domingo, diciembre 12, 2010

Literatura / México: Hermann Bellinghausen presenta «La entrega»

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El escritor mexicano. (Foto: Carlos Cisneros)

C iudad Juárez, Chihuahua, 12 de diciembre 2010. (RanchoNEWS).- Quince relatos acerca de «el México de abajo», pero, sobre todo, un sólido oficio de narrador, conforman el libro más reciente de Hermann Bellinghausen (DF, 1953), La entrega, editado por la Universidad Autónoma de la Ciudad de México. Una nota de Mónica Mateos-Vega para La Jornada:

Los feminicidios, Acteal, la guerrilla, el tráfico de niños, los movimientos sindicales, las protestas callejeras, son temas por los que transitan personajes ficticios a quienes, de pronto, se les cruza la realidad, explica el autor.

No obstante, añade en entrevista, se trata de historias de personas buenas: «mis cuentos, en general, no son trágicos, porque mi propio trabajo de periodista me lleva a hablar de tragedias, por eso siento que no tengo por qué hacerlo en la literatura. Muchos escritores se esmeran en retratar literariamente el horror, la maldad, la perversión, pero yo reflejo el tipo de personas con las que me encuentro. Ésa es la materia prima de mis cuentos. Tengo la idea de que en México la mayoría de la gente es buena, en todo el país, y es increíble que ahorita en el mundo estemos quemados; los mexicanos somos sospechosos en todos lados, atravesamos un periodo raro, porque generalmente tenemos mejor fama que ahora. Me llama la atención que, por ejemplo, en las películas a las primeras de cambio empieza a haber muertos en las historias, ¿por qué se tienen que plantear a partir de asesinatos?, ¿por qué sólo hablar de los asesinos? Por mi trabajo como periodista estoy en contacto con realidades muy tremendas, con las que tengo sentimientos muy encontrados, pero que no caben en mi fantasía, lo cual es una garantía para los lectores del reportero, porque no les estoy inventando».

Estrecha relación

En sus relatos, añade Bellinghausen, «tampoco hablo mucho del México de arriba o del poder, simplemente porque no he andado por ahí y porque de eso se habla mucho. No es que pretenda contar lo que no se dice, en estos cuentos no fue esa la intención, es sólo decir lo que voy aprendiendo de la gente que veo».

Cronista y reportero en esta casa editorial, Hermann detalla que realizó los textos de La entrega durante un recorrido de dos años y medio por todo el país, entre 2005 y 2008.

Escribir es para el autor «como tocar un instrumento: hay que hacerlo todos los días. Tocar el instrumento del lenguaje es leerlo, escribirlo, pensarlo. Con el tiempo se tiene una relación muy libre con éste, y entre más lo tocas, mejor lo haces. Por supuesto, mucho de lo que escribo ni siquiera lo publico, pero no se trata de un proceso que sufra, también porque no me tomo muy en serio escribir cuentos. Me cuesta más trabajo la poesía; ahí sí sufro. Pero con los cuentos no tengo mucha pretensión, salen, y creo que me quedan más o menos bien, no me atormentan, los disfruto mucho. Mi mejor momento del día o de la semana es cuando escribo una historia».

La entrega se presentó en la 24 Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara, donde el poeta Hugo Gutiérrez Vega señaló que se trata de una crítica de costumbres que, como los grandes relatos, «nos ayudará a acercarnos a temas de la realidad del país y a poder hablar sobre ellos. La utilidad principal es que nos enfrenta a una construcción bella y a una prosa muy fluida y bien hecha. Sus personajes hablan y viven, en este país, cuyo rasgo principal es el silencio generalizado. En el México actual es indispensable que hablemos y que hablemos cada vez más y en voz alta. Tenemos que hablar porque urge. Los personajes se aferran a una esperanza. Todos los personajes están buscando, como decía Marx, lo que se busca en el arte: lo humano perdido».

El libro de Bellinghausen, agregó el director del suplemento dominical La Jornada Semanal, comprende relatos en el que de repente asoman la crónica y el ensayo. También destacó el lenguaje del personaje Esteban, quien tiene una cualidad: sabe dar las gracias, «en estos tiempos poca gente sabe hacerlo. No me refiero a gracias protocolarias, sino las que salen del corazón».

Otro personaje que atrapó la atención de Gutiérrez Vega es el doctor Freitas, «médico general que tiene que dedicarse a la traumatología y acaba de médico forense. Es un relato sobre la vocación del médico, sobre la medicina como arte de curar. El enfermo es el país, el crimen, la violencia, los lugares desgobernados, los lugares donde los hombres parecen conejos lampareados. Los mexicanos parecemos eso».

Con información de Cecilia Durán, corresponsal La Jornada Jalisco

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