Teotihuacan es la zona más visitada, pero también presenta un decremento de visitas: en 2002 registró 2 millones 756 mil 281, mientras que en 2009 fueron apenas un millón 608 mil 301. (Foto: Archivo)C iudad Juárez, Chihuahua, 3 de enero 2011. (RanchoNEWS).- Desde 2002 a 2009 –periodo que abarca la segunda mitad del sexenio de Vicente Fox y dos tercios del gobierno de Calderón–, el turismo cultural en lugar de aumentar ha disminuido. La política del gobierno de Felipe Calderón en este rubro, que tiene como uno de sus ejes principales fomentar la visita a las 173 zonas arqueológicas abiertas, ha sido un fracaso. Una nota de Yanet Aguilar Sosa para El Universal:
El INAH reportó que en 2002, 9 millones 788 mil 128 personas visitaron las 173 zonas arqueológicas, y en 2009 informó que acudieron 6 millones 956 mil 204, lo que representa una baja de casi 3 millones de turistas, tal como lo documentan los datos del Atlas de infraestructura y patrimonio cultural de México. 2010, que fue presentado el 15 de diciembre por la presidenta del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), Consuelo Sáizar.
El 13 de julio de 2007, al cancelar el timbre postal de Chichén Itzá, el presidente Felipe Calderón anunció un programa de rehabilitación de las 173 zonas arqueológicas en el país y la apertura de 10 sitios más durante su administración, de los cuales sólo tres se han abierto al público: Peralta, en Abasolo, Guanajuato; Chiapa de Corzo, en Chiapas; y Tehuacalco, en Chilpancingo, Guerrero.
Afirmó que una de las acciones más importantes de su gestión sería «realizar un exhaustivo programa de revaloración, rehabilitación y reutilización de la infraestructura cultural más importante con que el país cuenta», que son las zonas arqueológicas, pero los resultados no han sido exitosos.
En un comparativo por zonas arqueológicas entre el Atlas de infraestructura cultural de México publicado en 2003 y el de reciente aparición, se puede ver que Teotihuacan se mantiene como la zona más visitada; sin embargo, también muestra un decremento de visitas: en 2002 acudieron 2 millones 756 mil 281 personas, mientras que en 2009 los visitantes fueron apenas un millón 608 mil 301 personas; es decir, se redujo en más de un millón el número de visitantes.
Los datos entre 2008 y 2009, según el mismo atlas presentado por Consuelo Sáizar, son aún más drásticos. La cifra preliminar de 2008 es que 11 millones 176 mil 541 personas visitaron las zonas arqueológicas, y que en 2009 sólo acudieron 6 millones 956 mil 204, lo que representa una disminución de más de 4 millones de visitantes.
México no tuvo un fácil 2009. Se vivió una crisis económica y durante casi un mes la epidemia de la influenza AH1N1. ¿Estas serían razones para la caída del turismo?
Una «maravilla del mundo», rezagada
El caso de Chichén Itzá también es emblemático, pues justo al ser declarada en 2007 como una de las Siete Nuevas Maravillas del Mundo, el presidente Calderón dijo que el reconocimiento «es un reflejo de la gran fortaleza de nuestra identidad y de nuestro pasado», y aunque esperaban un aumento de visitantes, ocurrió lo contrario: en 2002 la recorrieron un millón 152 mil 644 personas, mientras que en 2009 asistieron 869 mil 525, situándose por debajo de Tulum, que fue visitada por 992 mil 134 personas.
México, la nación que cuenta con 31 bienes que son Patrimonio de la Humanidad declarados por la UNESCO (25 de ellos son sitios culturales entre los que se cuentan las zonas arqueológicas de Teotihuacan, Monte Albán, Xochicalco, El Tajín y Chichén Itzá), tiene registrados 42 mil 614 zonas arqueológicas, aunque sólo 173 están abiertas al público y nueve más abrirán antes de 2012, según anunció Calderón en julio de 2007.
Reinventando la política cultural
A dos años de que concluya su gestión, la presidenta del Conaculta continúa repitiendo que una de las propuestas fundamentales de su administración es diseñar la política cultural del siglo XXI con base en el Atlas de infraestructura y patrimonio cultural de México. 2010 y en la Encuesta nacional de hábitos, prácticas y consumo culturales, presentados apenas hace unas semanas.
Pero antes de la gestión de Consuelo Sáizar al frente del Conaculta, ya existía un Atlas de infraestructura cultural (el de 2003), realizado en el sexenio de Vicente Fox, cuando Sari Bermúdez estaba al frente de ese organismo. En ese documento se ofrecía ya un mapa de la infraestructura cultural de México. Con ello, el Conaculta ya podía haberse trazado una ruta de prioridades.
Si bien es cierto que esta nueva entrega contiene un mayor número de rubros y áreas consultadas que ofrece más información y una mayor cantidad de cifras, el atlas anterior pudo haber constituido la base de la política cultural del siglo XXI.
Al compararse ambos atlas, varios datos quedan claros: a siete años de que se realizara el primer levantamiento, la situación de desigualdad cultural prevalece en el país. De las 32 entidades, el Distrito Federal, Monterrey y Guadalajara concentran un alto porcentaje de la infraestructura cultural, mientras que entidades como Colima, Tlaxcala, Baja California y Quintana Roo continúan como las más desprotegidas en cuanto a infraestructura cultural.
Las cifras de la desigualdad
El incremento que ha habido en infraestructura cultural en México a lo largo de estos años, que ha sido de 4% y 12% de museos, bibliotecas, centros culturales, casas de cultura, teatros o librerías, se ubica principalmente en el centro del país.
Los ejemplos sobran y uno de ellos es que el acceso a los libros es desigual y hay datos curiosos: el mayor porcentaje de bibliotecas no está en el DF. De los 7 mil 289 recintos que conforman la Red Nacional de Bibliotecas (679 más que las que había en 2003), 662 están en el estado de México, 607 en Puebla y 564 en Tabasco, estados que ocupan los primeros tres lugares.
El contraste lo ponen los estados con mayor pobreza cultural, como Quintana Roo, que sólo tiene 50 espacios; Baja California Sur, con 58; Colima, con 59; y Campeche, con 61; entidades que juntas no llegan a 3% del total nacional.
Hay más datos curiosos, como que los municipios tabasqueños de Comacalco y Macuspana ocupen el tercer y cuarto lugar en delegaciones o municipios con mayor cantidad de bibliotecas, sólo por debajo de Monterrey e Iztapalapa.
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