sábado, febrero 07, 2009

Fotografía / Brasil: Sebastião Salgado cumple 65 años y labora en el proyecto Génesis

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El fotógrafo durante su visita a la ciudad de México en mayo de 1998. (Foto: Jesús Villaseca)

C iudad Juárez, Chihuahua, 7 de febrero, 2009.- El fotógrafo brasileño Sebastião Salgado cumple este domingo 65 años de edad fiel a la «misión» que lo ocupa desde hace más de tres décadas: capturar imágenes que tengan el poder de hacer visibles a los excluidos y frenar la destrucción del planeta. Una nota de Dpa:

«Espero que la persona que entre a una de mis exposiciones no sea la misma al salir», afirmó alguna vez el artista, al resumir el objetivo de su trabajo, que ya lo llevó a más de 120 países en los que, entre otras cosas, documentó el drama de los refugiados y desplazados por el hambre y por la guerra y las duras condiciones de vida de agricultores y trabajadores de las minas de oro.

El medio ambiente se sumó recientemente a la lista de temas preferidos de Salgado, hoy dedicado al proyecto Génesis, en el cual busca capturar imágenes de lo que ha sido la Tierra antes de que se iniciara la destrucción por mano humana.

«Al inicio pensé fotografiar las fábricas que contaminan y los depósitos de basura. Pero, al final, decidí que la única forma de darnos un estímulo, de traer esperanza, es exhibir las imágenes del planeta original, para que se vea la inocencia. Entonces podremos entender que lo debemos preservar», dijo.

Giro radical

El proyecto Génesis se prolongará hasta 2012, pero las primeras imágenes divulgadas en exposiciones y también mediante la página en Internet del diario británico The Guardian, incluyen fotos en blanco y negro de ballenas de la Patagonia, de la isla de Galápagos y de la Antártida, entre otros lugares.

Ese enfoque «optimista» representa un giro radical frente a anteriores trabajos de Salgado publicados en libros cuyas imágenes eran gritos de denuncia del drama vivido por los refugiados de las varias guerras (Éxodos, 2000), o por los trabajadores de las minas de oro en la Amazonia brasileña (Serra Pelada, 1999).

Muchos de esos trabajos han sido donados para recaudar fondos en campañas realizadas por la Organización de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), por el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR) y por la Organización Mundial de la Salud (OMS), entre otras entidades.

Los temas sociales siempre preocupan al fotógrafo, descendiente de una familia de hacendados del estado de Minas Gerais, donde nació el 8 de febrero de 1944. Tras completar sus estudios de ciencias económicas, Salgado abandonó Brasil en 1969, cinco años después de instaurarse de la dictadura militar y se trasladó a Francia, donde actualmente vive.

Artista multipremiado

El gusto de Sebastião Salgado por la fotografía nació en 1973, cuando el artista trabajaba para la Organización Internacional del Café (OIC).

Impresionado por las duras condiciones de vida de los pobres, abandonó el puesto y empezó a laborar como fotorreportero en África, con trabajos que más tarde le aseguraron un contrato con la prestigiosa agencia de imágenes Magnum.

El primer gran proyecto personal de Salgado, que desarrolló entre 1986 y 1993, se convirtió en el libro Trabajadores, por el cual recibió su primer premio. Luego se sumaron otros, como el Príncipe de Asturias de 1998, el Eugene Smith de Fotografía Humanitaria y el World Press Photo.

Algunos de sus detractores, como el escritor brasileño Ivan Lessa, acusan a Salgado de crear una «estética de la miseria».

Sebastião Salgado «descubrió lo que todos nosotros ya sospechábamos, pero no teníamos el coraje de decir: que los pobres, según la iluminación y el ángulo, pueden generar mucho dinero», afirmó Lessa.

Pero la posición de Lessa no es mayoritaria y es rechazada por importantes expertos. Según el profesor inglés David Campbell, experto en representación visual de situaciones de catástrofe, la belleza estética de las fotos de Salgado no atenúa su fuerza política.

Asimismo, el escritor uruguayo Eduardo Galeano sostiene que, con su trabajo. Salgado permite al mundo ver «la gran odisea de nuestro tiempo, este viaje con más náufragos que navegantes».

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