miércoles, noviembre 25, 2009

Artes Plásticas / Brasil: Proceso y desarrollo de la 7ª Bienal del Mercosur en Porto Alegre

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Estudio de la estación Radiovisual en los depósitos del puerto.(Foto: Del Re/Stein)

C iudad Juárez, Chihuahua. 24 de noviembre 2009. (RanchoNEWS).- El proyecto de una especialista argentina ganó por concurso la curaduría de la Bienal del Mercosur que se organiza en Porto Alegre, Brasil, y sigue hasta el próximo domingo. Aquí cuenta los objetivos y desarrollo de la Bienal. Por Victoria Noorthoorn (Curadora general de la 7ª Bienal del Mercosur) para Página/12:

Abierta hasta el próximo domingo 29 de noviembre de 2009, en Porto Alegre, Brasil, la 7ª Bienal del Mercosur involucra a más de 300 artistas de Latinoamérica y del mundo, invitados a participar en siete exposiciones y en acciones educativas, comunicacionales y mediáticas. Los artistas ocupan dos museos, cuatro enormes depósitos en el puerto, múltiples espacios públicos de la ciudad, centenares de escuelas y presentan obras en la vía pública y en la TV.

En su conjunto, la 7ª Bienal responde a objetivos no convencionales. Por una parte, acercar al público la figura del artista, sus procesos de creación y de pensamiento, haciéndolos visibles (y sonoros). Por otra parte, repensar el funcionamiento completo de un evento como lo es el evento «Bienal» (del cual ya existen más de 200 en diversas ciudades del planeta), permitiendo que sea contagiado por el propio pensamiento artístico. Quisimos averiguar qué sucede cuando una bienal se construye desde su inicio siguiendo las lógicas del pensamiento visual, el pensamiento poético y el pensamiento artístico, y no a partir de discursos académicos preexistentes o de lineamientos institucionales que tantas veces ponen el arte al servicio del poder o del dinero y no el dinero o el poder al servicio del arte. Quisimos correr los riesgos propios del arte, sin saber, a ciencia cierta, cuáles serían los resultados.

El proyecto, que ideamos y presentamos con el artista y curador chileno Camilo Yáñez, ganó el concurso internacional para la Curaduría General de la 7ª Bienal, abierto en marzo de 2008. Allí, postulábamos la necesidad de formar un equipo curatorial integrado por artistas y sugerimos a Marina De Caro (Argentina) como curadora pedagógica, a Roberto Jacoby (Argentina), Artur Lescher (Brasil) y Mario Navarro (Chile) como curadores adjuntos, y a Erick Beltrán (México) y Bernardo Ortiz (Colombia) como curadores editoriales. En junio del 2008 el equipo comenzó a trabajar. Luego se sumarían las artistas Laura Lima (Brasil) como curadora adjunta y Lenora de Barros (Brasil) como cocuradora de la Radiovisual, constituyéndose así un equipo de 10 personas en 5 ciudades –Bogotá, Santiago de Chile, Sao Paulo, Río de Janeiro y Barcelona– y una base de operaciones en Porto Alegre. Se conformaría una Bienal que tendría una fuerte impronta latinoamericana.

Juntos, concebimos la 7ª Bienal del Mercosur como un engranaje orgánico, con siete exposiciones que incluirían obras de diversa índole –dibujos, pinturas, films, videos, instalaciones, obras de teatro, performances, acciones en el espacio urbano– y tres programas que tendrían la función de acercar el arte al público: el Proyecto Pedagógico, la Radiovisual y la Curaduría Editorial. En todos los casos, se trabajaría considerando la obra de arte como un dispositivo de provocación intelectual que permite comenzar a vislumbrar el complejo proceso de la creación, y que, en el mejor de los casos, se alimenta del diálogo con la actualidad y con la historia: la historia del arte, la historia social y las historias particulares. Se desarrollarían los programas de modo tal de potenciar la pertinencia de las propuestas artísticas dentro y fuera de las exhibiciones, explorando su resonancia más allá de todo muro de contención para el arte.

Así surgió Radiovisual, un programa de radio concebido por Lescher y desarrollado por De Barros, que permitiría acercar el caldero de ideas de la Bienal al público de Porto Alegre, y, más allá, al público del estado de Rio Grande do Sul. Con su viñeta Radiovisual: excitadora de frecuencias. La radio de la 7ª Bienal do Mercosul, el primer programa estuvo en el aire el viernes 16 de octubre de 2009, día de la inauguración de la Bienal, y desde ese día puede escucharse diariamente a las 22, 4 minutos y 33 segundos, desde la Radio FM Cultura de Porto Alegre, dial FM 107.7 o de forma consecutiva en el sitio web de la 7ª Bienal: www.bienal mercosul.art.br. Allí pueden escucharse trabajos sonoros de artistas históricos –Orson Welles, Glenn Gould, John Cage, Walter Smetak, Caetano Veloso– y contemporáneos –Arnaldo Antunes, Eduardo Costa, Fabio Kacero, Ivana Vollaro– por nombrar sólo algunos de los 140 artistas involucrados, así como las ideas y reflexiones de los curadores, de intelectuales invitados, y del público de la 7ª Bienal.

Bajo el liderazgo de la artista Marina De Caro, el Proyecto Pedagógico fue llevado literalmente hacia las entrañas del estado de Rio Grande do Sul. De Caro convocó a 12 artistas de Latinoamérica a pensar el modo en que sus proyectos artísticos –de importante potencial pedagógico– podrían ser traducidos en metodologías educativas replicables por los profesores en las escuelas. Fue tal el éxito de este programa de residencias que el mismo se inició en escuelas de 5 ciudades del estado y hoy se lleva a cabo en 20 ciudades, habiendo ya alcanzado a un público escolar de 12.000 personas en la región. De Caro cumplió su sueño: «Hay que llevar la Bienal a las personas, no las personas a la Bienal». Y fueron los artistas quienes se dispusieron a acercar el pensamiento poético a las escuelas: entre los argentinos, Diana Aisenberg involucró a niños y adultos en la construcción de definiciones colectivas para su diccionario Historias del Arte, diccionario de certezas e intuiciones; Rosario Bléfari transformó las preguntas de los niños en un masivo taller de canciones, Claudia del Río los involucró en su Club del Dibujo y Diego Melero revolucionó en las escuelas con su proyecto Clases de gimnasia y filosofía política. Cuando en julio se inauguró un seminario en el cual los artistas presentaron sus proyectos, asistieron más de 700 profesores ávidos por recibir las informaciones sobre la 7ª Bienal. Soñé con el día en que algo así pudiese suceder en Argentina. Pero además De Caro dio continuidad a los programas de formación de profesores y mediadores –guías– propios de la Fundaçao Bienal do Mercosul, y propuso un giro: en esta Bienal, los profesores podrían ser los mediadores de sus propios alumnos, y el público podría ser convocado a realizar mediaciones –recorridos– específicos de las obras de la Bienal. Para ello, se editó un material de Fichas Prácticas para profesores y público, que permite al espectador establecer relaciones inusitadas entre las obras de la Bienal y entre las obras y la realidad circundante. Estimamos que en su conjunto este proyecto habrá llegado, al día de hoy, a unas 200.000 personas.

Por su parte, la Curaduría Editorial –dirigida por Beltrán y Ortiz– tuvo a su cargo la comunicación de la 7ª Bienal, lo cual implicó el desarrollo de tres áreas de trabajo. En primer lugar, la creación del logo de la 7ª Bienal: un isotipo que se transforma como un organismo vivo, cuyos puntos representan las siete exposiciones de la Bienal y cuyas líneas representan la conectividad de los tres programas. La combinación de los diez elementos genera tres trillones de posibilidades. Así, la imagen se articula como un sistema caracterizado por la movilidad continua, propio de todo proceso creativo. En segundo lugar, esta curaduría tuvo a su cargo la creación de un sistema de publicaciones que se articuló a partir de una idea simple: una obra de arte puede ser vista a partir de múltiples niveles de distancia. Cada nivel ofrece particularidades que se traducen en formas de interpretar la obra, todas igualmente complejas. Para evidenciar los diferentes niveles de interpretación, las publicaciones se distinguen por tamaños, donde cada nivel ocupa un formato específico dentro del tamaño estándar de papel ISO216 (que establece los formatos A1, A2, A3, A4, etc.). Por ejemplo, mientras los afiches tamaño A1 en la calle trabajaron con obras que refieren a la comunicación en la ciudad, el tamaño A2 fue ocupado para trabajar las relaciones entre las obras de la Bienal mediante mapas conceptuales de las exposiciones, y el tamaño A4, que refiere a la obra en sí, determina el tamaño del catálogo. Finalmente, esta curaduría tuvo a su cargo la inserción del arte en los medios masivos de comunicación –en periódicos, afiches en la calle e intervalos comerciales en la TV– interrumpiendo el cúmulo de informaciones publicitarias, sin «marco» alguno o previa advertencia que indique al espectador que lo que aparecerá a continuación es arte.

En su conjunto, los tres programas se articulan con las siete exposiciones de la 7ª Bienal del Mercosur creando un todo orgánico y móvil que permite pensar la Bienal como un espacio para el pensamiento y para la provocación intelectual y sensorial, el ejercicio de la imaginación y el cruce de límites tanto físicos (muros) como institucionales (restricciones).

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