martes, marzo 08, 2011

Cine / España: 40 años sin Harold Lloyd

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La mítica escena de El hombre mosca en la que Harold Lloyd pende de un enorme reloj. (Foto: Archivo)

C iudad Juárez, Chihuahua, 8 de marzo 2011. (RanchoNEWS).- Sus característicos anteojos hicieron que se conociera como Gafitas. Y su optimismo y sentido del humor, que tan bien supo imprimir a sus personajes, lo convirtieron en uno de los mejores actores de cine mudo. Harold Lloyd nos dejaba un 8 de marzo de 1971 por un cáncer de próstata. Tenía 77 y el privilegio de ser, junto con Buster Keaton y Charles Chaplin, uno de los más grandes cómicos de los años 20. «Un hombre básico en la historia del cine», dijo Angel Zuñiga cuando se conoció su muerte. Una nota de la redacción de La Vanguardia:

Miles de personas quisieron despedirse hace 40 años de aquel genio del séptimo arte que durante más de tres décadas arrancó carcajadas en mudo y en sonoro (vivió las dos épocas del cine aunque triunfó de manera extraordinaria en el mudo). Hizo centenares de películas –en algunos casos a film por semana– y amasó una fortuna descomunal.

Vida pintoresca

En aquellos gloriosos años 20, la época dorada del cine mudo, muchas fueron las páginas que La Vanguardia dedicó a Lloyd. Había interés por conocer la pintoresca vida de un actor que siempre estuvo ligado al mundo de la interpretación: trabajó de acomodador en un teatro y sus inicios profesionales fueron también encima de un escenario. Esta disciplina fue la que en un primer momento atrajo al cómico. Pero llegó al cine y se hinchó a hacer películas: hizo más de 200 con algún que otro parón. Y siempre se mostró reacio a que sus films se vieran en la pequeña pantalla.

Charles Chaplin, Buster Keaton y Harold Lloyd fueron, con un estilo y manera muy diferente entre sí, los reyes del cine cómico. Y el humor de Lloyd, sin mayores pretensiones que hacer reír, consiguió zafarse de la censura de la época.

Alguna curiosidad

Y aunque los más seguidores del famoso actor ya lo conocerán, la vida de Harold Lloyd no siempre fue de risa. Su momento más trágico lo vivió con 19 años cuando una explosión en una sesión de fotos lo dejó ciego por unos meses y casi sin dedos en una mano. Aunque su pequeña carencia física no le impidió convertirse en un consumado acróbata en sus películas. Por cierto, una de sus imágenes más famosas, aquella en la que aparece colgando de un gigantesco reloj en El hombre mosca necesitó de un doble. Lloyd temía las alturas. Al final de su vida también gustó de fotografiar a mujeres desnudas.


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