viernes, noviembre 30, 2007

Noticias / Estados Unidos: Un Nuevo Museo se alza en Nueva York

.
Fachada del New Museum of Contemporary Art. (AP)

N ueva York, 30 de noviembre, 2007. (EFE).- El New Museum of Contemporary Art se suma a partir de mañana a la rica oferta cultural de Nueva York. Fundado en 1977, estrena nueva sede con un singular edificio de cubos rectangulares diseñado por los arquitectos japoneses Kazuyo Sejima y Ryue Nishizawa, del estudio Sanaa, en la parte baja de Manhattan.

El Nuevo Museo, el único de Nueva York dedicado exclusivamente a exhibir arte contemporáneo, fue fundado en West Village en 1977 por la comisaria Marcia Tucker con la misión de promover el nuevo arte y las nuevas ideas.

Tres décadas después de su fundación, el Nuevo Museo reabre sus puertas en la zona del SoHo con el objetivo de seguir siendo un lugar de experimentación continua, en el que se cuestione qué es el arte y cuál es el papel de los museos en el siglo XXI.

La comisaria Laura Koptman explicó ayer que el New Museum es «especial» porque es «el primer museo que se construye desde los cimientos en la parte baja» de Manhattan. Koptman diferencia en New Museum del Museo de Arte Moderno (MoMA). Sostiene que, mientras el primero «está dedicado a contar la historia de la modernidad, desde finales del siglo XIX hasta la actualidad», el segundo expone «lo mejor del arte contemporáneo más actual».

Un nuevo edificio sencillo

El edificio del Nuevo Museo es «elegante y urbano», de gran simplicidad de formas y busca integrarse en el barrio tratando de reflejar el carácter comercial de la calle Bowery, según los arquitectos Sejima y Nishizawa. «Hemos querido establecer una relación entre el edificio, el museo, la calle Bowery y la ciudad de Nueva York», explicó la arquitecta Sejima, ya que los visitantes no sólo pueden ver las obras de arte que se exhiben sino también mirar desde la terraza del último piso la espléndida vista del bajo Manhattan.

A la hora de construir este edificio de siete pisos, formado por seis cubos rectangulares desencajados, los arquitectos han querido jugar con la luz del día, de forma que la estructura, que parece monolítica desde el exterior, se convierte en el interior en dinámica. El cambio de luz es una metáfora, según los responsables del museo, «de la naturaleza siempre cambiante del arte contemporáneo».

Muestra de esculturas ensambladas

La primera exposición del Nuevo Museo en su nueva sede, titulada Unmonumental: El objeto en el siglo XXI, muestra esculturas de ensamblaje realizadas por treinta artistas contemporáneos emergentes y semi-establecidos, entre los que se encuentran los mexicanos Abraham Cruzvillegas y Gabriel Kuri.

En la exposición se pueden ver, por ejemplo, las esculturas realizadas con ropas atadas de la estadounidense Shinique Smith, otra hecha con camisetas antiguerra y con el lema I love NY (Amo Nueva York), de Lara Schnitger, y la escultura de una mujer con una vela en la cabeza de Urs Fischer.

La exposición pretende que el público se dé cuenta de que «no vivimos en una torre aislada de marfil o en un templo donde se preservan los monumentos y los ídolos, sino en un espacio donde las cosas se desarman, se prueban y se vuelven a armar», según se explica en el folleto de la muestra.

El lenguaje artístico de esta primera década del siglo XXI es «de fragmentos y de formas, sonidos, imágenes degradadas, precarias y trémulas», explican los responsables de este museo neoyorquino.

Este arte es, añaden, reflejo de la entrada en el nuevo siglo, que «parece definida por la desaparición de monumentos y el borrar de símbolos y está marcada por imágenes indelebles de destrucción y ruina, desde la caída de las Torres Gemelas a la destrucción de los Budas de Bamiyán y el derribo de la estatua de Sadam Hussein en Bagdad».


REGRESAR A LA REVISTA