miércoles, febrero 11, 2009

Noticias / México: Marco Antonio Montes de Oca dejó dos libros pendientes de publicarse

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El poeta en imagen de diciembre de 2000, durante la presentación de su libro Delante de la luz cantan los pájaros, en el Palacio de Bellas Artes. (Foto: Cristina Rodríguez)

C iudad Juárez, Chihuahua, 11 de febrero, 2009. (RanchoNEWS).- Una antología será editada por el FCE; hay también un poemario, dice su hija Ana Luisa, quién espera que el INBA rinda un homenaje póstumo al autor de Ruina de la infame Babilonia. Una nota de Fabiola Palapa Quijas para La Jornada:

El poeta Marco Antonio Montes de Oca, quien falleció el sábado pasado a las 13:30 horas, a consecuencia de un mal cardiaco, dejó un libro antológico inédito que de manera tentativa lleva por título Las alas de la palabra.

La obra será publicada el próximo año por el Fondo de Cultura Económica (FCE) para conmemorar el primer aniversario luctuoso del autor de Cantos al sol que no se alcanza.

En entrevista con La Jornada, Ana Luisa Montes de Oca, hija del poeta, adelantó que su padre «realizaba un libro que se llama Las alas de la palabra, con el FCE. Se trata de una antología con su poesía, que está en proceso de edición».

Asimismo, señaló que tiene otro poemario inédito dedicado a su madre, Ana Luisa Vega, con quien compartió su vida el autor de Ruina de la infame Babilonia, pero hasta el momento desconoce el nombre de la editorial que podría publicarlo.

Combinación de épica y lírica

Montes de Oca (1932-2009) publicó en el FCE los libros Cantos al sol que no se alcanza, Delante de la luz cantan los pájaros (1953-2000), que muestran la evolución poética del autor, quien desde sus primeros libros se expresó mediante una combinación muy personal de épica y lírica, pasando por poemas experimentales.

Otros títulos son El surco y la brasa, Las constelaciones secretas y Poesía reunida (1953-1970), volumen en el que escribió: «Vivamente deseo que mi Poesía reunida ayude a disminuir un poco el desgano con que el lector moderno tolera o acepta el empolvado milagro de la poesía».

Ana Luisa Montes de Oca comentó que el poeta quería la reimpresión de su obra, pero como es tan extensa era imposible, así que sólo se hizo una antología.

La hija del escritor expresó su interés en que sea el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) quien realice este año un homenaje póstumo a Montes de Oca, considerado por los críticos como un innovador y renovador de la lengua española en la poesía.

«Ojalá que le hagan un homenaje, por lo menos en el INBA, para empezar. Hasta el momento no he tenido comunicación con las autoridades, pero confío en que se reconozca la obra poética de mi padre».

Explicó que en sus últimos años el poeta permaneció aislado, debido a su enfermedad, y en los pasados ocho meses él «siguió escribiendo hasta el final».

La Coordinación Nacional de Literatura del INBA todavía no ha decidido si organizará un homenaje al Premio Xavier Villaurrutia en 1959 por Delante de la luz cantan los pájaros y Premio Nacional de Literatura y Lingüística 1985.

Ana Luisa Montes de Oca se encargará de realizar los trámites para la publicación del poemario inédito dedicado a su madre; asimismo, guarda todos los documentos del poeta, cuya obra, agregó, se asocia a las maravillas del mundo.

Dominio de la metáfora

Marco Antonio Montes de Oca ilustró como pocos el siglo XX hispanoamericano, su obra de gran imaginación se caracteriza por su precisión idiomática y su dominio de la metáfora.

Invitaba al lector a un mundo interior y su obra era una prueba de resistencia ante la posesión de ese don. Los expertos coinciden en señalar que al poeta le interesaba conocer hasta dónde podía ser llevado el instrumento del idioma con las múltiples metáforas.

Contemporáneo de Enrique González Rojo y Eduardo Lizalde, Montes de Oca publicó los poemarios Ruina de la infame Babilonia (1953), Contrapunto de la fe (1955), Pliego de testimonios (1956), Fundación del entusiasmo (1963), La parcela en el edén (1964), Vendimia del juglar (1965) y Pedir el fuego, 1968, entre otros. Su narrativa está representada por Las fuentes legendarias (1966).

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