miércoles, mayo 19, 2010

Obituario / Edoardo Sanguineti

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El polifacético artista en Córdoba, España, el pasado 17 de abril, durante el encuentro Cosmopoética. (Foto: EFE)

C iudad Juárez, Chihuahua. 18 de mayo 2010. (RanchoNEWS).- El poeta, escritor y pensador genovés Edoardo Sanguineti ha fallecido a los 79 años en el hospital Villa Scassi de la capital de Liguria. Sanguineti cubrió todos los campos de la literatura, el pensamiento, la acción cultural y la política: fue sobre todo poeta, pero también agitador, profesor de Literatura en las universidades de Turín, Génova y Salerno, además de autor de teatro, crítico, novelista, ensayista y diputado independiente en las listas del PCI entre 1978 y 1983. Una nota de Miguel Mora para El País:

Su activismo comenzó con la formación de las vanguardias literarias de los primeros años sesenta, de la que fue el mayor teórico junto a Angelo Guglielmi. Como jefe de filas de la Neovanguardia poética, participó en la antología I nouvissimi, de 1961, y luego se constituyó en alma del Grupo 63, reunido en Palermo y que suscitó entusiasmos y larga controversia.

Sanguinetti trató de romper el lenguaje cotidiano para denunciar el caos y el «pútrido pantano» de la sociedad de consumo. Como poeta, ensayó el lenguaje automático, los juegos de palabras (su poema más famoso se tituló Laborintus), la bulimia de conceptos e imágenes, y con el tiempo elaboró un sistema satírico influido por el pensamiento marxista y el psicoanálisis.

Como narrador, dramaturgo y ensayista, se ocupó de muchas cosas. Escribió libretos para el músico Luciano Berio; releyó a Dante desde el marxismo (Realismo sobre Dante, Dante reaccionario), fue antólogo de la poesía italiana del siglo XX, visitó el mito de Fausto y buceó en su propia perturbación psíquica en la novela Capricho italiano (1963) para explicar el agotamiento del capitalismo.

Formado en la Turín de la Fiat y de Italo Calvino, se autodefinía como «el poeta más patético del siglo XX». Escribió poemas hasta 2004, y aunque dejó la universidad en 2000 siguió escribiendo y militando en la izquierda radical.

Quienes le conocieron lo definieron como un histrión agudo, muy docto y muy capaz de pellizcar al lector-espectador. «Tranquilo, cómico, burlón, provocador, ecléctico, irónico, pirotécnico y elegante», escribe La Repubblica, recordando el comentario de Inge Feltrinelli sobre el contraste vivido en una fiesta nocturna en su villa, cuando el poeta genovés, bien vestido y con corbata, paseaba con su mujer y sus hijos, mientras el poeta beat Allen Ginsberg salía desnudo de la piscina.

Fue célebre un intercambio de golpes verbales entre Sanguineti y Silvio Berlusconi en 2003, y quizá por eso su último artículo, titulado Homo ridens, publicado hoy en Il Corriere della Sera, terminaba así: «Todo seductor sabe que para conquistar al objeto viviente del deseo se trata, dosificando bien los movimientos, la situaciones, las dosis, de llevarlo a la risa o al llanto. Quien se guarda del político que, como una hiena temible, va por ahí bromeando, se acerca, por eso mismo, al largo camino de la libertad».


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