sábado, julio 18, 2009

Noticias / Uruguay: Inicia el «Año Onetti»

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El narrador sudamericano. (Foto: Archivo)

C iudad Juárez, Chihuahua. 1 de julio de 2009. (RanchoNEWS).- Desde Montevideo, la reportera Yanina Olivera de la agencia AFP nos informa de este acontecimiento:

Uruguay abre este miércoles el «Año Onetti», al cumplirse el centenario del nacimiento de este escritor hermético y de original vida y obra, con una serie de homenajes que incluye seminarios, conferencias y ciclos de cine.

El Ministerio de Educación y Cultura (MEC) presentará este miércoles un sello conmemorativo en un acto donde no faltará el tango ni la reflexión literaria, en tanto que lanzó un concurso de historietas basadas en la obra de Onetti.

La Casa de los Escritores del Uruguay realizará lecturas de textos del autor, fallecido en 1994 en Madrid; y Cinemateca Uruguaya lanzó un ciclo de películas, documentales y entrevistas.

La Intendencia de Montevideo, el Centro Cultural de España y la Biblioteca Nacional realizan una serie de 14 conferencias, como « »intentos de ingresar al mundo del maestro de la literatura urbana« », según el anuncio del ciclo.

Juan Carlos Onetti (1904-1994) fue considerado un «maestro» por la Generación del 45, un creativo movimiento literario que entre otros integraron Mario Benedetti, Mario Arregui, Idea Vilariño, Carlos Martínez Moreno, Ángel Rama, Carlos Real de Azúa y Armonía Sommers.

A Onetti lo rodeaba una leyenda negra de «bebedor», «mujeriego» y «ogro» de la que él renegaba: «La leyenda, en lo fundamental: calumnias. Ignorancia, desconocimento de los hechos. Yo sigo viviendo y la leyenda crece», le dijo a María Esther Gilio, en una entrevista publicada en 1965. Gilio, periodista amiga de Onetti, dijo a la AFP que era «la persona más veraz que conozco. Tenía esa sinceridad total, que en algún sentido es muy positiva, pero que también puede ser muy hiriente».

«Yo lo conocí a los 17 años y medio me enamoré de él. Pero era sumamente respetuoso de la pureza adolescente, de la ilusión, de la ingenuidad adolescente. Él trataba de apreciar esa belleza» sin mancillarla, relató. «Eso era justamente lo que lo atraía. Él decía que si se acostaba con una adolescente, al otro día se levantaba con una mujer», dijo Gilio, a quien Onetti le hablaba de estas cosas y le decía: «vos estás acá para creerme, ¿no?».

Lo más sobresaliente de Onetti como escritor era cómo llegaba «a la profundidad del ser humano, su falta de prejuicio, su capacidad para transmitir más allá de lo que se ve», estimó Gilio.

Nacido en una familia de clase media modesta, Onetti fue desde chico un ávido lector que abandonó la secundaria y pasó por diversos empleos: mozo, portero, vendedor de entradas del Estadio Centenario, periodista.

«El periodismo es de las profesiones más soportables que conozco», decía Onetti, que trabajó en varios medios uruguayos y argentinos, así como en la agencia Reuters.

La aparición en 1939 de su breve novela El pozo puso de relieve el sombrío escepticismo urbano que sería piedra angular de su obra.

Con La vida breve (1950), Onetti inició la saga de Santa María, esa ciudad inventada, gris y depresiva, a la que también pertenecen
El astillero (1961), Juntacadáveres (1965), Dejemos hablar al viento (1979) y Cuando ya no importe (1993).

Onetti se exilió en España en 1975, tras haber sido encarcelado en 1974 durante la dictadura (1973-1985) por su participación, como jurado, en un concurso literario en el que fue premiada y publicada una obra de Nelson Marra, que tenía elementos de sexo explícito.

Pasó los últimos cinco años de su vida prácticamente en su cama. Murió en 1994 en Madrid.

Presentan CD que conmemora el nacimiento de Onetti

México, 30 de junio (Notimex).- Como parte de las celebraciones en todo el mundo por el centenario del nacimiento del escritor uruguayo Juan Carlos Onetti, el 1 de julio de 1909, fue presentado en su ciudad natal, Montevideo, un disco conmemorativo.

Titulado Dejemos hablar a Onetti, el material condensa en 120 minutos más de 24 horas de grabaciones realizadas por el Premio Cervantes 1981, en las que quedaron para la posteridad fragmentos de novelas como El pozo y Juntacadáveres, entre otras que le significaron el reconocimiento internacional.

En aproximadamente 40 minutos el escritor recorre su vida, temas y obsesiones en el tono pausado que le fuera tan característico. Los primeros textos, el liceo, las novelas policiales y el periodismo son algunos de los temas que aborda Onetti.

El responsable de la recopilación y grabación, el escritor uruguayo Pablo Silva, comentó que la producción de este material, se distribuirán inicialmente (mil copias gratuitas) en el sistema educativo uruguayo y posteriormente se subirá a internet, para que así la obra de Onetti sea accesible a todo el público en el mundo.

El escritor uruguayo Juan Carlos Onetti, cuyas obras se caracterizan por tener personajes que fracasan en sus objetivos y se enfrascan en diálogos que, como escapatoria, sólo tienen sentimientos de erotismo y de ilusión, nació hace un siglo en Montevideo, Uruguay.

Su crecimiento se dio en el seno de una familia que le produjo felicidad. Su padre fue Carlos Onetti, funcionario de aduanas, y su madre Honoria Borges, descendiente de brasileños.

Al poco tiempo de haber comenzado la secundaria abandonó los estudios para iniciarse en la vida laboral. Al carecer de suficiente instrucción escolar, los trabajos que llegó a ocupar fueron de portero, mozo, vendedor de entradas y vigilante, entre otros.

De 1928 y 1929 participó en la revista La tijera, y para el último año viajó a la Unión Soviética, para conocer el lugar donde se gestaba el socialismo, pero el desconocimiento del idioma lo desalentó.

Contrajo matrimonio en 1930 con su prima Marí Amalia Onetti, con quien se estableció en Buenos Aires, Argentina. Por esos años publicó algunas notas sobre cine en Crítica, pero tuvo que retomar sus actividades de vendedor para sostener su reciente matrimonio.

En 1933 fue publicado su cuento Avenida de Mayo-Diagonal-Avenida de Mayo y en esa misma época escribió la primera versión de la novela corta El pozo, de la cual extravío los originales en una de tantas mudanzas.

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