artistas que presentarán sus obras y el intercambio. Estas actividades están encaminadas a difundir el uso de los ex libris como "una huella íntima y personal, única e irrepetible". Selva Hernández, presidenta de la Asociación Mexicana de Ex Libris, considera que el uso de este instrumento fomenta la lectura: "Son marcas que crean un vínculo íntimo entre el lector y el libro, una especie de invitación a conocer el contenido del último".
Los ex libris tienen dibujos o viñetas en las que se refleja la identidad del propietario. "Constituyen la materialización del amor al libro y el anhelo humano de la posteridad cimentado en la marca de propiedad". El primero de los ex libris fue realizado para el monje Hildebrand de Branderburg como una forma de dar constancia de la donación de su biblioteca al convento alemán de Buxheim, cerca de 1470.
En México el más antiguo data del siglo XVIII y es de la biblioteca del convento mayor de San Francisco. Las colecciones en Europa, por ejemplo, contienen hasta 20 mil marcas, mientras que en México, tan sólo en la colección del librero Mercurio López existen hasta de 2 mil ejemplares, algunos de los cuales se presentarán en la muestra.
"La costumbre de utilizar estas marcas no es cuestión de edad ni de niveles académicos, es una forma de reconocer el valor de los libros como el invento más importante que haya realizado el hombre. Nunca pasará de moda como instrumento de conocimiento de mundos, sueños, arte, ciencia", concluye Hernández. El encuentro se llevará a cabo a partir de las 18 horas en la Biblioteca de México José Vasconcelos. Plaza de la Ciudadela 4, Centro Histórico. Entrada libre. (Con información de Karla Ponce)
El evento incluye la exhibición de diseños y de publicaciones del tema, el contacto con artistas que presentarán sus obras y el intercambio. Estas actividades están encaminadas a difundir el uso de los ex libris como "una huella íntima y personal, única e irrepetible". Selva Hernández, presidenta de la Asociación Mexicana de Ex Libris, considera que el uso de este instrumento fomenta la lectura: "Son marcas que crean un vínculo íntimo entre el lector y el libro, una especie de invitación a conocer el contenido del último".
Los ex libris tienen dibujos o viñetas en las que se refleja la identidad del propietario. "Constituyen la materialización del amor al libro y el anhelo humano de la posteridad cimentado en la marca de propiedad". El primero de los ex libris fue realizado para el monje Hildebrand de Branderburg como una forma de dar constancia de la donación de su biblioteca al convento alemán de Buxheim, cerca de 1470.
En México el más antiguo data del siglo XVIII y es de la biblioteca del convento mayor de San Francisco. Las colecciones en Europa, por ejemplo, contienen hasta 20 mil marcas, mientras que en México, tan sólo en la colección del librero Mercurio López existen hasta de 2 mil ejemplares, algunos de los cuales se presentarán en la muestra.
"La costumbre de utilizar estas marcas no es cuestión de edad ni de niveles académicos, es una forma de reconocer el valor de los libros como el invento más importante que haya realizado el hombre. Nunca pasará de moda como instrumento de conocimiento de mundos, sueños, arte, ciencia", concluye Hernández. El encuentro se llevará a cabo a partir de las 18 horas en la Biblioteca de México José Vasconcelos. Plaza de la Ciudadela 4, Centro Histórico. Entrada libre. (Con información de Karla Ponce)