jueves, mayo 17, 2007

Teatro / México: Luis de Tavira presenta su libro «Hacer teatro hoy»

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El teatrista, en imagen incluida en su libro Hacer teatro hoy (Foto: Archivo)

M éxico, 17 de mayo, 2007. (Carlos Paul/La Jornada).- Más allá de técnicas o métodos, el volumen Hacer teatro hoy, del dramaturgo y director de escena Luis de Tavira, «es sin lugar a dudas el libro teórico más importante que se haya escrito en el país a propósito del sentido de la teatralidad y el teatro mexicano, sólo comparable con las propuestas de Rodolfo Usigli», consideró el creador escénico David Olguín, en la presentación del texto que se realizó la noche del martes en la Casa del Teatro, en Coyoacán.

El libro incluye 17 ensayos y la obra El director de teatro. Los primeros ocho tratan sobre la hermenéutica y exploran la antigua necesidad y novedad del teatro, con el propósito de discernir el posible porvenir de ese arte.

Los tres ensayos siguientes se refieren al quehacer del actor y director. Luego vienen dos textos sobre el teatro mexicano en el siglo XX. Enseguida, De Tavira hace un recuento de su propia praxis, mediante cuatro testimonios sobre los proyectos que ha emprendido como dramaturgo, director, docente y fundador de instituciones teatrales.

Construir un discurso teatral

En la presentación, el dramaturgo Víctor Hugo Rascón Banda recordó algunos de los montajes más reconocidos realizados por De Tavira, destacando el llamado que hace este creador escénico en uno de sus ensayos, respecto de que «urge fomentar la creación de comunidades artísticas, capaces de organizarse, formarse y producir teatro con autonomía. Ha llegado el momento –agregó Rascón Banda– de dejar de dilapidar talento, presupuesto, organización y trabajo en la producción de obras aisladas, una tras otra. Urge construir un discurso teatral mexicano».

Luego de que la investigadora Patricia Cardona comentó entre otras cosas que dicho volumen «es expresión de una revolución silenciosa y con el teatro se verifica que la realidad es transformable», Olguín destacó que Hacer teatro hoy «es un auténtico libro de ideas, que revela la prolífica capacidad de Luis de Tavira para pensar el teatro, lo que éste representa en el mundo contemporáneo y lo que muchos aspiramos a que el teatro represente en el país. Es un libro lleno de sugerencias para pensar, comulgar y debatir. No es un libro técnico ni de fácil lectura, sin embargo, es mucho el saber decantado que puede encontrarse en sus páginas».

En este volumen, publicado por Ediciones El Milagro y el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, explicó el propio autor, «se cuestiona y reflexiona por el sentido de hacer teatro en un mundo convertido en supermercado, atado a la superproducción industrial, sobre todo de basura, que ha ausentado a la condición de persona, en la catástrofe espiritual de la masificación que han creado los medios, convertidos en fines y puestos al servicio del mercado. Ahí no tiene lugar la relación personal», abunda quien fue distinguido con el Premio Nacional de Ciencias y Artes 2006.

«En la actualidad ya no existen relaciones entre personas, hay relaciones mecánicas, refrigeradas. Esto es la desaparición de lo humano en el mundo, por ello es momento de pensar en la importancia del teatro».'

Superproducción e inmovilidad

«La situación del teatro en nuestro país –prosiguió De Tavira– sigue como hace 50 años. El dilema del teatro en México sigue siendo existir. Mientras que en otras latitudes y momentos es plantearse el éxito y la naturaleza de su éxito, en México seguimos tejiendo en el aire, sin condiciones de trascendencia social, porque no nos hemos fundado la estabilidad que produzca un desarrollo. Seguimos produciendo como el país que quizá cuantitativamente realiza más montajes, pero en realidad no hacemos teatro, porque no articulamos un discurso entre nosotros», dijo.

«Este teatro superproductivo es profundamente inmóvil. Por ejemplo, lo que se hace en Tijuana no afecta en Monterrey o Oaxaca. Se necesita encontrar las estructuras que articulen la acción teatral para que se genere el movimiento», agregó.

«Los políticos y gobernantes no comprenden la prioridad que tiene la cuestión cultural. Suelen entenderla como un lujo burgués prescindible en tiempos de crisis, o una manifestación folclórica convertible fácilmente en mercancía del turismo. No se dan cuenta que de la cultura depende la construcción de la conciencia nacional. Sin conciencia no hay libertad, y sin libertad no hay democracia», declaró.

«Uno de los más graves errores que se cometen en política cultural -concluyó el creador escénico- es intentar dar respuestas simples, a problemas complejos».

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