El emblemático autor de American Splendor. (Foto: Archivo)C iudad Juárez, Chihuahua. 13 de julio 2010. (RanchoNEWS).- Como oculta entre las alegrías futboleras y la ola de calor ha llegado este mes de julio la noticia de la muerte de Harvey Pekar, uno de los emblemas del cómic underground de Estados Unidos y, durante algún tiempo, la otra cara de la moneda del dibujante Robert Crumb, además del responsable de que unos señores de andar por casa le quitaran no pocas viñetas a los músculos y la purpurina de los superhéroes. En vez de mamporros, mala leche. En vez de superpoderes, manías inaguantables. Una nota de M.C. para El Cultural:
El historietista, que tenía 70 años y que había superado un cáncer, pasará a la historia como pionero del género autobiográfico en el noveno arte, al que regaló con American Splendor una nueva forma de narrar basada en las miserias de la vida cotidiana. Esta serie hito la firmó junto al maestro Robert Crumb, a quien allá por los setenta le unió la pasión por el jazz. Una amistad que quedó inmortalizada en la película que llevaba el nombre de la publicación de Pekar, y que hoy es un digno homenaje a su figura y al mundo del cómic en general. Tras aquel tributo cinematográfico, el nombre de Pekar, impulsor también de la novela gráfica y National Book Award en 1987, fue traído del olvido.
Ilustrado por Joe Sacco, Bob Fingerman, Eddie Campbell, Alison Bechdel y Chester Brown, entre otros, las ediciones de obras de Pekar en España han venido brillando por su ausencia o falta de calidad -salvo excepciones como El derrotista (Planeta), en la que narra la historia de su infancia como hijo de inmigrantes judíos-. Tal vez su muerte ponga en bandeja a los sellos del género la recuperación de una figura indudable en la narrativa más allá del cómic.
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