sábado, mayo 29, 2010

Obituario / Eduardo Báez Cruz

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El editor nicaragüense. (Foto: Archivo)

Ciudad Juárez, Chihuahua. 9 de mayo de 2010. (RanchoNEWS).- Eduardo Báez Cruz, director de la Fundación Libros para Niños, fue sepultado la mañana de ayer en el cementerio de su ciudad natal, Jinotepe. Un grupo de niños que cargaban libros en sus manos como muestra del gran legado que deja en las comunidades sobre el amor a la lectura encabezaron su funeral, informa G. Iglesias de la La Prensa desde Managua, Nicaragua.

Su muerte entristeció a escritores el sábado, luego que Báez sufriera un repentino derrame cerebral severo que lo sorprendió en un momento cumbre de su vida profesional.

Sus restos mortales fueron llevados a la oficina de Libros para Niños en Jinotepe, donde decenas de amigos, vecinos, familiares, poetas, periodistas y beneficiarios de las comunidades lloraron su partida.

Por su parte Silvio Acevedo dijo que deja un legado de amor, pues promovió la lectura en los niños de Carazo y a nivel nacional. Lo recordó como un hombre desprendido, sensible y carismático entre los diversos estratos sociales.

La princesa vestida con una bolsa de papel fue uno de los poemas que leyeron en su funeral y se destacó que era el que más le gustaba. La cabra Antonia y otros temas infantiles fueron interpretados por el cantautor Mario Montenegro, amigo incondicional de «Guayo Báez».

Eduardo Báez Cruz fue director de la fundación Libros para Niños por espacio de 15 años, luego que en 1994 se le presentara la oportunidad de unirse a un grupo de personas que estaban empeñadas en trabajar para despertar en la niñez nicaragüense el amor por los libros y la lectura.

Báez Cruz, quien procreó dos hijos Raquel y Luis Adolfo, en algún momento de su trayectoria cultural dijo estar convencido de que el trabajo de poner al alcance de las familias libros de alta calidad para que fueran leídos en un ambiente de libertad y afecto era una revolución silenciosa, pero profunda motivada por el amor.

Báez nació en el seno de una familia de clase media, bajo la dictadura de la dinastía de los Somoza. En abril de 1954, nueve meses después de su nacimiento, su padre fue asesinado por esa misma dictadura; fue parte de la biografía que leyó su hijo menor, Luis Adolfo Báez, ayer durante las exequias.

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