martes, agosto 21, 2007

Arte Público / México: Primera entrega del mural de Cauduro en la SCJN

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Rafael frente a su mural. (Foto: Paola García)

M éxico, 21, de agosto, 2007.(Leticia Sánchez/ Milenio).- Son seis los delitos más cometidos en México, problemas sociales convertidos por Rafael Cauduro (México, 1950) en protagonistas de una propuesta plástica que busca despertar conciencia en la sociedad mexicana.

Su reflexión sobre la criminalidad que aqueja a nuestro país es traducida en una primera etapa de su proyecto La historia de la justicia en México, el qué y el cómo, tres crímenes del fuero común: homicidio, violación y secuestro, los cuales ha colocado en las paredes de las escalinatas de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.


De los 268 metros cuadrados de mural que tiene que pintar, hasta el momento ha realizado alrededor de 89 metros de obra plástica, con una técnica muy particular que define y caracteriza su singular trazo.

El propio artista, que recurre al realismo en su propuesta, explicó que tuvieron retrasos para instalar los primeros tres murales, ya que tienen un gran peso, en particular el mural del secuestro.

«Encontramos flojas las paredes y no sabíamos en dónde anclarnos para colgar las pesadas piezas. Necesitábamos un soporte más sólido, por ello invertimos algún tiempo para encontrar un anclaje correcto, por eso no pudimos terminar como esperábamos el día de hoy (lunes). Me atreví a traer unas fotos de los que es el mural que será colocado, para que se vea cómo luce», indicó Cauduro al hacer la primera entrega.

Walther Boesterly, coordinador técnico de los murales que se realizan en la Suprema Corte, se refirió a la problemática que conlleva colocar las obras de gran formato. «Hay que tomar en cuenta que el edificio es un inmueble catalogado por el INBA, por lo tanto todo se hace con mucho cuidado para poder colgar las obras sobre sus muros, y así evitar algún posible daño a la estructura».

Sin embargo, Rafael Cauduro mostró el mural de la tortura, que ya está listo, aunque reconoció que está parcialmente terminado, pues decidió hacer otra propuesta para complementar el proyecto original. «Estamos hablando de que ya llevamos un tercio del proyecto que habla de por qué existe la justicia y los crímenes que dan razón para formar instituciones que combaten los delitos».

Cauduro explicó que aún faltan varios murales más: la cárcel y la represión. Además del Tzompantli, que dará inicio a la propuesta de la justicia, y el cual terminará con las ventanas decoradas vidrio fundido.

Propuesta sin censura

Para Rafael Cauduro es muy significativo el que su obra se pueda colgar en los muros de la Suprema Corte de Justicia, una de las sedes de los poderes de la nación. «El foro representa el 50 por ciento de la expresión, no es lo mismo hablar de estos conceptos en una sobremesa, que decirlo en estos muros. La pintura mural cumple una función muy fuerte y el foro, por supuesto, potencia el mensaje. Es una gran oportunidad colgar mi obra con estos temas tan difíciles en este espacio (...) Valoro el hecho -añade- de que en este edificio se tenga el valor de exponer su razón de ser, con toda la libertad y sin ninguna censura. A mi propuesta no le corrigieron ni una coma.»
Sobre si su obra es una crítica hacia la impartición de justicia, Cauduro fue claro al señalar que «los temas no sólo serán una expresión de conciencia, sino un recordatorio, un mensaje de lo que hay que hacer todos los días».

Reconoció que el proceso creativo ha sido muy desgastante para él y para su equipo de trabajo, aunque destaca que la experiencia ha sido muy emocionante. «He estado muy motivado, activo y trabajando jornadas muy largas, de 12 a 16 horas, pero estoy muy contento.»

Adelantó que ya inició el trabajo de los murales restantes, el de La Cárcel, en el que por su enorme tamaño de 11 metros de altura tendrá que trabajar acostado, y el de la Represión.

Hasta el 8 de marzo

La siguiente entrega de la obra mural a la Suprema Corte la realizará en marzo del 2008. Para esa fecha, el recorrido por la obra iniciará desde la parte de abajo del edificio.

Al público lo recibirá el pequeño mural dedicado al Tzompantli, el cual medirá alrededor de 5 metros de altura y estará conformado con 350 cráneos de tamaño natural.

La pieza del Tzompantli estará acompañada de una escultura policromada por donde pasará la luz para que el espectador pueda admirar los cráneos.

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