jueves, abril 30, 2009

Poesía / Idea Vilariño, Cuatro poemas

La noche

La noche no era el sueño
Era su boca
Era su hermoso cuerpo despojado
De sus gestos inútiles
Era su cara pálida mirándome en la sombra
La noche era su boca
Su fuerza y su pasión
Era sus ojos serios
Esas piedras de sombra cayéndose en mis ojos
Y era su amor en mí
Invadiendo tan lenta
Tan misteriosamente.


La primavera entera

La primavera entera
Con palomas y tallos y huracanes
Con baldes de agua tibia
Con una mariposa corpulenta
Aleteando afelpada
Con un jardín un bosque una floresta
Poblada de humedad y hojas podridas
Y fragancias y vahos y vaharandas
Y raíces feroces y qué no
Toda la primavera se volcaba
Respirando durmiéndose
Aleteando en mi lecho.

La limosna

Abre la mano y dame
La dulce dulce miga
Como si el dios si el viento
Si el ardiente rocío
Como si nunca
Oye
Abre la mano y dame
La dulce miga
O dame acaso el tiempo
Corazón que sustentas.
La piel no ni el cabello
Mezclado ni el aliento
Ni la saliva ni
Todo lo que resbala ajeno
Por la piel.
No si es posible
Si oyes
Si estás si yo soy alguien
Si no es una ilusión
Una lente alocada
Una burla sombría
Abre la mano y dame
La sucia sucia miga
Como si el dios si el viento
Si la mano que abre
Que distrae el destino
Nos concediera un día.


Si muriera esta noche


Si muriera esta noche
Si pudiera morir
Si me muriera
Si este coito feroz
Interminable
Peleado y sin clemencia
Abrazo sin piedad
Beso sin tregua
Alcanzara su colmo y se aflojara
Si ahora mismo
Si ahora
Entornando los ojos me muriera
Sintiera que ya está
Que ya el afán cesó
Y la luz ya no fuera un haz de espadas
Y el aire ya no fuera un haz de espadas
Y el dolor de los otros y el amor de vivir
Y todo ya no fuera un haz de espadas
Y acabara conmigo
Para mí
Para siempre
Y que ya no doliera
Y que ya no doliera.


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