lunes, mayo 25, 2009

Obituario / José-Miguel Ullán

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El poeta español. (Foto: Archivo)

C iudad Juárez, Chihuahua. 25 de mayo 2009. (RanchoNEWS).- Murió José-Miguel Ullán, el cantor de poesía. En su obra, ensalzada por Octavio Paz y Julio Cortázar, confluye en armonía lo culto y lo popular. Una nota de la redacción de El Cultural:


La noche del pasado sábado murió en Madrid, tras una larga enfermedad que le había dejado con las cuerdas vocales paralizadas, el poeta, crítico literario y traductor José-Miguel Ullán (Villarino de los Aires, Salamanca, 1944).

Ullán era «eso tan raro hoy –época de profesores y comentaristas– que se llama cantor, un ser viviente entre tanto simulacro de vida». Un cantor con voz «personal y rigurosa», en opinión de Octavio Paz, quien aclaró que se refería «no solamente a la poesía de España, sino a la poesía de todo el orbe hispánico».

Y con una atención extrema a la lengua, como subrayó José ángel Valente: «Acaso no haya palabra nuestra, de bastante tiempo a esta parte, que haya brotado como ésta brota -en verso y en prosa- de tan admirable don de lenguaje».

También Julio Cortázar afirmó que «dentro de una producción en la que suelen hacerse sentir demasiado las influencias y las corrientes a la moda, la poesía de José-Miguel Ullán se aparta resueltamente de lo trillado, incluso a riesgo de sorprender o escandalizar, y se sitúa en un nivel individual que le da su acento más profundo y valedero».

Fue, además, gestor, editor, responsable e ideólogo de suplementos literarios como el mítico Culturas de Diario 16, y, ante todo, poeta.

Autor de los libros de poesía El jornal (1965), Amor peninsular (1965), Humano poder (1966), Maniluvios (1972), Frases (1975), Soldadesca (1979) y Manchas nombradas (1984), el año pasado reunió toda su poesía en Ondulaciones (Círculo de Lectores).

Al género ensayístico pertenecen las obras Las soledades de Francisco Peinado (1977), Abecedario de Brinkman (1977) y Zóbel (1978)

Biografía

Nacido en un pequeño pueblo salmantino, tras el bachillerato, en 1959 se traslada a Madrid e inicia estudios de Ciencias Políticas, Ciencias Sociales y Filosofía. En 1966 se exilia en París, donde sigue cursos en la école Pratique des Hautes études con Pierre Vilar, Roland Barthes y Lucien Goldmann, y donde trabaja en la ORTF, dirigiendo las emisiones en castellano de France Culture.

A su regreso a Madrid en 1976, se incorpora a Ediciones Rayuela y desarrolla una intensa actividad en medios como El País, Radio Nacional o Televisión Española; subdirector de Diario 16, funda el memorable suplemento Culturas. Su trayectoria periodística está marcada por el sello de la singularidad, por un efecto de profundidad y dilatación en el que caben la ligereza, el humor y la ironía: el programa televisivo Tatuaje o la recopilación de columnas de El País en el libro Como lo oyes (Articulaciones) serían buen ejemplo de ello.

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