domingo, junio 14, 2009

Danza / Entrevista a Lola Greco

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Lola Greco, por Gusi Bejer. (Foto: Archivo)

C iudad Juárez, Chihuahua. 12 de junio 2009. (RanchoNEWS).- Lola Greco da una vuelta de tuerca a la Fedra de Miguel Narros que estrenara en 1990. La bailaora se pone flamenca con un clásico que podrá verse esta noche en Nápoles y que después girará por varios festivales españoles. Enrique Morente y Javier Latorre ponen música y coreografía. Una entrevista de Rafael Esteban para El Cultural:

Va a interpretar a una mujer que se enamora del hijo de su marido. Vaya papelón, ¿no?

Sí. Es la historia de un amor equivocado.

Supongo que tendrá también un lado menos tremendo

Fedra es amor, aunque lo tiene muy callado. Y es que se siente muy sola...

Narros lleva la obra a estos días. ¿Es una licencia artística para contarla mejor?

Ha conseguido un montaje muy contemporáneo. Con mucha pasión, llena de latidos y un gran ritmo.

¿Cómo es realmente la Fedra del siglo XXI?

Es flamenca, escolástica, clásica, contemporánea... todo mezclado, pero en realidad es un mundo flamenco.

Además de baile y música, la obra tiene texto. ¿Baila usted sólo o participa también en las partes habladas?

Hago las dos cosas. Bueno, estoy intentándolo, porque la letra es tan contundente y dice cosas tan verdaderas que tengo que sobreestudiarlo.

¿Se atrevería a hacer una obra de teatro sin baile?

Por supuesto. ¿Cuándo? No lo sé. De momento voy a hacer una obra de teatro en el idioma de la danza. Manuela Vargas me decía que el teatro era muy, muy difícil, pero que si conseguías romper el muro era pura magia. Si conseguimos algo de esa magia, ya habremos tocado el teatro.

¿Qué tiene Narros para que vuelva bajo sus órdenes?

Un gran corazón y muy buen gusto en todo. Unas ideas muy buenas para mi oficio, que es el baile, y que agradezco, porque, como a él, el baile por el baile no me interesa.

En la Fedra de 1990, protagonizada por la mítica Manuela Vargas, usted participaba como integrante del Ballet Nacional. ¿Pensó alguna vez que llegaría a ser la protagonista del montaje?

No. Pero su forma de interpretarla era el camino a seguir en el que nos inspiramos en el Ballet Nacional. Lo hacía de una manera tan genuina que pensábamos que desaparecería con ella. Siempre la recordaré.

Enrique Morente, autor de la música también en la versión de 1990, dijo hace unos años que algunos bailaores flamencos parecían karatecas porque no se estaban quietos y por los movimientos y saltos que hacían. ¿Comparte la opinión?

Quizás sí. Tal vez lo que ocurrió es que vio unos espectáculos en los que no paran nunca. En el flamenco hay que frenar el tiempo, pero también ir muy deprisa.

¿Entonces, cómo ve el que se realiza en estos momentos?

Bien, pero un poco exaltado. Con demasiado orgullo por parte de los jóvenes. El orgullo no es malo si está bien compensado con otras cosas.

Finalmente, ¿cuáles son sus coreógrafos y bailaores preferidos?

Bueno, ahora mismo hay muy pocos que me gustan. Me han dejado más huella los anteriores, maestros como Rafael Aguilar. Eso sí, juntarme ahora con Javier Latorre ha sido una fortuna, porque ha aprendido de esa gente. Para esta Fedra ha hecho una coreografía muy interesante. Y de las chicas me gusta mucho lo que hace Teresa Nieto.


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