Varias participantes en la gymkana fotográfica observan una proyección durante la celebración, hoy en Madrid, de La Noche de la Fotografía. (Foto: EFE)
M adrid, 9 de junio, 2007. (EFE).- Desde las seis de la tarde, con un calor más veraniego que primaveral, cerca de ochocientas personas se dieron cita en la Plaza de Colón para inscribirse en el concurso fotográfico de forma gratuita y cuyo único requisito era tener una cámara digital y ganas de pasarlo bien.
Gente de todas las edades cogió sus cámaras, que iban desde la más modesta hasta la más moderna, para inmortalizar imágenes sobre tres temas de los diez propuestos por los organizadores, entre los que se encontraban por ejemplo «el Central Park madrileño», los colores, el trabajo o un cuento con escenas de Madrid.
«Chiqui», una mujer jubilada, que se inscribió junto a unos amigos, también jubilados, comentó a Efe que había decido participar porque habían recibido un cursillo de fotografía en el centro de la tercera edad de San Agustín y se habían aficionado a ella: «No sé lo que sacaremos con las cámaras pero nos hemos traído hasta el camisón para durar hasta el final», aseguró.
Como si de una verdadera carrera se tratara, cada participante recibió un dorsal y un pañuelo amarillo como seña identificativa del concurso, para posteriormente comenzar su aventura creativa particular.
Una vez ataviados, los concursantes tenían que acudir a cada uno de los tres puntos de descarga de imágenes, situados en el Paseo del Prado, el primero, y las plazas de Vázquez de Mella y del Ángel, el segundo y tercero, respectivamente, siendo ésta último «la línea de meta» del maratón.
En cada uno de estos tres puntos, los fotógrafos ocasionales tuvieron que escoger una foto de todas las que habían tomado, y de entre las tres, elegir una para que fuera proyectada en una pantalla gigante y expuesta en un mural, que se situó en la «meta».
Así, a lo largo de toda la tarde y de parte de la noche, las calles de Madrid estuvieron repletas de personas con su distintivo amarillo que disparaban a diestro y siniestro para inmortalizar imágenes curiosas, originales o simplemente divertidas.
Los premios del concurso, cámaras de fotos e impresoras, era lo de menos, lo importante era pasarlo bien y disfrutar de una iniciativa, que calificaron de «muy positiva» para acercar este arte a la calle.
Cuando cayó el sol y los concursantes llegaron a su destino final, varias plazas del barrio de las letras, como la Plaza de la Platería o la de Santa Ana se llenaron de gente para disfrutar de los diferentes conciertos organizados de flamenco, jazz y blues y así formar parte de la mágica Noche de la Fotografía.
Además, en estas plazas se pudo disfrutar de la proyección de algunas de las fotografías expuestas en los diferentes centros de arte y galerías con motivo del festival de PhotoEspaña, que durante esta noche permanecieron abiertos hasta la 22.00 horas y en la que, en algunos de ellos, los propios autores de las fotografías hicieron de guías a los visitantes.
Después de la Noche de los Teatros, de la de los Libros y la de los Museos, Madrid vuelve a vivir una jornada cultural dedicada a los ciudadanos, aunque, quizá, esta vez fue especial ya que además del arte, ellos fueron los protagonistas iluminando con sus flashes las calles de la capital.
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