jueves, julio 12, 2007

Cine / México: Presentan documental «A través de Alan Glass»

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Makhlouf y el personaje del documental. (Foto: Archivo)

M éxico, 12 de julio, 2007. (Alberto Solís/Milenio).- Una calavera de azúcar que el surrealista André Bretón envió a su hija desde México provocó una extraordinaria visión en la mente del artista Alan Glass (Canadá, 1932), quien al verla infirió que su destino estaría en este país, luego de una difícil temporada en Francia.

La relación de Glass con el mundo de los sueños, sus famosas cajas y obras construidas a partir de objetos sencillos, pensamientos, anécdotas y amistades, quedan atrapadas en el video A través de Alan Glass, del mexicano Tufic Makhlouf exhibido el martes pasado en la Casa Lamm, de la Ciudad de México.

El trabajo de cuatro años de rodaje se resumió en 55 minutos. Este documental se ha presentado en la Casa Universitaria del Libro e inauguró el ciclo Intersecciones en la Cineteca Nacional, pero es la primera vez que se muestra en la colonia Roma, cuna mexicana del movimiento surrealista, donde Glass continúa habitando. Makhlouf dijo que está promoviendo el video en Canadá y en Europa, «pero lo que más me interesa es sacar el dvd, en dos o tres meses, para que museos y bibliotecas lo tengan».

Glass aseguró que México lo llamó. «Las calaveritas me sedujeron, era México que me dijo que tenía que vivir aquí. Vine y al año siguiente regresé a Francia y ya no soporté, vendí todo y regresé a México para siempre… Creo que Tufic tuvo una especie de bastón mágico que me captó, tuvo el talento para mantener la película siempre en movimiento, había una sorpresa tras otra».

El documental agrupa los comentarios de artistas, amigos y estudiosos de la obra de Glass como Alberto Blanco, Manuel Felguérez, Vicente Rojo, Pedro Friedeberg, Ramón López Quiroga, Masayo Nonaka, la desaparecida Bridget Tichenor y Leonora Carrington, su mejor amiga, con quien toma el té en el momento más emotivo del filme.

Makhlouf sabe que «fue muy buena idea de Alan invitarla a ver fotos y platicar, obviamente vimos como cinco minutos, pero hay media hora de conversación».

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