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Para muchos, la noticia se trata de una muerte anunciada desde el último corte de listón en el mes de octubre pasado. (Foto: Juan de Jesús López)
V illahermosa, 12 de diciembre, 2007. (Juan de Jesús López/ Milenio).- El Colegio de Artes Tabasco que en teoría agrupa a los pintores chocos, resultó la agrupación más afectada por la pasada inundación pues su sede, la Galería de Artes Tabasco, desaparecerá.
Sobre el suceso que será discutido hoy por la tarde por los miembros de la menguada agrupación, a los que ya ni siquiera se les permite entrar a la galería y tendrán que sesionar en la calle, se tienen varias explicaciones. De acuerdo la versión soltada en algunos medios a mano del actual presidente del gremio, Misael Sámano, además de lo comentarios vía telefónica, la casona que ocupó la agrupación durante veinte años fue solicitada por sus dueños al Instituto Estatal de Cultura (IEC), dependencia del Gobierno del Estado que paga la renta.
El joven fotógrafo descarta –pero deja comillas sospechosistas– que altos funcionarios del Instituto animen o estén detrás de la decisión de los dueños de la casona pues considera que tanto la galería como el Colegio son indispensables para la cultura del estado.
Para otros, en contrario, la noticia se trata de una muerte anunciada desde el último corte de listón en el mes de octubre pasado cuando la actual mesa directiva celebró sus 20 años con una exposición colectiva de sus integrantes más prominentes, y donde le hicieron «pucheros» a los del Instituto.
En la inauguración de esa muestra, los colegiados de las artes pictóricas se enfrentaron de manera soterrada por el uso de dos salas con la actual encargada de la administración cultural estatal, Norma Cárdenas.
Desde febrero de este año se había anunciado la creación de un Taller Experimental de Grabado, mismo que, a finales de julio, en el IEC ya se tenía contemplado instalarlo en dos de las salas de la galería. El proyecto era avalado por dos asesores: Renato Escobar Barrios y Máximo Sol, y la coordinadora de artes plásticas Bertha Ferrer. En ese mismo mes de julio, Sámano señalaría en entrevista que intentaban negociar pero también se adelantaron a los deseos emanados desde el Instituto con una estrategia sencilla: ocuparon las dos salas que desde hacía mucho tiempo estaban sin uso, con un taller de grabado y una sala de lectura.
La noche de la última inauguración, festejo y casi despedida, Cárdenas lamentó la postura de la nueva mesa directiva de la agrupación, que, por cierto, no se había sumado a la estrategia de corporativa cultural en la que ya están otros grupos oficiales como la Sociedad de Escritores. Sin embargo, dijo que talante despejado que no pasaría nada y que estaba dispuesta a dialogar.
La situación pasó aparentemente desapercibida porque no era muy diferente a la relación de amor y odio que siempre mantuvieron el Colegio y la oficina donde se administra lo cultural, que además de pagar la renta de la casona de mediados del siglo 20, pagaba las becas y los canapés.
La agrupación se proclamaba independiente pero los costos se facturaban en el Instituto que antes fue Secretaría, y antes de eso, Instituto.
Por otro lado, la trayectoria artística del Colegio: su producción e influencia cultural en el gremio que en teoría representa, es cada vez más anémica y deslucida. Aunque, Sámano, mantiene el barco a flote con la participación emergente de muchos jóvenes fotógrafos. Y por si fuera poco, hacia el interior del colectivo la situación siempre fue un estira a afloja, seguido de algunos escándalos y hasta declaraciones con dictaminen bajo el brazo, en la que se anunciaba el tufo posmorten del Colegio, como lo hizo la expresidenta Mirna Corzo. Desde hace seis años ningún presidente del Colegio ha concluido los dos años del periodo completo de gestión que contempla los estatutos. A esto se suma que, muchos de los creadores fundadores como Férido Castillo y Fontanelly Vázquez ya fallecieron, otros prominentes ni siquiera están en sus filas, salieron reñidos o no quieren saber nada del Colegio.
Pintores, los más mimados
En somero recorrido por la ciudad se puede constatar que desde hace varios años los pintores son el sector más mimado de la promoción cultural local pues tan sólo en lo que se conoce como Zona Luz, hay diez recintos para exposiciones de artes visuales o relacionadas con ella.
El recorrido que pudiera comenzar por el Congreso del Estado de Tabasco y el Tribunal Superior de Justicia, le siguen los recintos formales como la Galería del Palacio de Gobierno, la Galería del Instituto Juárez, la Galería El Jaguar Despertado, la Galería de Arte Tabasco, la Galería Casa Siempreviva, y el Centro Cultural Villahermosa.
A la lista de estos recintos públicos que están destinados de manera formal o informal para exposiciones, se suman la galería independiente –de reciente creación– El refugio de la luna, y dos cantinas que los pintores han tomado por asalto, el restaurante-bar El Submarino, y el restaurante La Lupita.
Y por supuesto, también hay que agregar otros espacios donde se inauguran muestras de pintura como el Planetario, la Casa de la Trova, el Museo Regional de Antropología, y otros que ya no existen como el restaurante bar Las Lomas, el Café Selecto, el Taller-galería Círculo 21, donde se gestaron algunas actividades artísticas independientes importantes en lo pictórico y literario.
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