jueves, octubre 21, 2010

Noticias / España: Amin Maalouf, Premio Príncipe de Asturias de las Letras

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El escritor libanés. (Foto: Archivo)

C iudad Juárez, Chihuahua. 20 de octubre de 2010. (RanchoNEWS).- Amin Maalouf, Premio Príncipe de Asturias de las Letras, es un cóctel cultural. El escritor de origen libanés ha sido migrante gran parte de su vida, hasta establecerse por decisión propia en Francia. Un periplo de exilios que le lleva a verse situado «entre dos mundos que se conocen igual de mal ahora que hace 200 años». Sus orígenes, su infancia y su primer idioma pertenecen al universo árabe, pero se siente también parte del sistema occidental: «Soy alguien que cree profundamente en Europa, pero estos dos mundos siguen funcionando uno respecto al otro a golpe de prejuicio», informa Lucía González, enviada especial a Oviedo, de El Mundo.

Se le ocurre, dijo durante una rueda de prensa en Oviedo, donde ha viajado para recoger el galardón el próximo viernes, que sería útil establecer "una carta magna europea de la existencia armoniosa". Los problemas vendrían a la hora de delimitar una declaración semejante. «Estamos asistiendo a fenómenos de tensión, afirmaciones identitarias exageradas, manifestaciones de xenofobia. Y no hay que despreciar ni minimizar estos fenómenos. Cuando alguien dice algo que causa malestar u hostlidad, la primera reacción no debe ser [tildarlo] de xenófobo o racista. Hay que pararse a penar que hay un malestar y a qué se debe, porque puede haber soluciones», indicó Maalouf (Beirut, 1949).

«Hay una crisis del vivir juntos que se manifiesta en todas partes», afirmó. «Lo que ha dicho la canciller Angela Merkel de que la experiencia [del multiculturalismo en Alemania] ha sido un fracaso ha sido muy valiente, porque no es el único país en el que la experiencia ha fracasado. Eso no quiere decir que no intentemos vivir juntos, porque no queda otra opción, pero hay que ver de qué manera», señaló.

Y ahí ve el escritor el principal reto social de los próximo años. «La tarea de este siglo es enseñarle a la gente cómo vivir juntos», una batalla pedagógica que, según el autor de León El Africano, no se ganará «con un único combate».

La inmigración como problema

Maalouf entró también a valorar la situación de agitación social que vive su país de adopción e indicó que, más allá de las protestas por la reforma de las pensiones, «hay un malestar profundo que cualquier habitante de Francia percibe y de desconfianza respecto a la autoridad de los dirigentes políticos y los medios de comunicación. El escritor, que antes que novelista ejerció como corresponsal, considera que los ciudadanos galos quieren «hacer que las cosas se muevan», recuperando esa voluntad de «sacudir las cosas» que ya se ha dado históricamente en el país en otros movimientos sociales, como mayo del 68 o las protestas en 1995.

Pero destacó que los disturbios en Francia estos días responden además a la «crisis económica innegable», pero también por la inmigración, los «malestares identitarios» y los problemas derivados de la integración europea. «A veces se supone que éste problema [en referencia a la Unión Europea] ya está resuelto, pero hay malestares que metemos debajo de la alfombra para no verlos, y que se han manifestado hace poco respecto a Rumanía y otros países», agregó.

Por eso Maalouf también sugiere establecer una «idea de contrato social» que aborde la inmigración, «los derechos y las obligaciones de país que recibe y de los inmigrados», puesto que cree que el hecho de que no se hayan clarificado esos puntos «está envenenando la vida democrática en muchos países».

«Ser inmigrante en Europa no es lo mismo que en América. Los países de América están fundamentados en la migración, y eso cambia el prisma. Europa se ha convertido al hilo de su historia en tierra de inmigración y siempre hay que explicar por qué se es migrante. Yo tengo familia en Latinoamérica y América del Norte y ellos no tienen que explicarlo. Se adaptan, se integran, y después de una generación son canadienses, brasileños, argentinos, estadounidenses....», manifestó.

Maalouf , que leerá uno de los discursos de la gala de entrega de los Príncipes de Asturias, ha hablado con sinceridad del galardón y ha reconocido que «quizá no era del todo consciente de la importancia» de estos premios hasta que comenzó a recibir llamadas y felicitaciones de sus contactos. Se trata de unos galardones que, en su opinión, «están cobrando cada vez más prestigio a escala mundial, más allá del mundo hispánico».

También tuvo también palabras elogiosas para su colega Mario Vargas Llosa, recientemente galardonado con el Nobel de Literatura, un premio merecedísimo, según Maalouf, porque la forma en la que el hispano-peruano «se ha volcado en la literatura, por su integridad moral». Además, destacó que la Academia sueca, que también premio a Gabriel García Márquez, ha venido así a reconocer que el boom latinoamericano «ha aportado mucho a la literatura mundial y sigue aportando».


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