lunes, diciembre 12, 2005

Especulación comercial, el cargo contra el editor Fernando Valdés



MONICA MATEOS-VEGA


C iudad de México. 12 de diciembre de 2005. (La Jornada) El editor Fernando Valdés lleva cuatro meses preso en el Reclusorio Norte, acusado de "especulación comercial", no de piratería como él alega, señala a La Jornada Mireya Rincón, abogada y hermana de la autora del libro Gader de caligrafía, Graciela Rincón, quien promovió la querella.

Desde la cárcel, el director de la editorial Plaza y Valdés explica a este diario que los libros que vendió sin la presunta autorización de la autora "son míos y tengo cómo comprobarlo".

Además, lamenta que las facturas de venta que sirven de pruebas en su contra apenas suman 540 pesos: "no he cometido ningún delito. Cuando me encarcelaron, aquí había vendedores de droga que ya salieron libres; yo sigo detenido. Soy una caricatura de pirata, el único en este reclusorio acusado de eso".

También Valdés denuncia que el proceso en su contra ha sido "lento" y plagado de negligencias de las autoridades y de quienes lo defienden, por lo cual ha tenido, inclusive, que cambiar de abogados.

Contratos sin respetar

Por su parte, Mireya Rincón informó que prepara otra demanda civil contra Valdés por incumplimiento de contrato, esta vez en perjuicio de su hermano Miguel, autor de los libros Gader de aritmética y geometría para kínder y preprimaria.

Detalla que son tres los contratos que su familia firmó con Plaza y Valdés y que no fueron respetados por esa cada editora. El primero lo firmó su padre Valentín (fallecido este año) para que le publicaran seis libros (Gader de aritmética y geometría, de primero a sexto de primaria).

Una resolución judicial emitida el 2 de agosto obliga a Fernando Valdés a rescindir el contrato, pagar las regalías correspondientes (aproximadamente un millón de pesos, según la abogada) y entregar los originales de las obras.

No obstante, esto no ha podido cumplirse, pues a los pocos días de emitirse la mencionada resolución Valdés fue detenido durante un cateo y decomiso de tres mil libros efectuado por elementos de la Agencia Federal de Investigación (AFI) en las instalaciones de la editorial.

"Fue una casualidad que se diera el cateo pocos días después de que ganamos la primera demanda, no fue algo premeditado", aseguró la abogada Rincón, quien afirmó que los agentes de la AFI no se llevaron al editor "con lujo de violencia" como él afirma; "estuve presente y puedo asegurar que fueron más violentos los empleados de Plaza y Valdés".

Explica que Fernando Valdés tenía autorización para vender los libros de su hermana hasta junio de 2004; "en el cateo se hallaron facturas con fechas posteriores, no sólo emitidas a particulares, sino a librerías. El Código Penal Federal señala que la venta de libros sin autorización del autor, con fines de especulación comercial, se trata de un delito grave".

Afirma que es "bastante común" que los editores no entreguen bien las cuentas a sus autores y cometan especulación comercial. La familia Rincón ya había tenido un problema similar con Enrique Sáenz Editores, dice.

Antes de que se procediera penalmente, se llevó el caso ante el Instituto Nacional del Derecho de Autor (Indautor), el cual citó en tres ocasiones a las dos partes para que dialogaran, pero nunca llegaron a un acuerdo, señala Rincón.

Lo que desea la parte acusadora es saber cuántos libros Gader de caligrafía editó Valdés, cuántos vendió, y exige la entrega de las regalías correspondientes así como los originales de la obra, aún en manos de la editorial. "Si tiene su contabilidad en regla, se sabrá la verdad", puntualiza la abogada.

Valdés denuncia extorsión

Vía telefónica desde el Reclusorío Norte, Fernando Valdés asegura que la familia Rincón lo quiere "tener a la fuerza en la cárcel. Me extorsionan con una demanda penal con la complicidad del Ministerio Público".

El editor asegura que la parte acusadora le pide tres millones y medio de pesos por el perdón; explicó que hasta la fecha se ha negado a declarar ante el juez "en vista de la arbitrariedad de mi proceso, porque me quiero apegar a las leyes y no que se burlen de ellas."

Reconoce que existe una demanda civil en su contra por incumplimiento de contrato, con la cual "estoy de acuerdo", pero aclara que el problema se originó porque los Rincón se negaron a darle comprobantes fiscales que avalaran los pagos que debía hacerles la editorial "por más de 300 mil pesos, y si no me dan los comprobantes seguiré en mi posición de no entregarles nada. Estoy desesperado, pero este juicio va para largo".

Valdés lamenta que las autoridades se ensañen con él cuando los verdaderos piratas y delincuentes siguen libres haciendo sus negocios: "aquí dentro ofrecen relojes piratas Cartier y Rolex. Yo ya compré hasta un Código Da Vinci (novela de Dan Brown), varios discos de los Beatles, piratas, ¿y dónde están los que fabrican y distribuyen estas mercancías? Por supuesto, no presos aquí".