miércoles, agosto 30, 2006

Historia / Ponen al alcance del público las cartas espíritas de Madero

Pascual Orozco Jr., Francisco I. Madero, José Garibaldi y Raúl Madero en la hacienda de Bustillos, Chihuahua, en 1911.


ANA MONICA RODRIGUEZ
Miércoles 30 de agosto de 2006
La Jornada


L a comunicación espiritista que Francisco I. Madero sostenía con sus hermanos y su abuelo difuntos quedó plasmada en más de 300 cartas, en las cuales sus familiares le dictaban, orientaban y recomendaban sobre la manera en que el político debía proceder en todos los ámbitos de su vida.

Las cartas espíritas son parte del acervo de más de 26 mil documentos que el artífice de la Revolución Mexicana archivó a lo largo de 20 años y que han sido catalogados y digitalizados por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) con el objetivo de presentar otra visión, personalidad y contexto en el que vivió el oriundo de Parras de la Fuente, Coahuila (1873-1913).

El llamado Fondo Histórico Francisco I. Madero, que puede ser consultado por investigadores y por quienes deseen profundizar sobre aspectos inexplorados en la vida del ex presidente, permanece resguardado en un espacio ubicado en el patio Mariano de Palacio Nacional, en donde se estableció un lugar ex profeso para que especialistas lo consulten.

Los consejos de los espíritus

La correspondencia personal, facturas de compra, telegramas, ensayos, discursos, manifiestos, invitaciones, periódicos, felicitaciones y fotografías se suman a las misivas y diversos textos espiritistas en los cuales Madero, después de entrar en trance, escribía con su puño y letra las palabras que decían los espíritus de sus hermanos Raúl y José. También su abuelo hablaba con él de esa forma, inclusive otros personajes se inmiscuyen en las conversaciones filiales para hablar con Madero, a quien dejaban saludos o diversas ideas.

En las cartas se observa que la letra de Francisco I. Madero va de lo normal hasta llegar a ser ininteligible; a simple vista, parecen palabras en manuscrito escritas en la oscuridad. La claridad, secuencia e inclinación de las letras se modifican en cuanto más habla el espíritu.

Carlos Mújica Suárez, jefe del Departamento de Investigación de los recintos de Homenaje a Don Benito Juárez y Parlamentario, en Palacio Nacional, y uno de los coordinadores del proyecto que inició en 2001, explicó: "Los espíritus le revelan y aconsejan sobre lo que debía hacer; la primera comunicación que tuvo fue con su hermano Raúl, quien murió de niño en un trágico accidente; después tuvo contacto con José, quien le guía y aconseja sobre las cosas más importantes en su vida, sobre todo en la política".

Mújica refiere que la práctica del espiritismo de Madero no era desconocida, pues en sus memorias -agregó- él mismo decía que cuando estaba en trance no era dueño de su voluntad y quien lo dirigía para escribir era el espíritu, seguía el impulso que le dictaba.

Por extraño que parezca, el espiritismo ejerció en él gran influencia durante los años que registra el archivo, y por esa razón fue duramente criticado en vida, y aún después de muerto, por sus adversarios.

En los archivos se vislumbra además del Madero político sus facetas de hijo, empresario, consumidor, emprendedor y meticuloso administrador. También se deja entrever su ánimo organizativo, al guardar con disciplina toda la documentación que ahora resguarda la Dirección General de Promoción Patrimonial y Cultural de la SHCP.

Mújica explicó: "A finales de los años 50, la secretaría compró el archivo a miembros de la agrupación Pro Madero, que se formó después de su muerte, tras lo cual quedó en posesión de su viuda, y la misma Sara Madero, en agradecimiento a su lealtad, entregó el archivo a Alfredo Alvarez con el propósito de que integrara la memoria del personaje".

De hecho, dice Mújica, originalmente el acervo era mucho más grande, "se calcula que era el doble, pero se perdió durante el paso de los años, al igual que el original del libro La sucesión presidencial".

Hacia el año 2000, prosigue, llegó a la dirección, y tras realizar un proyecto de rescate se empezó a organizar, clasificar, catalogar y sistematizar este archivo para ponerlo a consulta del público. Este 2006 se afinarán detalles en el sistema de búsqueda, se realizará una revisión y corrección del material.

El hombre de negocios totalmente palacio

Entre los documentos sobresalen también textos y cartas con firmas distintas con las cuales Madero signaba sus misivas, así como referencias a tres haciendas que tenía y su desempeño como hombre de negocios en la venta y talla de ixtle, guayule y algodón.

"De pronto sorprende encontrar algunas facturas de comercios como tiendas de ropa -además de dos estatuas que compró en El Palacio de Hierro- y de otros papeles en donde realiza sus análisis de mercado.

''También sus inquietudes políticas quedaron plasmadas en diversos textos desde que contendió por la presidencia municipal de San Pedro de las Colonias, la gubernatura de Coahuila, las primeras campañas electorales hasta que llegó a ser Presidente, incluidos los documentos que hacen referencia a su relación y acercamiento con diversos grupos sociales marginados."

Francisco I. Madero, subrayó el investigador, inauguró en este país una forma de hacer campañas que ahora es bastante común: el mitin, que le dio una presencia a escala nacional gracias a su relación con diversos grupos políticos" que estaban descontentos con la permanencia en el poder de Porfirio Díaz.

Abundan referencias sobre la gestión de Madero como Presidente, y destaca la información relativa a las rebeliones armadas de zapatistas, vazquistas, felicistas y orozquistas, y la que se refiere a los últimos días del llamado Apóstol de la democracia, poco antes del cuartelazo promovido por los generales Félix Díaz y Victoriano Huerta.

El Fondo Histórico también posee documentos sobre la gestión presidencial hasta los días previos al asesinato de Madero. "Algunas de las cerca de 400 fotografías son familiares, del niño, del político, en traje militar, en las batallas y del ciudadano emitiendo su voto. Inclusive existen otras imágenes captadas en el penal de Lecumberri, en donde fue asesinado, y después se incluyeron en el archivo".

Las fechas que refiere el archivo van de 1891 a 1930 y descubren un gran abanico de temas, muchos de ellos escasamente tratados por los historiadores y biógrafos; además, "permiten replantearnos la historia con una fuente de primera mano".