viernes, febrero 05, 2010

Literatura / México: Homenaje a Margo Glantz

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En la imagen, la homenajeada en primer plano, y al fondo la escritora Elena Poniatowska y la investigadora Margit Frenk. (Foto: Cristina Rodríguez)

C iudad Juárez, Chihuahua. 1 de febrero 2010. (RanchoNEWS).-La escritora mexicana Margo Glantz recibió este domingo la Medalla de Oro de Bellas Artes por su trayectoria literaria y con motivo del 80 aniversario de su natalicio, en medio de una larga ovación de pie del público y de amigos como Elena Poniatowska, Mario Bellatín, Hernán Lara Zavala, Sara Poot, Margit Frenk, Bárbara Jacobs, Joaquín Díez-Canedo y Brian Nissen, entre otros. Una nota de Fabiola Palapa Quijas para La Jornada:

Margo Glantz Shapiro (ciudad de México, 28 de enero de 1930), nombre completo de la Premio Nacional de Ciencias y Artes 2004, manifestó su beneplácito por la ceremonia con la que se le distinguió: «es un gran honor que me confieren: hacerme este homenaje por mi cumpleaños y otorgarme tan codiciada medalla por mi trayectoria. Es un doble honor, porque desde 1983 a 1986 fui directora de Literatura en el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA)».

Ante decenas de personas que abarrotaron la sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes –incluso afuera se colocaron una pantalla y sillas para el público que no pudo entrar– sus colegas y amigos tuvieron la oportunidad de compartir la esencia de Glantz, la mujer, la escritora, la viajera incesante, la amiga, la intelectual y la docente, que la hacen única.

En el merecido homenaje a la autora de libros como Las genealogías, El rastro, Apariciones e Historia de una mujer que caminó por la vida con zapatos de diseñador, Sara Poot comenzó la conversación entre amigos, a la que llamaron 80 Glantz de potencia.

La lista de amigos –que contaron con dos minutos cada uno para revelar la esencia de Glantz– estuvo encabezada por Bárbara Jacobs, quien escribió un poema y dijo que Margo es «literata, mamá, sorjuanista, amiga, geneologista, frívola, zapatoadicta, festiva, yucatanera, tímida, musicoadicta, distraída narradora y feminista, viajera recurrente, vinotintera, sonriente, coyoacanista y querida».

«Cómo no quererla mucho»

Beatriz Aguad, sicoanalista de la autora comentó en su intervención que las dedicatorias en los libros de Glantz «hacen saber que ama intensamente, y quien ama intensamente aspira a ser amado de igual modo. Cómo no quererla mucho, cómo no agradecerle las dedicatorias».

En su turno, el artista Brian Nissen destacó la labor de Margo como profesora emérita, conferencista y catedrática, mientras Cristina Barros recordó que conoció a la escritora hace 30 años cuando realizaba su tesis de maestría; dijo que Glantz es una mujer generosa, con una capacidad de gozar la vida, cuyo ingrediente fundamental, por el cual es tan buena docente, es la pasión que transmiten sus hallazgos.

El editor de Sexto Piso, Diego Rabasa, compartió lo que ha significado en su vida haber conocido a la autora. Sostuvo que lo más maravilloso ha sido conocer la sustancia de la vida que refleja la escritora en sus obras.

En su intervención, Elena Poniatowska comentó que de niña Glantz «sacó brillo a su corazón y lo dejó muy bien boleado, porque es una bomba que lleva 80 años y le ha permitido escribir sobre el corazón de Sor Juana Inés de la Cruz y de La Malinche. Si el corazón es el órgano de la pasión, Margo Glantz lo ha llevado en sus libros, cátedras, así como en universidades de América, Europa, Asia y África, hasta en sus vacaciones en Mérida, Yucatán».

Joaquín Díez-Canedo destacó la fortaleza de la escritora, y afirmó que admira su capacidad de reinventarse todo el tiempo, de no ser nunca la misma. «Tienes la virtud de ser siempre una mujer nueva».

Mientras escuchaba con atención los comentarios de sus colegas y amigos, Glantz sonreía y cambiaba de postura: cruzaba las piernas dejando ver sus zapatos de diseñador, y su mano invariablemente reposaba en su mejilla resaltando su joyería, como lo han constatado fotografías publicadas en diversos diarios.

Ahí estaba la mujer que ama, que sabe escuchar, que observa, que disfruta cada instante de la vida, que tiene una enorme curiosidad por la realidad del mundo.

Al llegar el turno de Jorge F. Hernández, lo primero que dijo fue: «te amo», y aprovechó para recordar momentos importantes que compartió con la escritora.

El público reía con los comentarios ingeniosos relacionados con los títulos de los libros de Glantz.

«Tenemos mucho de niñas chiquitas»

A su vez, una emocionada Margit Frenk le dijo a su querida amiga: «Tú y yo somos casi como hermanas, no sólo por el nombre de pila... Tenemos cosas en común de más peso: nuestro origen judío, nuestra vocación por la literatura y nuestro trabajo profesional; la Facultad de Filosofía y Letras y la Academia Mexicana de la Lengua. Tú me llevas gran ventaja, eres escritora y yo no; pero te llevo otra ventaja: tengo cuatro años y medio más que tú, lo que eso implica mayor experiencia, más madurez; pero las dos tenemos mucho de niñas chiquitas».

También participaron en el homenaje: Karim Garay, Luz del Amo, Manuel Ramos, Max Shein, Myriam Moscona y Philipe Ollé-Laprune.

Debido a la ausencia de Teresa Vicencio, directora del INBA, Sergio Ramírez Cárdenas, expresó en su representación que la literatura ha sido la vida para Margo Glantz.

«Como ella misma nos ha dicho, la suya es ‘la mirada de alguien que ha vivido la vida de los personajes de los libros que ha leído y la suya propia’, palabras que han sido resonancia, que han llenado y dado forma a su vida, y la vida se ha volcado, irresistible y plena, en sus palabras.»

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