viernes, diciembre 07, 2007

Fotografía / Guadalajara: FIL - Héctor García recibe el premio Fernando Benítez

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Una figura del periodismo cultural. (Foto: Octavio Hoyos)

G uadalajara, 3 de diciembre, 2007. (Dolores Garnica/Milenio).- Cuando Héctor García entró al Auditorio Juan Rulfo de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara en silla de ruedas, ayer por la tarde, todos se pusieron de pie y comenzaron a aplaudir, como augurando el sentimiento que imperaría en el décimo sexto Homenaje Nacional de Periodismo Cultural Fernando Benítez, que en esta ocasión fue conferido al fotógrafo mexicano.

En el estrado esperaban Carlos Briseño, rector de la Universidad de Guadalajara; Raúl Padilla, presidente de FIL; Nubia Macías, directora general de la FIL, y Alberto Carbot y Norma Rivero, los periodistas invitados por el homenajeado para decir algunas palabras. Todos ellos también aplaudían.

Las razones del festejo fueron muchas. «García ha dado a la historia de nuestro país un sello nacional tan particular como el que dieron Tina Modotti o Manuel Álvarez Bravo», explicó Raúl Padilla López. «Es un extraordinario ser humano. La aportación de obra de Héctor García es importante para la del fotoperiodismo internacional», dijo Norma Rivero. «Es el fotógrafo vivo más célebre de este país, y el más importante», declaró Alberto Carbot.

Y el «maestro» García (ciudad de México, 1923), fotógrafo con más de 40 años de experiencia y ganador en tres ocasiones del Premio Nacional de Periodismo, cuya fotografía que se distingue «por la fuerza de sus emociones, la belleza de forma y la profunda compresión de la condición humana y de la vida que lo rodea» (como escribió Rivero para la invitación), emocionado y con voz aguda y pausada, sólo pudo decir: «Quisiera otros 20, 30, 40 ó 50 años con mi cámara».

El homenajeado sonreía y besaba la mano de su esposa, ante las decenas de fotógrafos que deseaban capturar la entrega del diploma a uno de los grandes hombres del periodismo cultural que ha dado el país. «Está pagando todas las que hizo», dijo el rector Carlos Briseño, en tono de broma, inundado de flashes, mientras Héctor García seguía sonriendo.

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