El artista en la instalación de su obraM éxico, 2 de noviembre. (Notimex).- El artista plástico mexicano Andrés Moctezuma Barragán, profesor de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), presentó hoy una instalación monumental que incluye el "Tzompantli" (muro de calaveras) de arte moderno más grande de Mesoamérica, en el Museo Regional de Guadalajara, Jalisco.
Reivindicar los valores de la estética iconográfica prehispánica, de la tradición muralista y del grabado mexicano, es uno de los objetivos de esta creación, que se ha presentado en el Castillo de Chapultepec.
También ha estado en el Museo Nacional de Antropología e Historia, la Galería Manuel Felguérez de la UAM, el exconvento de Santo Domingo, Oaxaca, y el Museo del Templo Mayor, informó hoy la oficina de prensa de la UAM.
En su visita por el Museo Regional de Guadalajara, la instalación artística Tzompantli se exhibirá en la Capilla, Coro y Antecoro del lugar, hasta el próximo 15 de diciembre.
En su obra, Moctezuma Barragán articula la espléndida arquitectura del inmueble, con piezas de gran formato, que incluye efectos de luz y sombra, ensamblajes y esculturas.
El montaje tiene como pieza central el Gran "Tzompantli", creado bajo una expresión moderna a la manera de un mosaico gráfico, integrado por 270 obras individuales que se explayen en una superficie de cerca de 35 metros cuadrados; convirtiéndose en el más grande de Mesoamérica.
La instalación está integrada por distintas piezas que evocan a la muerte, creadas con las más diversas técnicas y materiales, que van de lo tradicional a lo moderno: una escultura de tzompantli precuahutémica (de la colección del museo), figuras en papel maché, tallas en madera, ensamblajes con piedras calibradas, imágenes con luz y sombras, collages en material traslucido y grabados en hoja dorada, entre otros.
El mosaico gráfico Gran Tzompantli está elaborado bajo una técnica singular desarrollada por el artista, quien imprime sobre hoja dorada impostada en papel de algodón hecho a mano, técnica que da por resultado una obra de suma elegancia y movimiento, gracias a las luces y diversidad de tonos que propicia el dorado, en los motivos artísticos.
Las intervenciones del artista plástico se distinguen por el acoplamiento e interacción con la arquitectura de los inmuebles, proponiendo una composición plásticas, por medio de diferentes técnicas artísticas (tradicionales, modernas y mixtas) para establecer una atmósfera de solemnidad y resignificación del espacio, que tiene como núcleo nuestra identidad.
El proyecto, desde su inicio, (2001) ha contado con el apoyo del Instituto Nacional de Antropología e Historia y de la UAM. Se ha presentado bajo distintas modalidades y montajes en el Museo del Templo Mayor (2005), en el Exconvento de Santo Domingo, Oaxaca, (2003), la Galería Manuel Felguérez, de la UAM (2002), y el Museo Nacional de Antropología.
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