lunes, agosto 20, 2007

Libros / México: Presenta Carmen Boullosa la novela «El velázquez de París»

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La escritora autodenominada marginal. (Foto: Mónica González)

M éxico, 14 de agosto, 2007. (Mauricio Flores / Milenio).-Se considera una escritora marginal: mujer —por supuesto. Aunque no modesta, más bien bastante arrogante, marginal. Ya que la literatura mexicana ha sido escrita por grandes marginales, y pese a radicar en Brooklyn está muy cerca de México.

Es Carmen Boullosa, quien de viaje por esta ciudad donde nació en 1954, presentará su más reciente novela El velázquez de París (Siruela), en la que intenta fusionar arte plástico y literatura.

Perteneciente a una generación literaria «de mujeres», entre la que con rapidez recuerda a Coral Bracho y Gloria Gervitz, Boullosa evoca aquellos años en los que arribaron muchas mujeres escritoras. «Éramos las escritoras, las poetas… Ahora vivo en Nueva York, publico en Madrid y presento mis libros en esta ciudad, y si bien me siento lejana a la actualidad literaria del país, yo misma me he hecho a un lado, pertenezco a una tradición literaria».

Se trata, añade en conversación con MILENIO, de un «diálogo ininterrumpido con López Velarde, Arreola, Rulfo, Paz, Segovia… Son mis referentes, una tradición a la que me incluyo. Perteneciente a esa literatura, soy una autora cosmopolita, como ella misma. Nuestra literatura siempre ha leído las obras de otras lenguas, ha estado en conversación con otras latitudes».

Por suerte, comenta la autora de La otra mano de Lepanto, «no es una literatura provinciana ni localista, como sí lo es la neoyorquina que todo el tiempo se está viendo a sí misma. En esa literatura se creen el centro del mundo, y están totalmente equivocados porque el centro del mundo, bien lo sabían los nahuas, somos nosotros».

«Nosotros somos el ombligo del mundo. Y los escritores mexicanos —remata medio en broma, medio en serio— creen que son el ombligo del ombligo».

–¿Y las mujeres?

–Las mujeres no. Somos distintas.

Inserta en la colección Nuevos Tiempos, y con la que se celebra la entrega número cien, El velázquez de París fue escrito con formas utilizadas en novelas anteriores. «Es una novela fragmentaria, intimista, que contiene una novela de aventuras. Recupero géneros ya usados, pero es una novela muy diferente», precisa Boullosa.

«Tiene un tono como de diario, de intimidad de una escritora, lo que me sirve para hablar de la naturaleza de la obra de arte mirando un cuadro de Velázquez (La expulsión de los moriscos), que para el caso de quien lo rescata tiene mucho sentido, es para él muy importante».

Novela «como pintada»


Dice Boullosa que la novela es «un intento de fusión entre el arte plástico y la literatura. Comienza hablando de ciudades y sus luces, obsesión de los pintores. La novela está como pintada, en tonos de luces brillantes u oscuras. Viene después una especie de alegoría, como la que aparece en el cuadro de Velásquez: un viejo con dos niñas, representación de Europa comiéndose al tercer mundo para su propio provecho y satisfacción».

Todas las páginas de El velázquez de París, concluye Boullosa, son un homenaje a la pintura. «Pero al mismo tiempo es narrativa. Si la obsesión del pintor es siempre la luz, la del narrador es la acción, la anécdota, el tiempo».

El velázquez de París será comentada el próximo jueves por Nicolás Alvarado, Mónica Maristain y Lucía Melgar, Centro Cultural Bella Época, 19:00 horas, Tamaulipas esquina con Benjamín Hill, colonia Condesa.

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