domingo, abril 20, 2008

Libros / México: «Cartas a Tomás Segovia (1957-1958)» de Octavio Paz

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Consuelo Sáizar, directora del Fondo de Cultura Económica, durante la presentación del libro. (Foto: Luis Cortés / El Universal)

C iudad Juárez, Chihuahua. Miércoles 16 de abril de 2008. (RanchoNEWS).- En la Ciudad de México fue presentado este día un libro póstumo del poeta y ensayista mexicano, según informa Notimex. Anexamos a esta nota un reporte de la develación de un placa en una finca de la calle Presidente Carranza de la capital en alusión a que en ese sitio Paz dirigió la revista Vuelta. La nota es de Juan Solís de El Universal fechada el 19 de abril:

A 10 años de la muerte del Nobel de Literatura 1990, Octavio Paz, el Fondo de Cultura Económica (FCE) dio a conocer hoy el libro Cartas a Tomás Segovia (1957-1985), volumen de correspondencia inédita que agrupa 55 cartas que el autor mexicano envió a su homólogo de origen español.

El volumen ha sido editado con el apoyo de Marie-Jose Paz, viuda del escritor, quien recordaba la existencia de esta correspondencia, la cual fue entregada por el escritor de Cuaderno inoportuno.

En entrevista telefónica desde Veracruz, Joaquín Diez-Canedo, quien estuvo al frente de la edición, señaló que el texto reúne «una correspondencia muy fecunda, no tanto por el número de cartas, sino por la extensión de éstas que obviamente son testimonio de una relación intelectual», y del mismo lenguaje que hablan ambos escritores.

Escritas desde París, Nueva Delhi, Closemburg, Kabul, Cambridge y el Distrito Federal, las cartas hacen referencia a la génesis de poemas, ensayos y libros de Paz.

Tales como Piedra del Sol, Cuadrivio, Blanco, Claude Levi-Strauss o el nuevo festín de Esopo, Corriente alterna, Puertas al campo, Los signos en rotación, Discos visuales y Apariencia desnuda.

Asimismo, en la correspondencia se refiere los distintos proyectos de fundar una revista, los cuales derivarían en Plural, una de las publicaciones literarias más prolíficas de las letras mexicanas de la segunda mitad del siglo XX.

Las cartas, agregó Diez-Canedo, «dan una especie de bitácora, de diario, de una serie de proyectos que tuvo Octavio Paz, desde las cuestiones personales hasta los comentarios más generales sobre la India, sobre la cultura europea, sobre la circunstancia mexicana, sobre lo que llegó a ser la Revista Plural y sobre la poesía de Tomás, desde luego».

Con la característica prosa del Nobel, la correspondencia da cuenta además de las vicisitudes y la acogida crítica que se hizo a la antología Poesía en movimiento, preparada por Paz, Alí Chumacero, José Emilio Pacheco y Homero Aridjis, así como la relación con André Breton y Benjamín Peret.

Consuelo Sáizar, directora del FCE, señaló que las cartas incluidas fueron escritas «durante un largo lapso donde se reflexiona sobre lo que es la poesía, el amor y los acontecimientos humanos; es un libro que se lee con un enorme deslumbramiento y una enorme curiosidad».

Estas cartas, agregó, fueron escritas «por un hombre en madurez, por un gran cuidado por el idioma y un enorme compromiso con el país».

En el intercambio epistolar, también se hace referencia al asombro de Paz por los paisajes de Oriente, y confesiones íntimas de su encuentro con Marie-José Paz y sus cercanías y reflexiones con el surrealismo, la mexicanidad y la hispanidad.

El autor del Laberinto de la soledad manifiesta, a través de su pluma, su preocupación por Tomás Segovia por dificultades económicas y el asombro por su poesía, así como el sueño de editar una gran revista, que finalmente logró con la creación de Plural y Vuelta.

Develación de la placa


Portada de un ejemplar de Plural, antecedente de Vuelta. (Foto: Archivo)


«A Octavio Paz le hubiera gustado una izquierda como la de Felipe González, no la de un caudillo latinoamericano mesiánico», dice contundente Enrique Krauze.

Pero aclara: «Eso es lo que pienso. No puedo leer su pensamiento, sino a través de lo que yo recuerdo de él, y de sus obras».

Frente al polarizado panorama político mexicano y las posiciones divididas de los intelectuales, el historiador evoca las palabras del Nobel de Literatura mexicano al advertir que el intelectual debe marcar su distancia del príncipe, es decir del poderoso, ya sea el que está en Los Pinos o el que está afuera.

«El intelectual está para argumentar, no para apoyar los proyectos políticos de un caudillo. Yo resiento que un sector importante de nuestro espectro cultural, en un retroceso a posiciones que ya habíamos ganado en los años 80 y 90, no haya marcado su distancia frente a todos los problemas».

A 10 años de la muerte del autor de El laberinto de la soledad, Krauze fue uno de los escritores que estuvieron ayer en la casa marcada con el número 210 de la calle Presidente Carranza, en cuyo exterior la viuda del poeta, Marie-José Paz, develó una placa de cantera que dice: «Octavio Paz dirigió en esta casa la revista Vuelta de 1989 a 1998».

Marie-José dijo a la prensa que aún quedan documentos inéditos de Paz, sobre todo correspondencia. Agregó que ya hay una casa editorial para las obras –refiriéndose al Fondo de Cultura Económica, cuya directora, Consuelo Sáizar, la secundaba.

«El reconocimiento de los escritores está en su obra. Los lectores la siguen leyendo. Para un escritor el mejor reconocimiento es compartir con los lectores su pensamiento, sus ideas y sus emociones», señaló la viuda del escritor, quien hoy hace una década falleció en esta ciudad, a los 84 años.

En el marco de los homenajes por el décimo aniversario luctuoso del ensayista mexicano, antiguos colaboradores de la revista Vuelta se reunieron en la que fuera la última sede de la publicación.

Heredera directa de Plural, Vuelta es considerada una de las revistas más importantes de Iberoamérica en la segunda mitad del siglo XX. Para Krauze «Vuelta fue una aventura bienhechora para la literatura, la cultura y la democracia mexicanas».

La ceremonia en el exterior fue breve. Acompañaban a Marie Jose, además de Krauze, Sergio Vela, presidente del Conaculta, y Teresa Franco, directora del INBA, así como colaboradores de la revista que prácticamente bloquearon el tránsito de la calle.

Estaban el poeta Eduardo Lizalde, el crítico Christopher Domínguez Michael, el arquitecto Teodoro González de León y los escritores Daniel Sada, Hugo Hiriart, José de la Colina y Álvaro Enrigue. Destacaron las ausencias de Ramón Xirau y Tomás Segovia, quienes con sendos videos participarán en el homenaje que se le brindará al poeta este sábado en que se conmemora el décimo aniversario luctuoso. Tampoco estuvo Guillermo Sheridan.

Ya en el interior de la casa, protegidos de los rayos del sol, los invitados escucharon el discurso que Krauze improvisó en la habitación que alguna vez fue sede de su oficina, aledaña a otra a la que una vez por semana acudía Paz.

Krauze recordó que Vuelta tuvo tres sedes: la primera en una pequeña casa en Mixcoac, donde sólo cabía una secretaria, un secretario de redacción y un corrector de pruebas, pero en cuyo sótano se reunía el consejo editorial: Paz, Alejandro Rosi, Gabriel Zaid, Tomás Segovia, Ulalume González de León, Julieta Campos y Jorge Ibargüengoitia, entre otros.

Posteriormente se mudaron a un departamento en San Jerónimo, que no le gustaba a Paz, para llegar en 1989 a la casa en Coyoacán, que hasta la fecha pertenece a Fausto Cerón-Medina.

Un aplauso fue la última petición de Krauze para conmemorar al poeta, cuya imagen apareció siempre en una pantalla al fondo de la habitación.


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