miércoles, julio 07, 2010

Música / España: Ringo Starr cumple 70 años en son de paz

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El ex-beatle. (Foto: AP)

Ciudad Juárez, Chihuahua. 7 de julio de 2010. (RanchoNEWS).- La frase es de John Lennon pero bien podría pertenecer a Ringo Starr: «Si alguien piensa que el amor y la paz son un cliché que debió haber sido dejado atrás en los sesenta, ése es su problema. El amor y la paz son eternos», escribe desde Madrid la periodista Fernanda Muslera en una nota del periódico ABC.

Aunque parezca dos décadas más joven (misma sonrisa, menos anillos, las gafas de sol ocultando aquellos ojos tan subestimados frente a la dictadura de su nariz), Ringo cumple setenta años. En su septuagésimo aniversario el mítico músico ha vuelto a pedir el mismo regalo que siempre ha añorado: la paz. Por eso ha solicitado que todos lo celebremos con él extendiendo este mensaje. La cita es a las 12 del mediodía. El objetivo: señalizar con nuestros dedos el clásico símbolo en forma de «V» que tanta falta le hace al mundo.

Hoy, cincuenta años después de aquella década que cambió la historia, Richard Starkey cumple 70, aunque a todos nos parezca increíble. Dylan acaba de estrenar 69 años, Jagger hará 67, McCartney cumplió 68 el mes pasado, Lennon hubiera cumplido 70 en octubre sino le hubieran arrebatado la vida hace treinta años. Aquellos músicos que con su desafiante juventud revolucionaron el sonido del rock y el pop hoy rozan una tercera edad a la que muchos de ellos seguramente no esperaban llegar.

Ringo es el primero de la generación de los grandes mitos musicales de los sesenta en cumplir setenta años. Y es inevitable pensar en qué pasará cuando estos iconos ya no estén. Después de todo, hemos aprendido a vivir la desaparición de muchos de los sueños que por aquellos años parecían posibles. Pero ese mundo que alguna vez conocimos, porque lo hemos transitado o porque nos hubiera gustado vivirlo, se habrá ido para siempre cuando ya no existan aquellos que ayudaron a construirlo.

Aquel jardín submarino

Por suerte Ringo parece tener energía para rato. «En lo que me concierne, en mi cabeza, tengo 24 años» dijo hace unos días el que fuera batería de los Beatles al New York Times. En enero, Starr lanzó su decimoquinto álbum de estudio Y not, con los temas Walk with you y Peace dream junto a Paul McCartney, y la colaboración de Joss Stone, Ben Harper y Richard Marx. Ringo festejará su cumpleaños en el Hard Rock Café de Times Square (la cadena de restaurantes celebrará el nacimiento del músico en todo el mundo), mientras que el Museo Metropolitano de Nueva York homenajeará al ex Beatle con la exposición de uno de sus tambores.

Aquel niño al que le costaba vivir (estuvo diez semanas en coma, sufrió peritonitis y pleuresía y permaneció largo tiempo hospitalizado) se convirtió en un hombre que irradia vida. A menudo subestimado frente al talento de sus compañeros, ese tipo discreto y seguro al que le gustaban los anillos era uno de los pilares de la banda y, a pesar de las críticas recibidas, un muy buen músico. Dicen que casi nunca había que repetir las grabaciones por un error suyo y que era el cable a tierra en un mar plagado de egos.

Los Beatles no hubieran sido los Beatles sin Ringo y ellos lo sabían. Cuando Starr abandonó el grupo durante las grabaciones del «Album Blanco», George llenó de flores el estudio de Abbey Road a su vuelta y Paul le escribió en un telegrama: «Eres el mejor batería del mundo, de verdad». Otros destacados percusionistas como Phil Collins y Dave Grohl, de Nirvana, han reconocido la influencia que Starr ejerció en su formación musical.

Músico, pintor, fotógrafo, miembro de la Orden del Imperio Británico, estricto vegetariano, hombre de familia, nombre de un asteroide. El reservado Ringo se ha cansado de los autógrafos (hace dos años anunció que no volvería a firmarlos cuando se dio cuenta que muchos eran subastados por eBay) pero no de la música, no de la paz. Y aunque los sesenta parezcan cada vez más lejos, Ringo seguirá soñando con reposar su cabeza en el lecho marino de aquel Octopus's garden, ese lugar brillante y feliz en el que refugiarse en tiempos de tormenta.


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