Pieza de la muestra. (Foto: Isabel Muñoz)C iudad Juárez, Chihuahua. 16 de marzo 2010. (RanchoNEWS).- Veinte países, 120 personas retratadas, en seis meses de trabajo. Son las meras cifras de Infancia, la exposición de la fotógrafa Isabel Muñoz (Barcelona, 1951) que hoy inaugura en el CaixaForum de Barcelona con motivo del 20 aniversario de la Convención sobre los Derechos de la infancia. Una nota de Mokhtar Atitar para El País:
«Es el trabajo de mi vida», asegura Isabel Muñoz. «Todo empezó como un reportaje para EL PAÍS SEMANAL, con la colaboración de Unicef, en el que queríamos hacer un mapa del mundo realizado a partir de los juegos, de las ilusiones de niños de muchos países. Pero conforme avanzábamos en el trabajo nos dimos cuenta de que había historias más allá del planteamiento inicial». Así nació un número especial de EL PAÍS SEMANAL, publicado el pasado 15 de de noviembre .
Muchas de las historias que hay detrás del proyecto de Muñoz son dramáticas. Niños abandonados, que han sufrido abusos, refugiados y desterrados, madres adolescentes, afectados por enfermedades sin cura... Pero la palabra a la que recurre Isabel Muñoz es «esperanza»: «Los niños trasmiten toda la esperanza, toda la ilusión del ser humano».
Las historias recogidas durante estos seis meses de trabajo se van intercalando, como la de la madre embarazada que recibe tratamiento en un país africano para que su hijo pueda nacer libre de sida. «Me quedaría con todas y cada una de las historias», insiste Muñoz, «pero me marcó de manera especial la de Rozi. De pequeña siempre me impresionó el cuento de Hansel y Gretel, y de repente, en medio siglo XXI, con todos los avances tecnológicos, te encuentras en la India, con Rozi, una niña que se perdió cuando tenía cinco años junto a su hermano, y por no estar en los registros oficiales, ha tenido que vivir en un orfanato. ¿Te imaginas lo que debe de sentir esa madre que ha perdido a sus dos hijos y que no los ha vuelto a ver?».
La mayoría de los retratos de Infancia están tomados de manera frontal, situando la cámara a la altura de los retratados. «Queríamos retratar a los niños con la misma dignidad que se retrata a los líderes, a los políticos, y ponernos a su altura», relata Muñoz. «Así pudimos sacar la luz de sus miradas, el brillo, y sobre todo la dignidad. La dignidad de las personas es fundamental en mi trabajo, porque yo sigo creyendo en el ser humano».
Isabel Muñoz, que suele trabajar en medio formato en químico, se decantó en esta ocasión por una réflex digital. «Procuro tener la máxima calidad posible en mis trabajos, pero en esta ocasión, por la premura del trabajo, necesitaba, además, rapidez. Solíamos tener dos o tres días de trabajo para un país, y teníamos que ir con rapidez», cuenta. «Pero además el digital te da una ventaja: te acerca a las personas, al poder enseñarles al instante el resultado, y puedes interactuar con ellos. Ha sido una gozada poder trabajar con niños. Las sesiones se convertían en un juego, llenas de un ambiente lúdico. Nos pasábamos la cámara y participábamos todo del trabajo».
La exposición de CaixaForum (con 80 fotografías impresas en gran formato y otras 120 en formato más reducido) cuenta además con varios vídeos realizados durante las sesiones, con testimonios de los niños, de los auténticos protagonistas de estas historias.
La exposición Infancia, en el CaixaForum Barcelona hasta el 29 de agosto de 2010. A partir del 15 de septiembre podrá visitarse en CaixaForum de Madrid.
Los niños ocultan su rosotros para perservar su identidad. En Filipinas, la explotación sexual de menores, que goza de cierta aceptación sexual, representa un grave problema.- Isabel Muñoz
Nos miran desde los restos de un edificio derruido de Gulu, una de las regiones de África que más ha sufrido la violencia y la destrucción. Ahí están Hellen y sus ocho hijos. En sus rostros, un pasado difícil, en manos de guerrilleros. Esta año Hellen ya ha podido reunirse con sus hijos y marido, y empezar a hacer planes.- Isabel Muñoz
Tiene 16 años; fue raptada por los rebeldes en febrero de 2005. Regresó con su familia hace un año. «Ahora me siento bien, ya estoy en casa». Su sueño: «Ser profesora».- Isabel Muñoz.
Joana es una refugiada kurda de 11 años, posa con sus juguetes en una azotea del campo de refugiados de Chatila, en Beirut. Desde aquí se ve el caótico paisaje, producto del crecimiento incontralado y los ataques militares.- Isabel Muñoz
De 11 años, es el primogénito de Marciano y Melissa Cal, tiene dos hermanos y es listísimo, futbolero, muy popular, la esperanza de esta familia mopan maya. Su padre, líder de San José, es consciente del aislamiento de su comunidad. Sin luz, ni acceso a nuevas tecnologías.- Isabel Muñoz
Le diagnosticaron una parálisis cerebral a los tres años y medio. Hasta entonces no había podido realizar ningún movimiento por sí sola. Victoria Bodean tiene hoy 10 años. «No ha perdido ningún curso escolar», dice su padre orgulloso.- Isabel Muñoz
Reunimos a un grupo de madres en el hospital Rey Balduino de Dakar. Posaron orgullosas, guapísimas, con sus mejores galas y sus más preciada posesión: sus niñitos. Todos recogidos en el pecho, en la zona más acogedora del cuerpo humano, cerca del corazón.- Isabel Muñoz
Tiene 12 años. Sus padre Ion y Natalio, lo dejaron, junto a sus tres hermanos, bajo amparo institucional, «por razones económicas». Han vuelta a casa gracias a un programa de Unicef para la recuperación familiar en Moldavia.- Isabel Muñoz
Ha cumplido 34 días y pesa solamente 1,350 kilos. Es uno de los bebés prematuros a los que se les está aplicando el método Canguro. Su madre, Aïssatou Ndiaje, tiene 24 años. Éste es su tercer hijo.- Isabel Muñoz
Con 16 años, estudia bachillerato y fotografía, juega al baloncesto, es promotora de salud sexual y reproductiva, y locutora de Sextumismoradio.org. Colabora con la ONG Gauce Ciudadano en zonas marginales del norte de México DF. Cree en el cambio social y ama a su gato, su hijo: Micifú.- Isabel Muñoz
Ha cumplido 18 años y desea transformar todo lo que no le gusta. Y quiero hacerlo desde la política. «No sé si quiero ser político, pero creo que es la mejor manera de cambiar las cosas». Madrileño, estudiante universitario y soñador, Miguel siente que tiene una misión. «Ésta es mi ciudad», dice de Madrid, «y en general me gusta. Aunque querría que hubiese un monumento que lo identificase , como la Torre Eiffel en París».- Isabel MuñozREGRESAR A LA REVISTA