miércoles, enero 31, 2007

Arqueología / México: Presencia teoculhua en Iztapalapa

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Cerro de la estrella. (Foto:William Henry Jackson circa 1880)

M éxico 31 de Enero 2007. (Notimex).- El hallazgo de tres entierros en el basamento superior de la pirámide del Cerro de la Estrella, donde desde hace más de 180 años se realiza la representación de la Pasión de Cristo.

Confirma la existencia de la cultura teoculhua o teoculhuacana, formada por habitantes de Teotihuacan y Culhuacán.

De acuerdo con el arqueólogo Jesús Sánchez, coordinador del Proyecto de Investigación Antropológica Cerro de la Estrella (PIACE) que trabaja en el lugar, la cultura teoculhua se desarrolló por lo menos a lo largo de 50 hectáreas en el 700 después de Cristo y no en el 400 como se creía.

En entrevista, el especialista refirió que hace casi un año localizaron tres altares sobre la plataforma superior de la estructura, que confirmó su idea de que existía una tarima de casi 25 metros por lado sobre la plancha superior, a la que llaman “plataforma banqueta”. Estos altares, confirmó, fueron elaborados por una nueva sociedad formada con los “coyotlatelcos, grupos del norte de México que se juntan con los teotihuacanos y que una vez que asumen la identidad de Culhuacán se convierten en teoculhuas”.

En noviembre de 2006, especialistas del INAH confirmaron la presencia de una pirámide de 18 metros de altura construida por estos grupos “posiblemente” para adorar al Sol, ubicada en la ladera norte del Cerro de la Estrella donde se escenifica la Pasión de Cristo.

En el lugar han sido localizados diversos materiales que se estudiaron durante 2005 y 2006, pero será hasta en dos años que se cuente con una explicación del desarrollo ocurrido en el cerro en la época prehispánica.

El término teoculhua ya existía pero estaba “olvidado” pues algunos cronistas del siglo XVII les llamaban así a los originales culhuacanos, “hemos —dijo Sánchez— retomado esta denominación porque nos damos cuenta que los culhuacanos no fundan ni pueblan la ciudad de Culhuacán tan tardío como pensábamos antes, hacia el año 400, sino que tienen su origen hacia finales del Clásico Mesoamericano”.

En el lugar, que sufre grave deterioro, trabajan autoridades de la delegación Iztapalapa, del INAH y del gobierno del DF para crear un plan de manejo de la zona. Antes de pensar en continuar la exploración, “se requiere crear infraestructura que permita controlar a la gente que ingresa al cerro, establecer horarios y una barda perimetral, que es urgente”.

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