miércoles, marzo 24, 2010

Libros / Alemania: La Feria de Leipzig

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Aspecto de la feria. (Foto: Rafael Poch)

C iudad Juárez, Chihuahua. 21de marzo. (RanchoNEWS).- Desde Leipzig, Rafael Poch de La Vanguardia reporta que la segunda gran feria del libro alemana ha tenido a Argentina como país invitado y ha lanzado un libro sobre el espionaje al que fue sometido Günter Grass:

La Feria del libro de Leipzig, concluida el domingo, se parece poco al monstruo de Francfort. Es más humana y algo menos mercantil, con más contacto entre público y autores. Más «derecho de público» –está llena de colegios visitantes y adolescentes– y menos «derecho de autor». Entre las noticias de esta edición, la de Argentina como país invitado de honor y un best seller con cola sobre Günter Grass, a cargo de la editorial Ch. Links, una de las raras historias de éxito editorial surgidas de la antigua RDA.

La frase de Hans-Magnus Enzensberger que describía a Alemania como, «la última descubridora de América Latina», ha pasado a la historia. Entre el interés local y un programa de lanzamiento del gobierno argentino, Leipzig ha anunciado la traducción al alemán de un centenar de títulos de la gran potencia literaria del cono sur. Gran potencia no sólo por su tradición, que no precisa recordatorio, sino también por su creación actual, y también por la vitalidad general y compromiso social que América Latina continua irradiando, generación tras generación, en abierto contraste con el senil bostezo europeo-occidental.

Buenos Aires como capital cultural americana, con su enorme rosario de librerías, un concepto anterior y superior al de nuestros supermercados de libros, contiene un rosario de setecientos establecimientos alrededor de los cuales orbitan, charlas, conferencias y debates. Una red, seguramente sin parangón en Europa, de pequeñas editoriales, el ISBN menciona 3200, que representan el 85% del sector editorial argentino. Pequeños tirajes, mucha exploración y traducción directa, dinamismo y creatividad, sostienen las obras de una legión de escritores jóvenes.

«Aunque suene a tópico, los más jóvenes lo tienen más fácil para publicar de lo que lo tuvimos nosotros en su día», dice Carlos Gamerro, nacido en 1962 (Las Islas), uno de los autores aquí presentes junto a Pablo Ramos, (El origen de la tristeza, Cuando lo peor haya pasado), Laura Alcoba (La casa de los conejos) y Felix Bruzzone (Los Topos), nacido en 1976.

«¿Cómo sentarme a escribir en un país en el que mueren ocho niños al día por subalimentación?», dice Ramos. Con atropellado y apasionado discurso, el escritor define a su país como «avanzado» en lo que respecta al rendimiento jurídico de cuentas por el periodo negro de su historia reciente, y «retrasado en lo sociopolítico», con una oligarquía nefasta y una política que mantiene y reproduce, «los códigos de la mafia, el favoritismo y el clientelismo». Pese al estancamiento, asoman esperanzas en una perspectiva de pequeñas mejoras y en las nuevas generaciones socialmente exigentes e inquietas. «La generación post-Cromagnon», dice, por aquella discoteca que se incendió con 200 jóvenes muertos, victimas de la negligencia estructural. «La mayoría asfixiados por entrar a socorrer a sus amigos», subraya.

El avance jurídico citado por Ramos fue resultado de la presión social, de la Madres de la Plaza de Mayo. Después de aquella «lucha por los hechos», saber qué había pasado, asoma la pregunta por las causas y los motivos, la reflexión sobre el papel de la sociedad en aquel desastre de desaparecidos, explica Carlos Gamerro. Este escritor ha pronunciado aquí una conferencia titulada, «Nadie sabía: desaparecedores y testigos mudos», dedicada a la responsabilidad de la sociedad en los crímenes de Estado, tema que aborda en su novela El secreto y las voces.

Gamerro enuncia el extraordinario «Decálogo del relato policial argentino: 1. El crimen lo comete la policía. 2. Si lo comete un agente de seguridad privada o –incluso un delincuente común, es por orden o con permiso de la policía. 3. El propósito de la investigación policial es ocultar la verdad. 4. La misión de la Justicia es encubrir a la policía. 5. Las pistas e indicios materiales nunca son confiables: la policía llegó primero. No hay, por lo tanto, base empírica para el ejercicio de la deducción. 6. Los detectives privados son indefectiblemente ex-policías o ex-servicios de inteligencia. La investigación, por lo tanto, sólo puede llevarla a cabo un periodista o un particular. 7. El propósito de esta investigación puede ser el de llegar a la verdad y, en el mejor de los casos, hacerla pública; nunca el de obtener justicia. 8. Frecuentemente, se sabe de entrada la identidad del asesino pero no el de la víctima. La policial argentina comienza con la desaparición de un cadáver. 9. El principal sospechoso es la víctima. 10. Todo acusado por la policía es inocente hasta que se demuestre lo contrario».

El best seller sobre Grass

Después de esto, el best seller sobre Günter Grass suena a poca cosa. Se trata de una investigación del periodista Kai Schlüter sobre el seguimiento, bastante banal, que la policía de Estado de la RDA ejerció sobre el Premio Nóbel. Un nuevo estudio en los interminables archivos de la Stasi, sin grandes revelaciones más allá del minucioso e inútil espionaje al que se sometía a Grass, y del que este no tenía idea, aunque, como todos, lo sospechara.

Coincidiendo con la presentación del libro en Leipzig, Grass la ha armado buena al declarar su convencimiento, con datos concretos que lo fundamentan, de que también fue vigilado por el BND, los servicios secretos de la Alemania occidental, cuyo papel en la reunificación sigue siendo, veinte años después de la caída del Muro, el gran secreto. Grass ha escrito a la Ministra de Justicia alemana, Sabine Leutheusser-Schnarrenberger, pidiéndole que le ayude a obtener una «visión panalemana» de la vigilancia a la que fue sometido.

«Creo que en muchos ámbitos el lenguaje de los informantes del BND no se diferencia mucho en lo esencial de todo eso que hemos visto en papel en el caso de la RDA», dice. El autor confiesa que no tiene muchas esperanzas en que su carta sea atendida. Sus fichas occidentales, por supuesto, no serán publicadas, ni son accesibles. Las de la Stasi están abiertas de par en par... pero no todas. Todo lo que la Stasi generó relacionado con el papel desempeñado por el BND en aquella «revolución pacífica» que llevó a la reunificación de 1990, tampoco es accesible.


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