miércoles, noviembre 14, 2007

Caricatura / México: Almuerzo con... RIUS (Eduardo del Río), una entrevista

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El caricaturista mexicano. (Foto: Archivo)

M éxico, 13 de noviembre, 2007. (Fransesc Relea/ El País).- «Buenos días, señor Rius». Los camareros del restaurante libanés Adonis, en el barrio de Polanco, le dan la bienvenida. Aquí el caricaturista más prolífico de México es tan conocido como el empresario Carlos Slim, el más rico de todos los ricos, que también suele frecuentar el local. «Me gusta este restaurante porque tiene una buena variedad de platos vegetarianos», dice Rius, mientras estudia las ensaladas que ofrece la carta. Se decide por una de remolacha, que en México llaman betabel, y propone compartir varias degustaciones libanesas. «Hay algunas que llevan carne, te las dejaré para ti. Yo comeré las vegetales».

Anda el hombre tan preocupado por la alimentación sana –no prueba la carne ni el pescado– que publicó un libro sobre la dieta de los mexicanos. En La panza es lo primero, Rius pretendía modificar la alimentación de sus paisanos. «Tal vez es en lo que he tenido más éxito. Los mexicanos comen mucho y mal. Las ventas superaron los 400.000 ejemplares». Recuerda que cuando empezó con su onda vegetariana, en la ciudad de México «sólo había un restaurante vegetariano y ninguna tienda de productos naturistas. Ahora están en toda la República».

A los 73 años, Rius está en plena forma. Maneja el lápiz con la agilidad y el ingenio irreverente de los años más jóvenes, y con nuevos proyectos a la vista. Este mes se publica en España El santo humor de Rius (Reservoir Books), con prólogo de Forges, en el que el dibujante da su singular visión –anticlerical, por supuesto– de ángeles, clérigos, cristos, diablos, fieles, la evangelización y la Navidad. Tiene en marcha un libro sobre la pederastia en la Iglesia católica y acaricia la idea de una Enciclopedia Rius, algo así como su «obra póstuma».

El tal Rius, como gusta presentarse, se llama en realidad Eduardo del Río García, aunque nadie le conoce por su nombre, ni en México ni en España. Un buen día decidió latinizar el apellido e inventó el seudónimo para pasar inadvertido ante la familia, que no quería que se dedicara al cómic, un oficio «de mala fama». «Más tarde, la primera vez que fui a Barcelona descubrí que Rius es un apellido común en Cataluña», explica.

Desde que se decidió por el humor, allá por el año 1954, ha publicado unos 50.000 dibujos y 108 libros, sin contar las recopilaciones. Las tiras en periódicos le quedaban cortas para contar las historias que tenía en la cabeza. Cuba para principiantes fue el primer libro. «Me volví un fanático de la revolución cubana, hasta que me di cuenta de que me estaba haciendo cómplice de barbaridades. Luego escribí un segundo libro, Lástima de Cuba, en 1994, que es muy crítico hacia Fidel».

Rius se toma la vida con humor –«de qué sirve tomársela a la trágica como Unamuno»–, y no le ha ido mal. En los postres –una bandeja de dulces árabes–, se declara «socialista, ateo y vegetariano», en el país de los tacos y la virgen de Guadalupe. «Lo triste es que historias que hice hace 40 años siguen siendo vigentes», comenta. «Estamos muy mal, nunca hemos tenido una vida democrática, el pueblo está jodido, y no ha habido un solo gobernante que se preocupara por sacar adelante México, que es un país muy rico lleno de pobres».

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