viernes, diciembre 16, 2005

España fue tacaña con mi padre: Javier Marías


Padre e hijo

M ADRID, España. Viernes 16 de diciembre de 2005. (Notimex).- El escritor español Javier Marías afirmó que España "ha sido bastante cicatera y tacaña" con su padre, el fallecido filósofo Julián Marías, de quien dijo fue una persona importante en la vida intelectual del siglo pasado aquí.

En la funeraria donde ayer se velaron los restos del discípulo de José Ortega y Gasset, Marías consideró que en España "viene siendo algo tradicional e histórico el que a personas de gran valía no se les valore institucionalmente o se les haya hecho poco caso".

"Yo no soy quién para valorar la figura intelectual de mi padre porque no soy imparcial, pero sí que ha sido una persona importante en la vida intelectual de España del siglo pasado y de éste" , aseveró.

El novelista lamentó que su padre nunca obtuviera un premio nacional. "Ni siquiera el de ensayo que se da todos los años, y qué decir de otros como el Nacional de Literatura o el Cervantes. Nunca ha tenido ese reconocimiento oficial", recalcó.

Javier Marías recordó que en la etapa de la transición española, tras la dictadura de Franco y cuando se elaboraba la Constitución, Julián Marías escribió un artículo "muy importante" al respecto, e incluso el entonces presidente Adolfo Suárez le consultaba cosas.

"Mi padre sufrió durante muchos años represalias por parte del franquismo, y luego por los diferentes gobiernos democráticos de uno u otro signo de los que tampoco ha obtenido reconocimiento oficial", añadió.

Ya en 1994, en ocasión del 80 aniversario de Julián Marías, Javier escribió que como hijo "había tenido que escuchar muchas sandeces en boca de imbélices y de malvados", al recordar que al salir de su encarcelamiento durante la Guerra Civil española, su padre se encontró con la hostilidad y el veto del régimen victorioso.

"Por razones políticas le fue suspendida la tesis en 1942, no pudo ser doctor hasta 1951, año en que por fin se le permitió publicar artículos en la prensa diaria. Cuando la cátedra de su maestro Ortega hubo de cubrirse en 1953, un influyente miembro del Opus escribió que si mi padre llegaba a ocuparla la consecuencia sería clara y funesta: nada menos que la República".

En el mismo artículo, Javier consignó que cuando su padre fue propuesto para la Real Academia, Franco se lamentó con estas palabras: "Es un enemigo del régimen, pero no puedo hacer nada. Sobre la academia no tenemos control directo". Cuando amainó la ira y se pudo pensar que el padre se incorporara por fin a la universidad, él no estaba dispuesto a solicitar el certificado de adhesión al régimen que por fuerza obtuvieron cuanto sí se incorporaron a ella; todos, también los legendarios héroes que fueron expulsados más tarde.

Pero estar vetado e ignorado y no tener reconocimientos oficiales, no le importó demasiado a Julián Marías. Asegura su hijo que lo que le importaban eran sus lectores "y ha tenido muchos, dentro y fuera de España".

En el mismo sentido, el filósofo Fernando Savater declaró que Julián Marías fue una de esas personas que acercó la filosofía al gran público.

"Fue un adelantado en acercar la filosofía de forma clara y accesible a la gente", por lo que lamentó que "una persona de su importancia y peso intelectual" haya sido de las que "menos reconocimiento han podido conseguir".

A ese respecto, tras coincidir en el trato injusto que el filósofo tuvo, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, consideró que se debe dar una restitución de su memoria y anunció que la Comunidad de Madrid creará un Premio de Humanidades que llevará su nombre con una importante dotación económica que tenga como objetivo impulsar estas materias a las que él dedicó su vida.