lunes, enero 11, 2010

Arquitectura / Entrevista a Pilar Echezarreta

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La arquitecta bajo su pieza Golden pearl. (Foto: María Meléndrez Parada)

C iudad Juárez, Chihuahua. 11 de enero 2010. (RanchoNEWS).- Pilar Echezarreta (1975) es una arquitecta que construye con aire, por lo menos en lo que se refiere a Golden pearl, monumental inflable montado en el Museo Experimental El Eco (Sullivan 43, colonia San Rafael), en lo que es la primera exposición del año del recinto concebido por Mathias Goertiz. Una entrevista de Merry MacMasters para La Jornada:

Golden pearl es un proyecto de arquitectura portátil, a la manera de tienda de campaña o tipi, de los nativos de Norteamérica. Echezarreta no se considera artista, pero se describe como «ave migratoria».

Nacida en Barcelona, Pilar llegó a México a los seis años para una estancia de 18, tiempo en que se naturalizó y se graduó como arquitecta de la Universidad Iberoamericana.

Después se fue a París, para estudiar en la Escuela de Artes Decorativas, y luego viajó a Nueva York, para cursar una maestría en diseño arquitectónico avanzado en la Universidad de Columbia. Acaba de pasar ocho meses en Shangai, pero piensa regresar a París, donde trabaja en un despacho de arquitectos.

Hace una década, apoyada por la beca Jóvenes Creadores del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes, Echezarreta comenzó una investigación en torno a un edificio de tipo «filtro bioclimático» para la ciudad de México, hoy día llamado «auto-sustentable», que, a la vez, colabora en la regeneración del medio ambiente.

La joven enseñó su proyecto a Guillermo Santamaría, entonces director de Ex Teresa Arte Actual, quien lo incluyó en una exposición interdisciplinaria sobre «el futuro tecnológico y científico de México y la realidad del país».

Experimentar con el «espacio inflable» la llevó a hacer su primer trabajo en ese sentido. Anota que «el filtro bioclimático en realidad era un edificio de estructura muy flexible. Para mí lo más cercano a las estructuras flexibles sería construir con aire, porque las paredes no son como muros, rígidas, sino tienen una cierta vida distinta del edificio».

En la Escuela de Artes Decorativas trabajó con textiles y la caída de los materiales. En el Instituto Cultural de México, en París, Echezarreta expuso un «enorme inflable construido con bolsas de basura, porque no tenía presupuesto». La «rapidez» de fabricar un inflable contrasta con la «lentitud» del proceso arquitectónico, que comienza con primero contar con un terreno, luego el cliente, los permisos y el presupuesto.

Actualmente, la entrevistada participa en la muestra colectiva Fresh latino, itinerante en Europa, que estuvo en Bucarest y se presentará en Lisboa.

¿Hay alguna referencia a los «sin casa»?

Además de ser como un tipi, también es un refugio. No es una solución a la vivienda, en lo absoluto, sino una pregunta: ¿cómo podemos resolver el problema de habitar de manera positiva en lo ecológico, y que a nivel de presupuesto también sea viable?, por eso es un largo trabajo de investigación.

Por otro lado, siempre he empleado materiales de uso cotidiano, como bolsas de basura o textiles reutilizados, tratando de darles una segunda vida o un significado diferente. En el caso de Golden pearl el material es una fibra biodegradable hecha de cereales, que en realidad se usa en la agricultura para preparar la tierra.

Luego, en París, durante la época navideña, se distribuyen estas bolsas, primero, para poner debajo del árbol de Navidad y, pasadas las fiestas, para cubrirlo y tirarlo a la basura. Por eso, en enero o febrero, cuando te paseas por la ciudad, en ciertos barrios, ves estas grandes bolsas doradas en la calle. De allí quizá el juego de palabras, porque no es una bolsa dorada, sino una perla que decora la ciudad. Es basura, pero decora.

Golden pearl y otros prototipos, como se titula la exposición, también comprende un collage sonoro de 20 minutos que se repite, hecho por dos despachos de arquitectos, el mexicano Meir Lobatón, con oficina en Nueva York, y Husos, un colectivo colombiano que trabaja en Madrid. Lo que crearon fue «un paseo sonoro por las ciudades latinoamericanas, con emisiones de radio de Venezuela, entrevistas, música y diálogos de telenovelas, que a la vez genera un ruido molesto». También se incluye una mesa de trabajo con varias maquetas sobre el mismo tema.

Para Echezarreta es un privilegio poder instalar en El Eco, «obra maestra del arte y de la arquitectura mexicanos», a la vez que un desafío, porque tiene «mucho carácter: Trabajé con varias maquetas del espacio para ver cuál era la mejor forma de aproximarse sin pretensión. Creo que la que escogí funciona bien por el hecho de que el espacio es muy ortogonal, con mucha presencia, mientras la pieza tiene un lado más delicado, orgánico. Hay una relación entre ambos, casi como un hombre y una mujer: uno está lleno de curvas y movimientos extraños, mientras el otro tiene carácter y sombras muy precisas».

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