martes, septiembre 25, 2007

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Frida y el muralista. (Foto: Archivo)

M éxico, 19 de septiembre, 2007 (Jesús Alejo/ Milenio).- En días en que se reflexiona cómo festejar el bicentenario del inicio del movimiento de Independencia y el centenario de la Revolución mexicana, Guadalupe Rivera Marín está convencida de que la figura de Diego Rivera bien podría encabezar las conmemoraciones, debido a que en su obra relató lo ocurrido en ambos movimientos.

«La forma en que capturó en sus murales lo que somos y lo que hicimos, y cómo proyectó lo que él hubiera querido que fuéramos, es muestra de que él pudiera encabezar en alguna forma estas dos celebraciones, pues en su obra relató lo ocurrido en los dos grandes momentos para la vida del país».

Durante el anuncio del homenaje nacional al artista guanajuatense, a 50 años de su fallecimiento, la hija del muralista también lo definió como un verdadero constructor de la imagen de México, porque a través de su obra se fue al pasado y vivió la época prehispánica como si hubiese sido un protagonista de ese tiempo.

Con seis exposiciones, en las cuales se reflejan diversas facetas de la vida y la obra del artista, se conmemora el 50 aniversario luctuoso del muralista, en un homenaje que se inicia en el Palacio de Bellas Artes con la muestra Diego Rivera. Epopeya mural, a partir del próximo día 28.

De acuerdo con Teresa Franco, directora del Instituto Nacional de Bellas Artes, se pretende ofrecer al público la visión más amplia e integral que se haya realizado en torno «a la producción artística y a la trascendencia social y cultural de este enorme artista».

«A través de estas muestras podrá conocerse el desarrollo creativo, la sensibilidad artística y la grandeza plástica que alcanzó (…) a la vez que podrán apreciarse obras extraordinarias, varias de ellas poco o nunca exhibidas.»

Desde su perspectiva, Diego Rivera es uno de los más grandes artistas del siglo XX, por lo cual espera que la respuesta del público sea, por lo menos, cercana a los 300 mil visitantes, aun cuando Teresa Franco no sabe si alcance la misma cifra a la exposición de Frida Kahlo.

Un monstruo de las artes

El 24 de noviembre falleció en el estudio de San Ángel Inn, donde ahora está el Museo Casa Estudio Diego Rivera; su cuerpo fue velado en el Palacio de Bellas de Artes, de donde partió un cortejo fúnebre encabezado por Lázaro Cárdenas.

A través de coloquios, foros de reflexión, proyecciones audiovisuales, publicaciones, trabajos de restauración y, sobre todo, las exposiciones, se tiene el propósito de ofrecer el panorama más completo del quehacer artístico de Rivera, de ahí que en las muestras se aborden su faceta como pintor de caballete, muralista, ilustrador y hasta como crítico de arte.

Carlos Olmedo Phillips recordó que gracias al esfuerzo conjunto de muchas instituciones y patrocinadores se han logrado los dos homenajes, el de Frida Kahlo, que se pudo armar en cuatro meses y el de Diego, para el que se tuvo más tiempo, ocho meses.

«Diego Rivera es el monstruo pintor del siglo XX mexicano, y quizá mundial, y Frida es la mujer que no sólo la acompañó, sino representó una iconografía de la mujer moderna mundial (…) Si alguien se merece el homenaje nacional y si alguien demostró y habló de la pluralidad y de la lucha social fue Diego Rivera».

En medio de la conferencia de prensa, trabajadores del INBA protestaron porque se levantaron actas administrativas contra algunos de sus compañeros y en demanda de que se respeten los acuerdos que, señalaron, están firmados por la directora del instituto, Teresa Franco, con quien, sin embargo, ya tenían confirmada una reunión para la tarde de ayer.

Un mural desde Rusia

La exhibición del mural Gloriosa victoria, que pertenece al Museo Pushkin de Moscú, es una de las cerezas del homenaje nacional a Diego Rivera. La obra fue realizada en 1954 con la intención de denunciar las atrocidades cometidas por el gobierno de Estados Unidos contra el pueblo guatemalteco.

Mostrado por última vez en 1956, en Varsovia, Polonia, el mural nunca más apareció en público, al grado que se mantuvo prácticamente perdido durante 50 años, hasta que se confirmó su localización enrollado en las bodegas del recinto y cuya presencia en México se logró, en gran parte, gracias a los esfuerzos del Fideicomiso Diego Rivera y Frida Kahlo, encabezado por Carlos Olmedo Phillips.

La pieza se mostrará, primero, en el marco de la exposición Epopeya mural, en el Palacio de Bellas Artes, para luego ser exhibido en los museos Diego Rivera Anahuacalli y Dolores Olmedo.

Dentro de la muestra Diego Rivera. Retratista, que será albergada por el Museo Dolores Olmedo a partir del 20 de octubre, se encuentra la imagen del coreógrafo Ernest Banks, otra obra que nunca antes se había exhibido.

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