lunes, septiembre 12, 2011

VI Festival Internacional Chihuahua / Ciudad Juárez: Tercera jornada de «Literatura en el Bravo», reseña

.Jerome Rothenberg durante su lectura en Ciudad Juárez. (Foto: RanchoNEWS)

C iudad Juárez, Chihuahua. 12 de septiembre de 2011. (RMV / RanchoNEWS).- «Weiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiinnnnn dai weiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiinnnnnnnnnnn wau nauwing bau yin-a», concluye Jerome Rothenberg su canto y, por un breve instante, el silencio se extiende como un manto de paz. Enseguida cunde un gran aplauso.

Sábado 10 de septiembre. Teatro Experimental. Centro Cultural Paso del Norte (CCPN). Ciudad Juárez, Chihuahua.

Con este canto navajo, el número trece de su obra audiofónica «Horses Songs», ha concluido la lectura, de casi una hora, de uno de los poetas contemporáneos más indispensables, quien ha recibido la Medalla al Mérito Literario del Festival Internacional Chihuahua, es así mismo la conclusión del Encuentro Internacional de Escritores «Literatura en el Bravo».

Durante casi una hora, Rothenberg (Nueva York, 1931) ofreció una antología de su brillante obra, desde piezas de etnopoesía, hasta poemas inspirados en García Lorca y Goya, en homenaje al movimiento dadaísta, de su experiencia del viaje a Polonia, al poblado de su familia, cercano a un campo de exterminio nazi; un poema dedicado a María Sabina y otro que escribió el primero de enero de 2000, en San Diego, California, que termina con el verso: De ahora en adelante viviré de tiempo prestado.

Vestido de guayabera y pantalón café, este hombre sencillo y afable, ya instalado sobre un templete, se transforma en una especie de jovial chamán-rabí que declama, con seriedad y buen humor, con un envolvente ritmo, como si oficiara una ceremonia de sanación.

Su relación con la cultura mexicana, donde cuenta con grandes amistades como José Vicente Anaya (que lo acompañará mañana en el Palacio de Bellas Artes en la Ciudad de México en el Colofón de «Literatura en el Bravo») y Heriberto Yépez (cuya traducción de sus poemas pudo leerse simultáneamente en una pantalla durante la lectura en el Teatro Experimental); quedó afirmada cuando al agradecer la medalla terminó diciendo en español, en alusión a la violenta situación de la ciudad: «venceremos».

A la ceremonia de entrega de la medalla asistieron, por cierto, Jorge Quintana Silveyra (Secretario de Educación, Cultura y Deporte, en representación del Gobernador de Chihuahua), Javier Sánchez Carlos (rector de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez); y Fermín Gutiérrez Galindo (Director del Instituto Chihuahuense de la Cultura).

Previamente la obra de Rothenberg fue analizada en una mesa en la que participaron Pierre Joris, Evodio Escalante y Jorge Humberto Chávez, quien, en ausencia de Heriberto Yépez, leyó el prólogo de un libro de este último sobre el poeta neoyorquino.

Pierre Joris (Luxemburgo, 1946) dio lectura en inglés a un texto donde expuso la poética de Rothenberg y su relación personal (como colaborador y tal vez amigo más cercano) con éste, de quien dijo que era «an American poet with continental breath» y que estaba comprometido con una «voluntad de cambio».

En tanto que Evodio Escalante leyó un muy esclarecedor y revelador ensayo sobre el literato estadounidense, cuyo texto está incluído en este número de la revista y que usted puede leer en el siguiente enlace.

Otros eventos

La jornada comenzó a mediodía, en la Librería Universitaria de CCPN, con la Mesa Poetas del Mundo No. 2 donde se reunió a las voces de Benito del Pliego (España), Luis Armenta Malpica (México), Daniel Leuwers (Francia), traducido por Enrique Servín; Pierre Joris (Luxemburgo), quien leyó poemas inspirados en Rothenberg, presente en la lectura; y Roberto Echavarren (Uruguay).

La mesa cumplió espléndidamente con su propósito de muestrario mundial de la poesía en su más madura expresión.

Por la tarde, de regreso al Teatro Experimental, se llevó a cabo la Mesa Nueva Narrativa Mexicana que estuvo compuesta por Luis Rico Carrillo (Ciudad Juárez) que leyó poesía inédita; Javier Acosta (San Luis Potosí) textos de su poemario Libro del abandono, ganador del Premio Aguscalientes 2010; Daniel Bencomo (Zacatecas), poesía inédita; Diego Ordaz (Ciudad Juárez), un fragmento de su novela Los días y el polvo; y Blas García (Parral), tres textos de su cuentario La Epístola de San Blas a los parralenses.

Luego vendría la conmovedora Mesa 23, Así vemos a Ciudad Juárez, integrada por la argentina María Teresa Andruetto y el uruguayo Roberto Echavarren; y los mexicanos Roberto Ransom, Ana García Bergua, Rosina Conde y Agustín Monsreal.

Roberto Ransom leyó fragmentos de un ensayo sobre la esencia del mal; María Teresa Andruetto dio su impresión sobre Juárez (desde la perspectiva de alguien que no conoce la ciudad, dijo) y leyó una semblanza de su pueblo y una poesía.

Ana García Bergua aportó un texto escrito ex profeso para la ocasión, que concluyó con estas palabras: «Ciudad Juárez para mí –y este encuentro de voces y civilización lo comprueban– es un corazón que late vivo, es la frontera desde donde se derrama la esperanza».

Roberto Echavarren externó su visión de Juárez, desde el punto de vista del urbanismo, y destacó el aspecto cerrado y protectivo de sus casas y fraccionamientos.

Rosina Conde leyó un poema sobre el tema de la violencia en el norte del país que logró concluir valientemente, porque el llanto la venció durante su lectura.

Agustín Monsreal, para cerrar la mesa, confesó que no conoce esta ciudad y que por ello acudió a la opinión de un amigo juarense, maestro de primaria, a quien mantuvo anónimo, cuyo texto –el cual pudiera ser firmado por la mayoría de los juarenses que amamos nuestra ciudad– compartió y que termina de esta manera:

«Unidos podemos fundar la realidad de un presente hecho a la altura de lo que somos y la esperanza de un futuro más cierto, de horizontes más amplios, más sólidos, más acordes con lo que queremos llegar a ser».


Mayor información: Festival Internacional Chihuahua


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