domingo, mayo 18, 2008

Noticias / México: Recibirá Enriqueta Ochoa la Medalla Bellas Artes

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La poetisa mexicana. (Foto: Archivo)

C iudad Juárez, Chihuahua. Domingo 18 de mayo de 2008. (RanchoNEWS).- La agenacia Notimex informa que la poetisa coahuilense Enriqueta Ochoa será distinguida hoy con la Medalla Bellas Artes:

La poesía es un encargo muy delicado al que uno no le da mucha importancia, pero tiene gran influencia y puede traer consecuencias tanto buenas como malas, manifestó la poeta coahuilense Enriqueta Ochoa, quien este domingo recibirá la Medalla Bellas Artes, en reconocimiento a su trayectoria.

La acompañarán en el homenaje, que se llevará a cabo a las 12:00 horas en la Sala Adamo Boari del Palacio de Bellas Artes, los escritores Carlos Montemayor, Hugo Gutiérrez Vega y Esther Hernández Palacios, quienes hablarán sobre la trayectoria de la también llamada «Poeta de lo Sagrado».

Asimismo, estarán presentes la directora general del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), María Teresa Franco y la coordinadora general de Literatura, Enzia Verduchi Acuña.

La poeta, quien el pasado 2 de mayo cumplió 80 años de edad, aseveró, en una autoentrevista publicada en el libro Autoentrevistas de escritores mexicanos, que definitivamente lo que más ha disfrutado de la vida es escribir.

«Esa fue una determinación que tuve desde muy chica, siempre estuve convencida de que para eso había venido al mundo», expresó la también profesora normalista en el texto publicado en la Colección Periodismo Cultural del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes.

Tras hacer un recorrido por su infancia y lo que representaron para ella, sus padres, sus abuelos y sus hermanos, la poeta y formadora de varias generaciones de escritores manifestó que para cumplir su sueño de ser poeta, le robó muchas horas al sueño.

«En mi familia no había ninguna veta artística, e ignoro cúal fue la razón que me llevó a escribir, porque fue desde muy niña que hacía la postura de "Flor de loto" y me iba a otros mundos. Tenía meditaciones muy profundas y aunque nunca supe por qué, los poemas llegaban solitos, los escribía, los hacía bolita y los guardaba junto a los huevos de gallina en el cuarto del fondo de la casa», recordó.

«Ahora, creo que el hecho de haber escondido esos poemas respondía a la certeza de que la poesía es en el fondo como un encargo muy delicado al que uno no le da mucha importancia, pero que tiene gran influencia y puede traer cosas buenas o malas», agregó.

«Cuando escribí Retorno de Electra hice lo mismo, en un costurero, junto a las bolas de hilo, iba poniendo mis poemas hechos bolita, porque sentí que era el lugar más seguro para guardarlos», explicó Ochoa, quien cuando decidió escribirlo, pasó en limpio cada poema y posteriormente entregó el material.

Al habla de su primera obra, La urgencia de un dios (1950), señaló que fue un libro peligroso porque a decir de ella, era muy ingenua y nunca imaginó que iba a provocar tantos problemas de tipo religioso, pues los representantes de este sector de la sociedad pedían que se quemara.

Siguieron a este poemario, otros títulos como Los himnos del ciego (1968) y Las vírgenes terrestres (1970), este último, a decir de la autora, fue el que más satisfacciones le dejó y el que más le ha gustado, porque es el primer poemario en el que se revela como mujer.

«Me desesperaba ver las condiciones en las que vivíamos, cómo nos trataban y cómo nos encerraban. Fue el primer poema en defensa de la mujer que salió de mis manos», externó la poeta nacida en Torreón, Coahuila, donde su padre se desempeñó como orfebre, grabador, joyero y relojero.

En 1954, Enriqueta Ochoa se trasladó a la Ciudad de México para estudiar teatro, aquí realizó sus primeras obras para niños, haciendo adaptaciones de cuentos infantiles clásicos aunque nunca abandonó la poesía.

También tuvo acercamientos con intelectuales de la talla de Jesús Arellano, ex director de la revista Fuentesanta, donde publicó algunos poemas.

Asimismo, conoció a los escritores Emmanuel Carballo y Gabriela Mistral, a los poetas Vicente Alexandre y Lolita Castro, al filólogo español Dámaso Alonso, a la novelista Rosario Castellanos, a la cuentista Amparo Dávila y al pintor Pedro Coronel.

El poeta Samuel Gordon manifestó que Ochoa ha accedido a la divinidad por medio de la palabra: «Es algo inaprensible, aunque inexplicable en su obra, porque se ha purificado en el dolor y en la intensidad para ascender y acceder a la verdad más despiadada por la poesía. A pesar de practicar ella misma muchos de los usos y tonos coloquiales que caracterizan a su poesía, su viaje es otro, su lenguaje que interroga a Dios ausente incide en otras profundidades», expuso.

En tanto, el crítico Mario Raúl Guzmán señaló que en la poesía de Enriqueta Ochoa florece la religiosidad como canto y anhelo puro del alma. Su obra tiene estrecho parentesco con Elizabeth Barret Browning, Emily Dickinson y otras poetas de la familia de las desgarradas.

No obstante sus 80 años de edad, Enriqueta Ochoa es una autora incansable. Recién terminó otro libro sobre las imágenes más hermosas que se han escrito en México, desde 1917 hasta el 2000.

«Soñé la idea, supe lo que tenía que hacer y cómo hacerlo, me tomó 17 años», expuso la autora quien recién terminó esta autoentrevista de la que Notimex reproduce un fragmento, y próximamente, el Fondo de Cultura Económica (FCE) publicará un volumen con su poesía reunida.

«Ahora que siento que ya se me está yendo la vida, quiero escribir un libro dedicado a Dios y a la vida», concluyó la autora quien ha sido galardonada con diversos premios como el de Poesía de la Universidad Juárez del Estado de Durango en 1978 y el Primer Premio de Poesía Mazatlán, Sinaloa, de 1983.

En 1976 fue nombrada hija predilecta de Torreón y durante 1998 y 1999 fue objeto de diversos homenajes en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, la Universidad Veracruzana y el Instituto Veracruzano de Cultura, en la Universidad de Puebla y en el Centro Nacional de las Artes.


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