lunes, noviembre 27, 2006

Noticias / Guadalajara: «Leemos para reconciliarnos con nosotros mismos», Piglia


Ricardo Pigilia
(Foto: Angela Bonaties)

G UADALAJARA, Jal. 27 de Noviembre 2006.(Sandra Licona / El Universal).- Ricardo Piglia nació en Adrogué, Argentina. Vivía a media cuadra de la estación de trenes, así que pasaban por su casa filas de personas. Le gustaba sentarse en la acera, con un libro en las manos, haciendo como que leía, pues sólo contaba con cuatro años, hasta que un día alguien que pasó frente a él le dijo que tenía el libro al revés. Años después su padre le dijo, a manera de broma, que aquel volumen era El libro azul del peronismo, por lo que entonces que no tenía de qué preocuparse.

Así narró el autor argentino su primer recuerdo con un libro en las manos, al inaugurar el ciclo El Placer de la Lectura, en el marco de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara.

Piglia también rememoró que fue En nuestro tiempo, de Hemingway, el primer libro que influyó en su experiencia de vida. Considerado uno de los escritores contemporáneos más importantes de América Latina, director de La Serie Negra de novela policiaca -ahora inasequible-, Piglia se despojó de su casaca de escritor para revelar a su público que escribir libros implica, antes que cualquier experiencia, ser un buen lector.

"Leer es un acto solitario, pero también un acto que uno hace ver al otro, porque invariablemente recomendamos los libros que le gustan a uno, o los regalamos; creo que leemos para aprender y para reconciliarnos con el mundo o con uno mismo."

Apuntó que la lectura tiene mucho que ver con la experiencia de vida, y dijo que la idea del lector que está en la isla desierta es una metáfora, "porque uno lee teniendo a cuestas lo que ha vivido antes".

Próximo a reeditar su libro La invasión, bajo el sello de Anagrama (donde también apareció recientemente El último lector), Ricardo Piglia habló asimismo de su experiencia de entrar en las bibliotecas, ya sea en silencio, como si se tratara de un convento, o como el niño que acude a una dulcería.

"Tengo experiencias diversas dependiendo de la biblioteca, por ejemplo, donde hice la secundaria, en el Colegio Nacional, el bibliotecario era un poeta que tenía mucha idea de cómo hacer leer a los demás, aquella era una biblioteca muy hospitalaria, producía interés", dijo.

"Luego vinieron las bibliotecas en Estados Unidos, que tienen que ver con esto de los dulces, porque parten de la hipótesis de que deben contar con todos los libros."

El primer libro que tocó su alma, insistió, fue En nuestro tiempo, de Hemingway: "Cuando terminé de leer el libro la tarde ya había pasado y ya era otra persona, encontré un modo en que la lectura influyó en mi experiencia, tuve también la sensación de que podía escribir, situación que no experimenté al leer a Jorge Luis Borges."

Piglia, quien aseguró que lee varios libros al mismo tiempo, en todos lados y en cualquier situación, sobre todo cuando está trabajando en un proyecto personal, comentó que la obra que encuentra en cada mudanza es El diario de Pavesa, y que uno de los volúmenes que más admira es Moby Dick, de Herman Melville, "un libro masculino que recomiendo mucho, de aventuras".

El escritor argentino confesó que alguna vez robó libros y que incluso llegó a tener técnicas eficaces: "El buen ladrón de libros siempre compra un libro, para que el librero se calme", señaló a manera de broma. Sobre si en algún momento de su vida ha visto al libro como símbolo de resistencia, anotó que "muchas veces lo es" porque "la lectura es un acto tan individual que la resistencia también está ligada al lector".

"Cuando joven leí El idiota, de Dostoievski, una novela sobre la bondad, pero un sábado por la noche me fui a un bar para seguir leyendo la obra. Tenía un dinero en el bolsillo y estaba en el mundo de Dostoievski. Salí del bar y apareció un mendigo, era invierno y sólo llevaba un traje liviano, me pidió una moneda y, automáticamente, metí la mano al bolsillo y en un acto dostoievskiano le di toda la plata que tenía, fue un claro ejemplo de cómo influye la lectura en la experiencia de vida."

REGRESAR A LA REVISTA