martes, noviembre 09, 2010

Música / España: Jackson, canciones desde el más allá

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Fotografías inéditas del artista tomadas por Arno Bani. Se subastarán en la casa Pierre Bergé en diciembre. (Foto: Archivo)

C iudad Juárez, Chihauahua, 9 de noviembre 2010. (RanchoNEWS).- Al conocerse la muerte de Elvis Presley, alguien supo ver más allá de la tragedia: «Esto es bueno para su carrera». La frase se ha atribuido a John Lennon y otros cínicos ilustres, pero fue la reacción a quemarropa de un humorista, Michael O'Donoghue, guionista principal de Saturday night live y, por cierto, gran fan de Elvis. El pronóstico ha resultado altamente visionario. Igual que ocurría con Elvis, Michael Jackson hace caja desde el más allá. Los herederos publicaron ayer en la web oficial del artista (www.michaeljackson.com ) la canción Breaking news, escribe Diego A. Manrique de El País.

Es el adelanto de un disco (MICHAEL) de temas inéditos que Sony, su discográfica, publicará convenientemente antes de Navidad. No se conocen muchos detalles sobre su génesis, aparte del dato de que se registró en Nueva Jersey hace tres años. Algunos miembros del clan Jackson han expresado sus dudas sobre la grabación, negando incluso la participación de Michael. Por su parte, will i. am, cabecilla de Black Eyed Peas, ha entrado en la refriega, insistiendo que «no es respetuoso» publicar algo que el artista no ha aprobado, un argumento que aplaudirían escritores como Kafka.

Jackson era una pesadilla económica en vida. Gastaba más de lo que ingresaba, se había malacostumbrado a tratar las facturas con displicencia, realizaba acrobacias financieras para evitar la bancarrota y las demandas. Hasta cabría afirmar que su deceso fue el resultado de la inmensa presión que sentía ante la inminencia de un bestial compromiso, esos 50 conciertos en Londres que, supuestamente, le alejarían de la ruina y demostrarían que todavía era relevante.

La brusca muerte de Jackson, el 25 de junio de 2009, fue seguida por un huracán de disparates, protagonizados por bastantes miembros de su disfuncional familia. Y tampoco la industria estuvo muy fina. Hubo un patinazo sonrojante, cuando se estrenó una supuesta canción inédita, This is it, que resultó que ya se había publicado –había sido grabada en 1991, bajo el título de I never heard, por la cantante puertorriqueña Sa-Fire– y que en realidad era una composición hecha a medias con el indestructible Paul Anka.

Sin embargo, pronto quedó claro que los gestores de la herencia del difunto sabían lo que hacían. Increíblemente, cuatro meses después del fallecimiento se estrenaba This is it, un documental sobre los ensayos previos a la temporada de Londres. Se trataba de una reveladora mirada sobre la mecánica interna de un megaespectáculo y la rama cinematográfica de Sony pagó 60 millones de dólares (42,66 millones de euros), a repartir entre promotores y familia.

En ese momento, ya se sabía que la muerte había redimido a Michael Jackson. El artista que había caído en picado, por un empacho de extravagancias y deplorables problemas legales, volvía a vender. En situaciones de trauma colectivo, comprar una recopilación viene a ser una manera de honrar al desaparecido y oficializar el dolor. Informa la revista Forbes que se han despachado desde entonces unos 11 millones de álbumes (otras fuentes multiplican por tres esa cifra). En Estados Unidos, la antología Number ones fue el disco más vendido durante 2009. Y estamos hablando de alguien cuya reputación estaba tan hundida que ni tenía contrato discográfico.

Ahora sí que lo tiene, y notablemente generoso: Sony Music pagará 250 millones de dólares (177 millones de euros) por 10 nuevas referencias, con material inédito y piezas ya publicadas. Tiene su lógica, y no veamos allí nada perverso: resulta infinitamente más cómodo manejar a un artista extinto que a una superestrella en activo. Las fenomenales ventas póstumas de los Beatles y Elvis lo confirman: se trata de explotar juiciosamente el catálogo y generar producto fresco.

En el caso de Michael, existe un mínimo de 50 canciones que fueron desechadas y que ahora se pueden recuperar. Conviene recordar que, tras romper con Quincy Jones, el cantante buscó desesperadamente la varita mágica de numerosos productores de moda. Gastó decenas de millones de dólares en encargos y colaboraciones: discos como Invencible nunca fueron rentabilizados pero los descartes pueden ser ahora la base de lanzamientos como MICHAEL, que llega a las tiendas el 10 de diciembre.

Según calcula Forbes, los legatarios de Michael Jackson ya han ingresado unos 90 millones de dólares (64 millones de euros). Hay que asumir que la explotación de la leyenda solo acaba de empezar. Se ha puesto en marcha una campaña de merchandising con todo tipo de objetos. También se ha montado una exposición de objetos relacionados con Jackson, que recalará en Londres (¡entradas a 25 libras (29 euros)!) y pretende viajar a otras capitales. Ya con fecha, se anuncia un videojuego y un montaje de Le Cirque du Soleil. En cartera, un largometraje que ampliará la historia de Thriller y mil proyectos más. Todo con la bendición de la madre, Katherine, que controla la fortuna, ante la irritación no disimulada del resto de la familia.

Por el contrario, la pieza más codiciada del patrimonio de Michael no se ha visto afectada por su óbito. Durante sus tiempos más aciagos estuvo a punto de perder su editorial musical, Sony/ATV, de la que poseía el 50%. Hizo lo posible por preservarlo: mientras se mantengan las actuales leyes de propiedad intelectual, se trata de una máquina de imprimir dinero, gracias al cancionero de los Beatles. En 1985, Jackson desembolsó 47 millones y medio de dólares (33,4 millones de euros) por la editorial, superando la oferta de Paul McCartney (y dañando su amistad). Hoy, Sony/ATV vale 20 veces esa cantidad.


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